Segunda parte: El día que Katsuki se hizo amigo de Shoto.

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La mamá de Shoto era una persona muy amorosa y comprensiva, siempre escuchando e intentando ayudar a su hijo en cualquier cosa que el pequeño necesitara

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La mamá de Shoto era una persona muy amorosa y comprensiva, siempre escuchando e intentando ayudar a su hijo en cualquier cosa que el pequeño necesitara. No había día ni noche en la que no se acercara al bicolor para preguntarle sobre cómo le había ido durante sus clases. Suspirando en cada momento al ver un nuevo moretón, una nueva herida, una nueva quemadura en la piel de su hijo.

Toda madre se va a preocupar por el bienestar de su hijo, especialmente si éste resulta lastimado en cualquier accidente, una caída repentina, un machucón con la puerta, o un golpe recibido por parte de otra persona. Sin embargo, había una razón más importante por la cual la señora Todoroki podía preocuparse por su hijo.

Shoto desde muy pequeño fue diagnosticado con Insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis. Resulta que a las setenta y dos horas de recién nacido, Shoto presentó un cuadro de fiebre bastante fuerte, y fue ingresado al hospital por casi veinte días. Al mes comenzó a tener una serie de casos de fiebre seguidamente y aunque al principio fue diagnosticado con neumonía, el bicolor terminó llamando la atención de los doctores al no presentar ningún estímulo de dolor.

Se le fue encontrando ciertas heridas en su cuerpo, y el como el pequeño ojigrisaceo no lloraba ni siquiera cuando le sacaban sangre con las agujas filosas. Fue entonces que terminaron diagnosticándole la Insensibilidad congénita al dolor. Un caso severo en el que el bicolor no sentía ningún tipo de dolor, aunque tampoco aquello lo libraba de que su cuerpo sufriera las consecuencias.

Por eso mismo la señora Rei había tenido demasiado cuidado con su hijo, sin embargo, de ninguna forma podría estar detrás de él todo el tiempo, más en aquella edad por la que Shoto estaba atravesando, no podía evitar que su hijo quisiera valerse por sí mismo, no obstante, cada día regresaba con un nuevo moretón, una herida que ella terminaba curando, sin que Shoto se quejase del dolor.

La única forma de mantenerlo cerca, era que el bicolor la acompañase a su trabajo, Rei tomó la decisión de abrir una heladería cercana a su hogar, y Shoto la ayudaba atendiendo, sin embargo, eso no significaba que ni en su propio trabajo el bicolor dejará de lastimarse.

En cuanto escuchó el fuerte ruido, salió corriendo de la cocina para ver lo que sucedía, su gran sorpresa fue encontrarse a su pequeño Shoto tirado en el suelo, con todo el helado regado en su ropa, pero un atractivo chico trataba de ayudarlo a levantarse. Rei ladeó la cabeza con cansancio, Shoto no quitaba esa expresión de molestia que tenía su rostro la mayor parte del tiempo. Muchos de sus amigos le reclamaban por ser una persona tan insensible, por no mostrarse empático con las diferentes situaciones.

Sabía que Shoto no tenía la culpa del todo, era su enfermedad la que le obligaba a ser así, tan insensible con las cosas, no sintiendo el dolor. Porque tristemente Shoto aprendió a que si no tenía sensibilidad física, tampoco debería tenerla emocionalmente.

―Cariño, otra vez te has caído ―murmuró la señora Todoroki, arrodillándose para poder mirar los brazos lastimados de su hijo, encontrando nuevos moretones recién hechos, frescos totalmente por encima de algunos que parecían ya estar borrándose.

Insensible [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora