|Capitulo 8|

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Me encontraba en frente de la mansión Moretti junto a mi estaba Arthur, luego de haber leído la carta por segunda vez, Arthur había entrando a la habitación y me había dicho que el carruaje estaba listo para irnos, ni siquiera se donde estoy apunto de ir, a pesar que estaba tratando de actuar lo mas normal posible, todavía estaba tratando de procesar la información de la carta.

—Espero que esta no sea la ultima vez que nos veamos —Dice Angel, los hermanos Moretti estaban despidiéndonos, Abigail era la que faltaba pero en realidad eso no me sorprendía.

Ella había dejando bien claro que le caí mal con tal solo al mirarme mal.

—Digo lo mismo —Comente estrechando mi mano con las Angel que pasa hacer lo mismo con de Arthur.

—Fue difícil pero no imposible —Dice Gabriel ahora frente de mi, veo como saca de su bolsillo el reloj, estaba completamente armado y se veía como nuevo.

—Gracias —Agradezco mirándolo con una sonrisa en mi rostro con el reloj en mis manos —También gracias por todo.

No me imagino despertando en un bosque con un reloj roto y mas perdida de lo común pensando en donde me encuentro y como termine en donde estaba.

—Espero que tal vez nos volvamos a encontrar lord Moretti —Digo alzando mi mano para estrellarla con la suya, pero Gabriel la toma entre la suyas, sus ojos verdes no se apartando de los míos.

—Sin duda alguna Lady Ava —Dice Gabriel besando mi mano, no puré evitar sonrojarme.

Arthur abre la puerta del carruaje haciéndome una señal para que entre, entro al carruaje con Arthur entrando después de mi cerrando la puerta detrás de el, el carruaje arranca rápidamente.

—¿Cómo llegaste a este mundo si yo tenia el reloj?—Pregunte curiosa.

—ahí muchas maneras de entrar a este mundo, pero solo dos formas de salir una es el reloj la otra nadie sabe—Responde.

—¿Qué haremos?

—¿Qué quieres hacer?

—Hace una semana atrás pensé que todo esto era solo cuentos para dormir—susurré mirando la ventana.

Veo el reloj en mis manos, podría irme de este mundo y fingir que nada de esto paso que soy un Black y  no Castle, pero al mismo tiempo que pasara con el tema de los oscuros, Maggie es un oscuro que estuvo frente a Ally y yo todo este tiempo, miro la ventana en silencio al momento que entramos a la cuidad. 

El carruaje se detuvo frente a la tienda que entre cuando el gigante me perseguía, Arthur abre la puerta del carruaje saliendo el primero mirando a ambos lados, yo salgo después de el cerrando la puerta detrás de mi.

—Que tengan un buen día —Dice el chófer retirándose, Arthur y yo entramos a la tienda que estaba vacía.

—¡Freya! —Llamo Arthur, miro la tienda con curiosidad había botellas de diferente tamaños y colores, la luz de sol casi no entraba, había una mesa redonda en medio de la tienda con dos asientos y una bola cristal en el medio.

—Freya es una especie de adivina también —Comento curiosa.

 —Bruja o adivina soy ambas de todos modos —Freya apareció de la nada mirándonos —Arthur cuanto tiempo.

—Lo mismo digo —Dice Arthur con una ligera sonrisa en su rostro

—Bueno, vamos que el te nos espera —Dice haciendo una señal con su cabeza para que la sigamos, observo los pasillos mientras caminábamos detrás de Freya. Me siento en una silla del comedor de la cocina con Arthur a mi lado Freya al frente mientras  estaba servido el te.

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