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Capítulo 5

-¿Y cómo harás para hacer eso que dijiste que harías ayer?

-¿Hacer qué?-

-Tirarte a Soyeon.

El rostro de Chan se oscureció enseguida. Tosió un par de veces, volviendo su rostro hacia la ventana lateral del vehículo, irguiéndose sobre el asiento.

MinHo elevó ambas cejas, chasqueandolos dedos sobre su rostro, apresurando la respuesta.

-Pienso fingir que la quiero y que quiero algo serio con ella.

¿Querer? ¡Eso era lo más estúpido que había escuchado! Contuvo una carcajada, mientras se mordía el labio con fuerza y presionaba el acelerador.

Querer era una palabra solo incluidaen el diccionario de los imbéciles. Era tan ridículo que podría echarse a reír una semana y media y seguir riendo después de que la vuelva aescuchar.

-¿Ah, en serio? ¿Cómo harás eso?

-¿A qué viene esa pregunta ahora, Minho?

-Solo escúpelo.

Minho observó cómo su antiguo compañero de"caza" se removía sobre su asiento y se encogía de hombros, lanzándole una mirada incómoda.

-Pienso conquistarla, ¿qué otra cosa puedo hacer?

-¿Cómo vas a hacer eso?

-Yo... no sé, la verdad...- dijo, frunciendo el ceño de forma extraña

-En serio, Minho, ¿a qué demonios vienen estas preguntas?

-Curiosidad, simple curiosidad.

Aceleró incluso más la velocidad del maldito deportivo, manteniendo una sonrisa discreta en su rostro, mientras se llevaba una bebida energética a su boca.

Se la término de un solo trago y miró directamente a Chan, que parecía estar más tieso que muerto en ataúd.

¿Por qué carajos estaba así? ¿Tanto le cabreaba hablar de su estúpido plan de cómo tirar? Pienso ser amable con ella, decirle cosas cursis, regalarle chocolates, invitarla a cenar y todas eso y luego que logre lo que quiero, romperé con ella...

La maldita carcajada salió de sus labios, así que solo optó por dar una palmada sobre sobre el hombro de Chan y girar el auto hacia la izquierda con brusquedad.

Un puto camión se estaba interponiendo en su vía cada diez segundos.

-Qué putada, loco -

soltó con sinceridad, mientras intentaba no romper en risas.El aludido le lanzó otra mirada incómodo, quizá, debido al sarcasmo de sus palabras y luego extendió la mano, apuntando la otra calle con su dedo índice.

-Minho, bajo acá, en la esquina. Te veo luego, no te pierdas mucho y si haces reuniones, me timbras.

Minho detuvo el auto frente a la varada de la nueva calle, notando cómo el otro salia de volada y cerraba la puerta de un solo porrazo.

Aceleró nuevamente, soltando todas las risas que había contenido y se perdió entre la cuidad, moviéndo el auto de derecha a izquierda, incapaz detenerlo en algún lado.

En realidad, la idea de Chan sonaba como mierda para él. ¿Cómo diablos podía alguien hacer todas las estupideces que había mencionado? En lugar de "ser amable con ella", debería tratarla como la zorrita que es.

En lugar de "regalarle chocolates", debería lanzarle lencería escotada. En lugar de "decirle cosas cursis", seria mejor que la insultase. A algunas les pone eso.

𝙄𝙣𝙤𝙘𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙥𝙖𝙨𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora