IX (2/2)

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Capitulo 10

-¿Por qué...?

Minho acomodó sus manos sobre los costados de su menudo cuerpo; sus ojos recorriendo la forma en que las gotas de agua de su propio cabello húmedo resbalaban sobre el cuello de Jisung, deslizándose por su piel. Y la media sonrisa de su rostro desapareció.

-El tiempo se ha acabado, nene. Quiero que me respondas ahora y no pienso dejarte salir hasta que lo hagas.

Jisung sintió cómo todos los músculos de su cuerpo se le tensaban enseguida y su corazón revoloteaba con latidos apresurados en todo su estómago para luego estallar como fuegos artificiales en todo su cerebro.

Las luces le atiesaron el pensamiento y lo único que logró hacer es descender la mirada lo más que pudo y ruborizarse mucho más, pero la mano de Minho se encontraba sosteniendo su barbilla y moviéndola hacia arriba con un rápido movimiento.

Jisung apartó más la mirada. Era incapaz de mirarle, no podía mirarle, no a los ojos, no ahora.

-Eres precioso, Jisung. Y me gustas mucho, demasiado.

Minho movió sus oscuros ojos hacia los suyos, pero los único que obtuvo fue que el menor apretase los ojos al instante, estremeciéndose cuando su aliento rozó su rostro.

Se veía tan excitante indefenso de esa manera; con esos labios rosados, esas mejillas todas enrojecidas y esa carne tan malditamente provocativa.

Mierda.

Las ganas de tomarlo con todas las fuerzas de la cintura y apretarle el trasero mientras lo desnudaba a mordidas lograron que su sangre hirviera más allá de los cien grados.

Quería comerle los labios hasta verlos tan rojos como le gustaban, pero tenía que controlarse; solo un momento más. Sabía que si empezaba ahora, luego no habría marcha atrás.

-Minho...

el susurro entrecortado lo saco de sus pensamientos.

-¿Qué sucede, nene? Creí que el ratón te había comido la lengua.

Su criado se encogió un tanto y abrió varias veces los labios con indecisión y vergüenza.

-Tú... dijiste que no te gustaban los chicos...

-Y no me gustan, ¿O acaso te parezco un maricón? ¿Qué tienen todos hoy dia conmigo? No me gustan los chicos. Tú me gustas, que es distinto.

Los ojos de Jisung se abrieron de golpe y lo que sea que lo mantuvo todo ese tiempo con vida, estalló también cuando se encontró con los ojos de Minho mirándole fijamente.

Los fuegos artificiales explotaron nuevamente sobre sus neuronas y desvío la mirada.

-Yo...yo soy un chico.

Minho elevó una ceja y luego rompió en ásperas carcajadas.

-Eso ya lo sé, no soy idiota.

-¿No te importa que yo sea un chico?- las palabras salieron apresuradas de sus labios -¿No te importa que lo sea...?

-No hay cosa que me valga más mierda que eso.

Sí, claro, no había nada que le importase menos; Él era libre de follar a las tipas que se le vengan en gana y él lucia como una. No, no lucía como una, lucía mejor que una. Caso contrario, no estuviese en esta situación.

Notó cómo el menor fruncía los labios y luego la frente con algo extraño en su rostro. Era tan ridículo y excitante.

-Yo soy empleado de tu familia, no tengo dinero, Minho, no tengo dinero, ni soy importante como todos tus amigos... Ni tengo nada que darte a cambio ni...

Minho sintió que las carcajadas estaban a punto de colocarse en su garganta, así que mantuvo su mirada en él por unos cinco segundos y entonces lanzó sus labios contra los suyos, apresándolos durante unos cuantos segundos antes de separarse y quedársele mirando con una ceja elevada.

Jisung tenia los ojos tan abiertos, el cuerpo deshaciéndosele en temblores y la mente completamente en blanco, ¿Lee Minho lo había besado?

-Minho...

tartamudeó apenas, oprimiendo los ojos y sintiendo cómo la alegría se disparaba por todo su cuerpo, aunque su mente seguía en blanco

-¿Eso significa que... Estamos... en una relación?

-¿Relación?

Minho elevó la otra ceja, sus ojos clavados en el cuello de su criado, mientras una media sonrisa se formaba en su boca

-Ajá, eso tenemos, una relación.

Jisung sintió que la consciencia venia a él repentinamente de golpe y la vergüenza teñia cada uno de los rincones de su rostro.

Descendió la mirada, mientras la alegría sacudia su pequeño cuerpo, ¿Minho había dicho que si estaban en una relación?, ¿Minho y él en una relación? Sintió el impulso de llorar, gritar y reír o hacer todo a la vez; se cubrió el avergonzado y sonriente rostro con las manos,

Mientras retrocedia y se apoyaba contra el respaldar de la cama, aún temblando para luego bajarse y quedarse quieto, sin saber qué hacer o decir.

Minho se levantó de inmediato, inhaló una bocanada de aire y lo sostuvo de los hombros, antes de alzarle la cabeza y atraerlo hasta su boca, pero se separó a los diez segundos al ver que sus labios no le respondían, era como estar besando a la nada.

Una de sus manos se coló por su cabello, que estaba ahora humedecido por sudor tan jodidamente frío que contrastaba con la temperatura de su rostro.

-¿Qué te pasa? Estás hecho hielo, ¿No vas a mover tus labios?

El muchacho negó rápidamente con la cabeza, aún manteniendo esa minúscula sonrisa en sus labios, mientras sentía que ningún músculo le respondía.

Tartamudeó antes de volver a cubrir su rostro con ambas manos y encogerse un poco.

-No sé cómo hacerlo... Yo lo siento...

-¿Ah? ¿No sabes cómo besar? ¿Cuántas veces te han besado?

-Ninguna... Minho

Fruncio el entrecejo, echándo una mirada fría, ¿De verdad no lo habían besado nunca? Desde un inicio, supo que no era un experto, pero nunca se había imaginado que el nene resultaría un completo virgen.

¿No tenia diecinueve años acaso? Una sarcástica sonrisa curveó sus labios: Patético, atractivo y jodidamente virgen; el asunto se ponía más entretenido todavía.
Le tomó con fuerza de las manos y picó de nuevo una de sus mejillas.

-Que bueno, nene, me pone la idea de ser el dueño de esa preciosa boca, Además, conmigo vas a tener todo el maldito tiempo para aprender, ¿Sabes?

Jisung continuaba con la mente en blanco, las luces de colores todavía volando a su alrededor y estallando cerca de donde antes se encontraba su corazón, ¿Debia contarle a su mamá?, ¿Debia decirle que alguien como Lee Minho lo quería?, ¿Debía?

-Oye, ¿Me estás escuchando? -

los dedos dedos de Minho golpeando cerca de su rostro le sacaron una risita nerviosa.

-Sí... sí, como tú digas.

-¿Cómo yo diga, eh?

Los ojos de Minho se oscurecieron instantáneamente y otra media sonrisa delineó sus masculinos labios. Acerca sus labios hacia su rostro y lo atrajo violentamente de la cintura.

-Ahora ven acá.

Notó cómo Jisung abrió los labios con sobresalto y sus ojos parecieron encontrarse con los suyos durante unos dos segundos.

Unos dos segundos que fueron rotos con el sonido de unos tacos subiendo apresuradamente las escaleras y una voz tan jodidamente familiar.

-¡Lee Minho! Mis padres y mi novio están acá, ¡No seas tan haragán y ven ayuda con las malditas maletas!

Oh, mierda, ¡lo que faltaba!

Mierda, mierda, mierda

















Perdón x colgarme tanto-

𝙄𝙣𝙤𝙘𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙥𝙖𝙨𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora