Vaya... Se han puesto a imaginar, como seria sí las cosas que nos rodean tuvieran cierto grado de conciencia y pudieran día a día transmitirnos lo que perciben sobre nuestras acciones, manera de vivir y las personas que nos rodean. Se han imaginado todos aquellos secretos que guardan las paredes, esos momentos históricos que serian diferentes si tan solo conociéramos la versión de los muros, los candelabros, los muebles...
Estos días de cuarentena he estado dando vueltas como loco en mi departamento, entre libros pendientes, el "home-office" las videollamadas, los maratones en Netflix, re-acomodando mil y un veces mi colección de libros (primero por colores, altura, tema, autor, editorial...) hasta por fin encontrar la versión definitiva que me genera paz. Solo hay algo que sigue rondando en mi cabeza, después de tantas horas sentado en el mismo escritorio, que orgullosamente presumo, diseñe y construí desde cero en compañía de mi padre, ¿será que ese escritorio en las noches mientras no estoy consciente del mundo que me rodea, piensa en mi?, ¿será que cada noche mientras estoy en el mundo de los sueños cobra vida y habla, bien o mal, a mis espaldas?
He decidido, después de varias horas de cavilaciones y deliberaciones, quedarme esta noche despierto, pero no despierto en vela esperando al amanecer, porque se que por mas que me desvele no sabré que piensa de mi el escritorio, he decidido quedarme despierto bajo los influjos de ciertas drogas (no pregunten cuales, solo dire que son ilegales en todo el mundo). Ya solo falta esperar a cierta amistad que me surta de los vicios mundanos y veremos qué sucede.
Listo, por fin tengo en mis manos los estupefacientes necesarios para adentrarme en el mundo inmaterial del pensamiento de los objetos. Me genera mucha ansiedad saber qué pasará, si podré escuchar lo que el escritorio piensa de mí, si regresare al mundo material sin ningún daño o secuela, pero lo que más me intriga es pensar en si regresare o me perderé para siempre. Esta decidido, en cuanto den las 9 de la noche me someteré al efecto de las drogas, ya programe mi celular para que suene a las 9 de la mañana esperando despertar y he encargado a mi novia que si no le marco a las 9:30 venga a buscarme...
¡Por fin! lo conseguí, pude escuchar lo que mi escritorio piensa de mí, no todo fue lindo y halagador, espero recordar todo para anotarlo. Para empezar todo perdió sentido me sentía flotar en el vacío de mi cuarto, elevarme hacia el universo y con el universo, sentir el paso del tiempo en mi piel, escuchar como palpitaba mi corazón dentro de mis oídos; luego las cosas empezaron a distorsionarse, alargaban, giraban se desdibujaban se estiraban y encogían de manera aleatoria, en un caos psicodélico digno de un capitulo de Alicia en el país de las maravillas, después los colores se volvían mas nítidos, brillantes, deslumbrantes y de repente todo se volvía opaco, ocre, gris. Este baile de colores y formas me pareció durar una hora, realmente nunca sabré cuanto tiempo estuve perdido entre esas formas inimaginables y colores nuevos e indescriptibles, y así como todo este caos llego, terminó y todo empezó a tomar sentido de nuevo, yo seguía acostado en mi cama mis libros estaban en sus estantes y frente a mi, el escritorio. Me pareció que permanecí perdido viendo el vacío que me separaba del escritorio durante unos minutos cuando vi brotar de él una especie de bruma y empezó a iluminarse como si él mismo tuviera su propio brillo, mientras me maravillaba con el hermoso resplandor de mi escritorio, lo oí. Su voz era grave, me transmitía tranquilidad, calma, paz.
Al inicio me costo trabajo reconocer y entender las palabras, después de unos minutos (tal vez horas) lo comprendí, me agradeció por haberlo creado, por haber captado su ser del mundo inmaterial, plasmarlo en papel y posteriormente armarlo y construirlo en madera. Si bien odiaba el color y el tamaño, él quería ser de un color mas vivido y grande, pero al final se conformó por el hecho de existir. Me reclamo por no usar materiales mas costosos y durables, o que si le encanto, fue el hecho de tenerlo lleno de libros, de todos tamaños, colores, temas; aunque había tres en especial que le encantaban pero le ponía triste el saber que jamas entendería todos esos garabatos que guardaban en sus hojas amarillentas por el paso de tantos años (cabe destacar que esos libros son los mas viejos de mi colección). Por un momento quise explicarle y hacerle preguntas pero me di cuenta que de mi boca no salía ningún sonido, él se percato de ello y me tranquilizo diciéndome que, seria imposible para mí hablar, solo me estaba permitido escuchar. Fue enternecedor escuchar cómo un mueble puede pensar de ti grandes cosas, por el simple hecho de tenerte frente y tocarte. Pero tambien es entristecedor, que te repitan esos errores que has cometido y como pudiste evitarlos. Lo que mas me agrado fue su apoyo. Me recordó aquellas ideas que había empezado a plasmar estando frente a él y que deje por falta de dinero, tiempo o empeño. Me recordó esos momentos de enojo que pasamos juntos al enterarnos de como los planes que seguía se iban derrumbando poco a poco por errores que había cometido tomando malas decisiones, y me recordó esos momentos de soledad que vivió cuando por unos pocos meses me fui a vivir a otra cuidad y pensó que jamas regresaría y lo habría abandonado.
Y así pasaron las horas en su conversación conmigo, que mas bien era un monologo, recordando, reclamándome, regañándome, alentándome, haciendo notar donde podría mejorar y cambiar para ser una mejor persona, un mejor veterinario y una mejor pareja. En algún momento de su discurso empece a sentir que me elevaba de nuevo, empece a ver como ese brillo que emanaba de el desde que empezó a hablar se volvía oscuro, supe que era momento de regresar, lo ultimo que recuerdo que alcance a entender que me dijo fue "jamas dejes de luchar por tus sueños, eres una gran persona, mucho mas poderosa de lo que crees que eres, no dejes que los fracasos opaquen todo aquello que has logrado, porque se que te tardaras pero lograras volverte un veterinario exitoso..."
Después de eso, simplemente desperté mi alarma estaba sonando, la apagué me levante y como un reflejo involuntario, apoye mi mano sobre mi escritorio y le dí las gracias...
ESTÁS LEYENDO
Relatos cortos
RandomPequeñas historias, relatos, cuentos, mensajes, cartas... Todo aquello que se me viene a la mente para empezar a ejercitar el "músculo" de la escritura y creatividad. Un poco de todo lo que se me viene a la mente mientras no hay trabajo.