{50} El accidente

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Dos horas después.

Hyuna y yo caminábamos por todo el pasillo. Mi mano metido entre el brazo de Hyuna mientras sentía a mi corazón latir con fuerza. Los padres de Tae caminando a nuestro lado, Sunni limpiándose las lágrimas con un pañuelo.

—Es aquí. —indicó la enfermera. —Sólo pueden entrar sus padres —nos miró a Hyuna y a mí.

—Pero soy su hermana, y él su novio —exclamó Hyuna, alterada.

—Tenga paciencia. —advirtió la enfermera, quién tenía cara de amargada. Parecía que no le gustaba su trabajo, pero no tenía por qué comportarse de esa manera con las personas.

Entonces los padres de Tae entraron a la habitación. La enfermera cerró la puerta, dejándonos impedidos a Hyuna y a mí.

Caminé hacia una de las sillas que habían pegadas a la pared, y me senté débilmente. Hyuna hizo lo mismo, respiraba con dificultad.

Nos quedamos en silencio por varios minutos, mientras esperábamos a que sus padres salieran de la habitación y dieran noticias. Estábamos impresionados, como en shock. ¿Por qué pasó eso tan de repente? ¿Por qué a Tae? ¿Por qué tuvo que ser él?

—¿Estás bien, Kook? —preguntó Hyuna, tomando mi mano.

Negué.

—Yo tampoco lo estoy —bajó la mirada. —Sé que mi hermano es un maldito bastardo, imbécil y malnacido, pero no mecería que esto le pasara. —las lágrimas salían de sus ojos constantemente.

—Y yo que estaba pensando que había faltado solo porque quería molestarme. —miré hacia el techo, tratando de mantenerme tranquilo. —No puedo creer lo que pasó.

—Nadie puede creerlo, es tan estúpido. De un día para otro, tan de repente… ni siquiera podía imaginármelo. Por dios, es que no puedo aceptarlo. —negó, mientras se limpiaba las lágrimas.

Entonces los padres de Tae salieron de la habitación. Se veían devastados, sobretodo Sunni. Agarraba el brazo de su esposo con fuerza mientras escondía su rostro en el pecho de éste.

—Hyuna… entra y háblale a tu hermano —susurró Dong, ayudando a Sunni para que pudiese sentarse en una de las sillas de color negro. —Sigue en coma—añadió con la voz cortada.

Sunni estalló en llanto.

Hyuna me miró a mí.

—Kookie… quiero que tú entres primero. —expresó.

No dudé.

—Gracias, Hyuna. —me levanté de la silla y caminé hacia la puerta de la habitación de Taehyung. Puse una de mis manos en el pomo de ésta y me quedé paralizado.

—Jungkook, tu puedes hacerlo. —escuché la voz de Hyuna.

Giré del pomo y entré en la habitación. Lo primero que vi fue a Taehyung, estaba recostado en la cama médica, con unas sábanas blancas cubriéndole la mitad del cuerpo. Tenía la cabeza apoyada en la almohada, parecía que estaba profundamente dormido. Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

Me acerqué lentamente a él, hasta tenerlo a mi lado. Tomé una de sus manos, la cual tenía una intravenosa. La apreté con fuerza mientras miraba su rostro.

—Tae, no quiero verte así —susurré, sintiendo que iba a desmayarme en cualquier momento. Verlo en ese estado era lo peor que pudo pasarme.

El sonido del electrocardiograma acompañaba mis sollozos.

Cuando llegué a la casa de Tae, en la tarde, sus padres nos dijeron que Taehyung había sufrido un accidente; Un coche se lo llevó por delante mientras pasaba una calle, justo el día de mi cumpleaños, cuando se dirigía hacia mi casa. Lo más repugnante de todo fue que al conductor le pudo la cobardía y se escapó, dejando a Taehyung allí tirado.

Mi Novio Posesivo. «𝚃𝚊𝚎𝚔𝚘𝚘𝚔« ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora