Capítulo 2

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En el auto de la secretaria, nos dirigimos al Registro por papeleo, solo ella y yo; nos fuimos sin casi nada y regresamos cargando una montaña de documentos. Descubrí que solamente me llevó para ser la que llevara todo mientras ella se encargaba de quedar en buenos términos con los trabajadores, regresamos al auto y acomodé todo con cuidado atrás, sentándome en el lugar del copiloto.

– ¿Está cansada? Casi nos llevó el día entero, todos parecían demasiado interesados en saber algo extra del caso de adopción –encendió el aire acondicionado y me pasó una botella de agua, en la calle hacía demasiado calor–. ¿Quiere comer algo antes de volver?

–Estoy bien, traje lunch, mejor regresemos –me limpié el sudor de la frente con un pañuelo–. Debo recibir clientes a las 4.

–Parece que la Jefa tiene algo contra usted, siempre dándole trabajos de la nada –seguíamos estacionadas, reviviendo poco a poco con el frío artificial del auto. En un movimiento libre puso su mano sobre mi rodilla izquierda, la que tenía más cerca, no pude ocultar mi incomodidad por la sorpresa–. ¿No quiere dejar eso a otros y acomp...?

–La Lic. dijo que fue idea de usted, secretaria –para interrumpirla le tendí un pañuelo limpio, en un intento para que usara la mano con la que me coqueteaba.

–Quizá –rechazó mi papel y comenzó a jugar un poco con las líneas en mi falda antes de soltarme y arrancar el coche, dirigiéndonos al despacho.

Al llegar bajé las carpetas sola antes de correr a esconderme tras mi escritorio, me quedaba poco tiempo para preparar lo que les diría a la pareja que tanto confiaba en tener bajo su cuidado un bebé que ya amaban. Aún quedaba mucho para conseguirlo pero estábamos dispuestas a ganar.

–Nosotras ya nos iremos –la pareja de fundadoras tenía una actividad social a la que trataban de asistir cada año en junio, la "marcha del Orgullo" que bien podía verse como un desfile por las calles cerradas del Centro todo el día. De ser posible hasta la noche.

–Tengan cuidado –la abogada Martínez y otras más, las despedían con las típicas advertencias de una marcha–. Si ven algo peligroso no se queden a ver, pueden golpearlas si no saben quiénes son.

–No sucederá nada –la Jefa Ross traía a Brenda del brazo, empoderadas en sus trajes perfectos e impecables, con seguridad que envidiaría cualquier colega profesional–. ¿Lista, amor?

Traté de no mirarles irse, concentrada en poner orden a los papeles que acabamos de traer. Mis compañeras, sin la presión de estar bajo el ojo de quien decidía su sueldo, comenzaron a relajarse e incluso encendieron la televisión en medio de la oficina donde estaban dando noticias sobre el "Mes del Orgullo".

–El presente viernes 28 de junio podemos ver en las calles de Mérida a cientos de ciudadanos caminando para demostrar su presencia en la sociedad...

–Personalmente, no me veo en esas marchas tan llamativas y extravagantes, solo para que mi rostro circule luego por la tele o internet –dijo Martínez–. Con el rostro maquillado dramáticamente.

–Más que cada año parecen agregar más letras a su colectivo, o sea, comprendo lo de los gays, lesbianas y bisexuales, pero me pierdo con lo de los transexuales –colaboró otra de las abogadas–. Me pasa peor con los de la Q, qué ni sé qué significa, no termino de entender nada de nada...

–Lo que sucede es que no es lo mismo identidad de género que orientación sexual –traté de intervenir, faltándome en el tono la determinación de un conocedor, pues no lo era.

– ¡Ay, Penélope! Yo no le entiendo a eso de los miles de géneros que ya inventaron.

–Lic. –trató de explicar el concepto otra de las compañeras–, el resto ya es porque no se deciden en ser hombres o mujeres, fluctúan como tal entre ambos géneros como son los de género fluido o se identifican al mismo tiempo con ambos, como los bigénero –al ver la cara de sorpresa y extrañeza de la otra se puso más seria–. Literalmente, puedes ser lo que quieras. Lo queer, o la "Q", se puede utilizar para antes de identificarte. Formas parte del colectivo al saber que no eres hetero ni cis, pero tampoco te limitas. Se prefiere el término queer porque es un término paraguas.

Una imagen en la pantalla fue la salvación del cambio de tema.

– ¿Qué es esa bandera? No creo haberla visto nunca.

–Más bien es un logo.

Me fijé en lo que había llamado su atención, estaban pasando tomas en vivo de la marcha y justo varias personas con mechas moradas, blancas y verdes en las mejillas, sostenían una bandera de arcoíris con un símbolo en medio de un infinito atravesando un colorido corazón.

–Poliamor –contesté en automático–, continúa en evolución, pero significa poliamor.

– ¿Las relaciones de tres?

–Hasta más... meten a quién sea en su cama si todos están de acuerdo –confirmó la compañera que parecía saber más–. Y es que como dices, los gays y lesbianas son una cosa, son fieles a una persona pero ya con tantos siento que tiene otro fin.

–Ya es por puro morbo y vulgaridad...

Permanecí unos momentos pérdida en mis pensamientos, observando la barra en mi documento de Word palpitando, esperando a que terminara de escribir. Hasta que me llamaron para decirme que los clientes de las 4 esperaban por mí.

5.-Romance de despacho |•COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora