El despertar de un nuevo día

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Hace frío, son las seis de la mañana y tengo que obligarme a despertar.

Mi nombre es Lucas Yarda, soy un estudiante de último año escolar -pronto iré a la universidad- pensaba mientras me dirigía al baño para tomar una ducha caliente. No soporto el agua tibia o helada, no van conmigo, siempre me ha gustado más el calor que el frío, en especial desde aquel día. ¿Es raro que me guste más el verano que el invierno?, mis compañeros de clase siempre se extrañan cuando digo que prefiero el calor al frío, no los culpo, todo mundo ama el frío cuando eres capaz de abrigarte por tu cuenta o tomarte una bebida fría, pero no saben la verdad que me hace amar el calor. La idea de pasar frío me perturba, podría morir por hipotermia, es un caso muy extremo, lo sé, pero... he visto gente morir de hipotermia, como mi padre. Falleció el verano cuando fuimos a esquiar en las montañas de Banff, en Canadá; lo veía enterrado bajo tres metros de nieve, veía como el equipo de rescate hacia de todo por sacarlo. Cuando por fin pudo salir de aquel agujero, estaba completamente azul. Fue una experiencia traumática, estuvo horas bajo la nieve, y nosotros no pudimos hacer nada para sacarlo, no teníamos herramientas, no teníamos fuerzas suficientes... no teníamos fe. Mi madre lloraba en desesperación, mi hermana, en cambio, aún era muy pequeña para entender la situación ¿Cómo decirle a una niña que no volvería a ver a su padre? Simplemente no podía, hasta el día de hoy le mentimos, cree que se está recuperando en Canadá, pero, la verdad es que al día siguiente había ya se había ido.

Terminado mi baño, procedí a vestirme y bajar las escaleras, debía apresurarme para asistir a la escuela, ya iba cinco minutos tarde.

Al llegar a la cocina, me dispuse a desayunar, estaba todo servido, un té y unas tostadas con huevo revuelto me esperaban sobre la mesa. Mientras desayunaba, me encontraba pensativo, y todo por el recuerdo de mi trauma al frío, pensaba también en cómo arreglar ciertos asuntos como por ejemplo...

- ¿Sucede algo Lucas? Te noto con la mirada perdida.

Mi madre no tardó en interrumpir mi tranquilidad con la misma pregunta de cada mañana, tarde y noche, "¿Sucede algo Lucas?" Siempre suele hacerme esa pregunta, sinceramente no le doy mucha importancia, siempre respondo con un 'Nada mamá' o algo por el estilo, pero aunque forme parte de mi rutina diaria, la diferencia es que hoy no puedo decir 'nada mamá'. Anoche me quedé hasta tarde estudiando, y sé que notó mis ojeras. Me va mal en la escuela, estoy lejos de ser el mejor de la clase, me atrevería a decir que soy uno del montón, y eso a mi madre no le termina de gustar, siempre está diciendo que debo estar estudiando, después de todo, es mi único deber, y de cierto modo tiene razón, pero no es como que sea flojo, realmente me esfuerzo, pero eso es algo que ella no ve, siempre se la pasa diciendo "El esfuerzo se ve reflejado en los resultados, si te esforzaras como dices ¿Por qué te va de esta forma?" Y como toda madre que sermonea a su hijo, tiene razón.

- Nada madre -respondí agitado- tan solo ando pensativo, resulta que una chica me pidió salir esta tarde, y estoy pensando si ir o no.

A mi madre le encanta que platique con ella de mujeres, como no me va bien en la escuela, al menos cree que se debe a que me la paso ligando con chicas de mi edad. Tiene sentido, todos los que están al fondo de la clase, suelen ser deportistas que tienen novia o son frikis que se la pasan jugando videojuegos, y como no tengo videojuegos, es por eso que mi madre cree que hablo con mujeres todo el tiempo (tampoco es que me guste que piense eso de mí). Cumplo con todos los requisitos del estereotipo de alguien con malas calificaciones (excepto hablar con mujeres claro), pero no se debe a que sea feo, soy lo suficientemente "atractivo" para no ser desagradable a la vista; la diferencia es que no me atrae ese tipo de cosas, a veces me gustaría tener novia, no lo niego, pero ¿Quién podría compartir mis gustos? Eso es lo que me detiene a intentarlo.

- ¿En verdad te invitaron a una cita? ¡Ese es mi muchacho!, pero espero que sea una buena niña, y si es así, espero que seas un caballero, yo no crie a un bueno para nada. O eso te diría si no me estuvieses mintiendo, ¿De verdad te invitaron a una cita, o me estás mintiendo? Me has dicho demasiadas veces que te han invitado a citas últimamente.

¡Vaya! -pensé mientras me ahogaba con el té- al parecer lo que creía "la excusa perfecta" ha sido derrumbada con una sola pregunta, debo pensar algo rápido, si no, tendré que decirle la verdad. Debe ser algo que pueda convencerle, cambiar de estrategia sería contraproducente, quizá deba optar por algo exagerado, después de todo, siempre funciona.

- ¿Qué te puedo decir? Tu hijo es todo un galán -respondí con vanidad-, me la paso hablando con chicas todo el tiempo, es normal que tenga agendadas varias citas por semana.

Dije lo primero que se me vino a la mente, no sé hasta que punto lo creerá, pero creo haber dicho lo justo y necesario, sin balbucear ni hacer gestos con la cara o el cuerpo que indiquen una mentira, desviando la mirada, tartamudeando o con algún toc parecido.

- ¿Tienes dinero?

- ¿Cómo dices? 

¡Lo creyó! -grité en mi cabeza-.

- Que si ¿tienes dinero?    

- No... n...

- ¿Cómo piensas salir entonces?  ¿Qué ella lo pague todo? No puedes ser tan desconsiderado, como dije, yo crié a un caballero.

- Bueno, ella me invitó a mí...

- Al menos deberías invitarle un helado ¡Dios, nunca pensé que tendría un hijo tan tacaño!, toma, aquí tienes un poco de dinero para que esa pobre chica no gaste todos sus ahorros, ¡debes ser un caballero! 

- Gracias...

Veía las monedas y el billete que me había dado mamá con melancolía, tenía razón, debo ser un poco más cuidadoso con mis palabras, mis improvisaciones solo me dejan como un imbécil. No me dio mucho, pero es suficiente para que pueda comer a la hora de almuerzo, lo que me facilita el poder seguir con mi mentira, porque hoy no llegaré a la hora de almuerzo, solo falta que Lina siga con mi mentira hablando con mamá.

- ¿Por qué están gritando? ¿Juan volvió a suspender un examen?

No muy lejos, se escuchaba la chillona voz de mi hermana menor bajando por las escaleras. Mi hermana es una niña fuerte y seria, demasiado para su edad si me lo preguntan, ya que tan sólo tiene nueve años, y al igual que a mí, se la pasa leyendo y estudiando (pero ella sí tiene buenas calificaciones), considera que jugar es una pérdida de tiempo (algo muy raro para una niña de su edad) y que ese tiempo debería ser destinado al aprendizaje, algo no muy común que piensen los niños, hasta me atrevería a decir que ningún niño piensa eso. Hace artes marciales, al igual que yo, pero la diferencia entre nosotros es que ella es un cinturón más avanzado que'l mío, nadie querría enfrentarse a ella, podría un romper brazo con facilidad, pasó con un chico de la academia que la molestaba por ser bajita, ¿Las bajitas siempre han sido las más agresivas?

- Antonia, ¿Por qué mejor no te metes en tus asuntos? –No tardé en contestar con mi voz ronca propia de la mañana-  ha sido una mañana difícil, y lo único que he hecho ha sido tomar desayuno, o al menos intentarlo, por eso te pido que me dejes en paz.

- ¡Será mejor que no le estés mintiendo a mamá de nuevo! No me sorprendería que lo estés haciendo.

- ¡Claro que no! No sé de dónde sacas esas ideas (la verdad es que sí sé, pero al menos esta vez madre no se dio cuenta... O eso quiero creer).

- ¡Hey! No se peleen son hermanos y deben respetarse.

- Está bien, la verdad no me importa -ignora a mamá por completo-, ahora ¿Me pasas la mantequilla? Me atrasé al igual que tú, y quiero irme caminando contigo, además, hay algo que debo preguntarte.

- El ¿Qué? Puedes preguntarme ahora, aún tenemos tiempo antes de que pase el bus escolar.

- ¿Acaso eres sordo? Dije caminando, ya que por si no lo notaste, ya pasó la hora del bus escolar.

Después de que respondiese mi hermana, me hace un gesto de "hey, mamá está aquí y no puede enterarse", fue ese gesto el que hizo que nos apuraremos en salir, parecía importante después de todo, mi hermana no suele hablar conmigo asuntos importantes, es muy reservada, pero esta vez parece que es algo que me concierne a mí también.

Me pregunto qué será...

El dia menos esperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora