--- Tú cabello es muy lindo, me gustaría tocarlo. ¿Me dejarías?
Susurro a la nada.
Hoy llevas la bufanda que tú mamá te regalo en tú cumpleaños número 9.
Quisiera hablarte, pero ahora estás muy ocupado, lo haré mañana.
✤Shipp: Kookmin
✤Prólogo +...
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——— ¡Hola Jeon Jungkook de 17 años, signo Virgo y alérgico a las nueces!.
Definitivamente no.
——— Sonó muy acosador. Y creo que le estaba gritando, si yo fuera él cambiaría mi nombre y me iría de la escuela. –Suelto un pequeño suspiro.
Es la 5ta veces que repito ésto, pero siempre suena mál y Jungkook se podría espantar, me odiaria por lo que resta del ciclo y del siguiente.
——— ¿Por qué están difícil hablarle a la persona que te gusta?.
La última clase había terminado temprano, por lo que decidí prácticar mi hablar para Jungkook.
——— ¿Será por que tú cuerpo lo sabe y activa tus dotes de coqueteo, trata de que parezcas lindo y terminas pareciendo un tonto?. –En este momento me encuentro confundido.
Miro mi mano derecha, el reloj marca la 1:20pm, justamente he llegado al árbol que está cercas de la puerta de la escuela. Jungkook llega a la 1:21pm.
——— Un minuto de sobra. –Acomodo mi pelo un poco, fajó bien mi camisa y escuchó su melodiosa voz. Una sonrisa se forma en mi rostro. – Jungkook.
Iba con sus amigos, Eun Woo y Yugyeom, este último tenía su brazo rodeando sus hombros. Su examen de matemáticas no estubo tan mál, podía ver su sonrisa despreocupada, muy lindo.
Estaba a unos cinco pasos de mí, sentía mí estómago revólverse y mis manos sudar, aun ni lo tenía enfrente y ya me estoy desmayando
4.
3.
2.
1.
0...
——— Jung-
——— ¡Jungkook! ¡Jungkook! ¡Aquí!
Y ahí estaba ella nuevamente, con su cabello rubió, su falda a mitad de sus muslos, una blusa algo reveladora de enfrente y su típica sonrisa coqueteadora.
——— Hola Da Hyun, ¿Qué pasa?.
Observo como pasan de mí sin importancia, siguen su camino pero ahora con aquella chica. Lo último que puedo escuchar es como Jungkook le dice que su aroma es a fresas y una pequeña risita de él.
——— Tal vez... –hago una sonrisa, más no de felicidad.– mañana sera un mejor día, le hablaré. –Siento mis manos temblar, tomó las correas de la mochila, es hora de ir a casa.
Mañana...
He dicho eso por 10 años...
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