Es una locura ¿verdad? (Willgan)

Capítulo 7

—¿Qué acaba de ocurrir? — dije mientras tocaba mis labios— si tan solo no fuera por la situación, estaría completamente feliz— no podía emocionarme sabía que él no sentía lo mismo y solo eran los efectos de alcohol.

—¡Oye regresa aquí! — mi cuerpo se congelo al escuchar su voz.

—No tengo nada que hablar contigo— afirme caminando en dirección a mi hogar.

—Sí lo harás— comenzó a correr hacia mí, por ende, corrí lo más rápido que mis piernas me permitían.

Pensé que se tropezaría por el hecho de estar ebrio, pero para mi sorpresa no fue así. Trate de abrir la puerta de mi casa para que el no lograra entrar, mi buena suerte se fue, él estaba afuera tratando de entrar.

—Lárgate yo no tengo nada que decirte— empuje la puerta— vete con Samuel y déjame solo— finalice.

—Disculpa por haberte besado e igual siento que debo una disculpa por lo que ya sabes de Vegetta y yo— su voz se comenzaba a quebrar.

—Mira no soy nadie para decirte que hacer, así que lárgate de mi casa— volví a empujarlo.

—Pero traicioné esa confianza, eres mi amigo y sé que también le hice daño a Rubius— su voz se quebraba y sus fuerzas para empujar la puerta se fueron.

—Debiste pensarlo antes de realizar el daño— lo empuje con más fuerza.

Logre escuchar como sus sollozos no le permitían hablar, mi corazón se comprimía al escucharlo. Odio el hecho de que mi corazón dice: ve y ayúdalo, pero mi cerebro dice: ten algo de dignidad y déjalo ahí.

—Te odio— le dije mientras abría la puerta— ven, entra ya— vi cómo se arrastraba por el suelo para lograr entrar.

Sus sollozos ahora eran más fuertes parecía realmente estar arrepentido, pero algo muy dentro de mí no quería creerle. Sentía que me mentiría de nuevo y que solo lo haría para que siguiera con el como su amigo.

—Fargan sé que cometí muchos errores, como cualquier otro— hizo una breve pausa mientras se sentaba en el suelo— estoy profundamente enamorado de Vegetta y hasta me iba a escapar con él... para irnos a vivir juntos— de nuevo el llanto logro vencerlo, pero esta vez hizo que gritara y comenzara a golpear la pared— ¡EL NO QUERÍA DEJARLO, QUERÍA JUGAR CON AMBOS, ME LO DIJO AYER! — esta vez golpeo muy fuerte la pared escuche el crujir de su mano y de inmediato esta comenzó a sangrar— ¡SOLO SOY UN JUGUETE, ME USO PARA COMPLACERLO Y ME DUELE POR QUE ES UN MALDITO IMBÉCIL! — lo abrace.

No sabía qué hacer en ese preciso momento, el chico que yo consideraba de piedra se desmoronaba en mis brazos. Su llanto hacia que mi corazón se comprimiera, no había manera en la cual yo lograra sentirme bien.

—¿David tú me quieres? — su rostro estaba tan cerca mío, el olor a alcohol no me molestaba en absoluto y aquello ojos verdes que me enamoraban cada día, estaban brillando.

—Sabes que siempre te eh querido Guillermo, eres una persona muy especial para mí— sonreí mientras agarraba su mejilla.

—De igual manera eres muy especial para mí, desearía que tú y yo construyéramos un futuro juntos— dijo al momento de acercarse y retirarme la máscara— con respecto a lo de ayer no lo dije en verdad, eres muy guapo, pero no comprendo porque siempre traes esa horrible mascara— sentí su mano en mi mejilla.

—No me gusta mi aspecto, no me considero atractivo, mucho menos considero que alguien se llegue a fijar en mi— su rostro comenzó a acercase más.

—¿Te puedo besar? — la pregunta me tomo por sorpresa, no sabía que responder.

Tome un largo respiro y con la seguridad que en ese momento logre tener, junte nuestros labios. Me maldecía mentalmente por hacerlo, pero era algo que necesitaba.