4.Podrías ser más amable.

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Como había acordado con su familia, Harry saldría ese sábado por la madrugada a conocer el pueblo que lo alejaba por un par de horas de su novio, donde iniciaría una nueva vida.
Eran aproximadamente las 7.30 de la mañana, cuando inició su recorrido por el pueblo: debería ir a 4 diferentes colegios secundarios para entrevistarse y ver en cual lo admitían. Harry se destacaba en cuanto a la interacción social, pero era terrible para cualquier tipo de conocimiento general, aspecto que podría dificultarle en la admisión de la primera secundaria en la que asistiría.

Como de costumbre, sonó su celular y era su novio que recién se levantaba, insistiéndole para encontrarse en un bar, Pero H decidió rechazar esa propuesta para enfocarse en su recorrido hacia el primer colegio, terminando esa llamada en una repetitiva discusión.
Harry realmente apreciaba a Mitch, lo había ayudado a encontrarse a sí mismo y a aceptar su sexualidad, algo que nadie había hecho por él antes, pero últimamente sentía que la relación entre ambos se basaba en reclamos. Si bien habían sido grandes amigos desde la infancia y Mitch siempre había sido comprensivo con él, en cuanto le pidió intentar una relación había estado comportándose extraño.

Había sido claro que  su pareja lo incentivó (indirectamente obligando) a dejar su carrera como músico por la posesividad que lo caracterizaba, era una persona sumamente territorial y celosa, pero para Harry eran actos de amor que lo cuidaban de estar expuesto, se encontraba completamente ciego ante la posibilidad de un criterio propio y sumido en una relación que solo le hacía mal.

Sumergido en sus pensamientos y decidido a levantarse de aquel banco en el que estaba descansando para seguir su camino, toma la iniciativa para luego recibir un golpe en su hombro, que le dejó sintiendo un leve dolor. Miró hacia el suelo, y vió allí a lo que podía jurar que era un ángel. Observó detenidamente a este chico que se encontraba tirado y algo dolorido, intentando reincorporarse rápidamente como si nada hubiese sucedido.
Se fijó en su baja figura, que si bien había chocado contra su cuerpo, no logró generar gran impacto; en su cabello castaño que caía sobre su frente y sus suaves labios. Pero todo aquello desapareció cuando lo miró a los ojos: los ojos celestes más bellos que había visto en toda su vida. Pero fue allí cuando se preocupó, viendo lo tristes y cristalizados que los mismos se encontraban.

-Perdóname! no te vi, deja que te ayude-dijo Harry extremadamente nervioso luego de quedar hipnotizado por los ojos del chico en el suelo-¿Qué te pasa? ¿Estás bien?-exclamó.

-No es de tu asunto-dijo el desconocido de manera bruta, levantándose y siguiendo su camino como si nada le importase más que escapar.

-Podrías ser más amable-susurró Harry con un tono de burla, inaudible a los oídos del misterioso chico que ni siquiera lo había notado.

A través de mi pantalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora