Hoseok abrió los ojos que luego volvió a cerrar, sus párpados los apretaba con fuerza, pues los delicados y cansados tesoros color café resentían de manera desmesurada la luz resplandeciente del día. ¿En serio se había quedado dormido?
Era sábado a las once horas y cuarenta minutos de la mañana, apenas acababa de despertar, pero su cabeza se sentía a punto de reventar, su estómago tenía un evidente malestar debido a la resaca y el picor en su garganta le gritaba por atención, estaba más que reseca. Estaba tan sediento que podía tomarse toda el agua que había en su refrigerador y esto no sería suficiente para hacerlo sentir satisfecho.
La noche anterior no había cerrado las cortinas, tampoco se despojó de sus ropas, tan solo se tiró en la cama abandonando su cuerpo a la comodidad del mullido colchón con el pensamiento de que si lograba dormirse amanecería pronto. La verdad es que quería que el maldito fin de semana terminara de una vez y ya fuera lunes.
Su novio se había pasado toda la santa tarde junto a él, nunca solía acompañarle durante tantas horas seguidas, pero extrañamente, le hizo bien que lo hiciera. Estaba bastante complaciente y poco hablador eso lo hizo sentirse que estaba con un desconocido, pero a la vez se sintió cómodo. Algo en él, en su mirada lo hacía ver más ardiente, como nunca le había parecido, su forma de provocarle terminó logrando que fueran por una segunda ronda. Le pareció cansado, pero increíble, tenían mucho tiempo que no llegaban hasta el clímax y esa tarde fueron dos veces para compensar. Al caer la noche su novio decidió dejarle para que descansara y se despidió notablemente feliz.
Después de que Yoongi se fuera a su propio apartamento, su amigo Hyungwon había regresado a eso de las doce horas y diez minutos de la noche con varias botellas de soju y una bolsa llena de cervezas enlatadas. Su excusa era celebrar por adelantado el hecho de que al fin habían encontrado al modelo perfecto, pues de los que habían sido entrevistados con anterioridad ninguno superaba las expectativas del escritor, unos eran atractivos, otros eran hermosos, pero ninguno tenía los rasgos propicios para representar la perfección con la que describía al personaje principal de su saga.
Se sentó en la cama, sus ojos aún cerrados. Si se hubiera atrevido a pedirle a su amigo Hyungwon que le pasara la foto del modelo no estaría lamentándose ahora por no tenerla en los archivos de imágenes de su teléfono. Si lo hubiera hecho, en este momento estaría observándola, pero por ahora debía conformarse con el escaso recuerdo que se grabó en su memoria de aquella muestra que su amigo le dio permitiéndole echar un vistazo desde la pantalla de su celular.
Desde que vio esa imagen no ha podido dejar de pensar en ella. Aquel chico de cabellos castaños con un marco facial de simetría perfecta la cual llevaba todo en su justo lugar; cejas espesas bien marcadas y moldeadas, hermosos ojos avellanados y delineados por la espesura de unas largas pestañas, nariz levemente prominente moldeada de la forma más escultural, labios carnosos hechos con la medida y la forma justa, exquisita, no muy gruesos y tampoco muy finos; ese rostro era perfecto. Dios... desde el primer instante en que Hyungwon le dio la oportunidad de ver aquella fotografía en su celular, las facciones del modelo le recordaron tanto a aquel pequeño castaño que se había adueñado de su corazón, aquel niño de rostro perfecto y sonrisa cuadrada que nunca ha podido olvidar.
Sabía que no estaba bien hacerlo, pero se estaba haciendo ilusiones con que aquel hombre fuera su Taehyung. No debía permitirse estar tan feliz por una razón aparentemente inexistente, tenía claro que la probabilidad de que fuera él debía rozar entre un cero coma cero, cero, cero uno por ciento.
Se levantó algo mareado de la cama para ir a su cocina por agua, pensó en lo débil que estaba su cuerpo a pesar de lo mucho que había engordado durante los últimos años. Todo gracias a las ricuras que Yoongi le traía los fines de semana de la pastelería del padre de Jin cada vez que ellos viajaban hasta el pueblo para visitar a sus padres y cuando estaban de regreso a la ciudad de Seoul él se la pasaba comiendo los deliciosos bocadillos y escribiendo, mientras Yoongi salía de juerga con su inseparable amigo, Kim Seok Jin.
Hoseok se detuvo por unos segundos a pensar un poco en la vida que estaba llevando, pues su amigo el abogado le había caído como carcoma a un madero varias veces tocando ese tema. Pero no fue hasta que vio la foto de ese sujeto que se hace llamar V que empezó a desear que su vida no fuera al cien por ciento de la manera en que está ocurriendo, por un instante deseó tener una vida "normal" y divertida fuera de su imaginación, pero luego recordó que lo único que le ha hecho sentir bien es vivir dentro de su burbuja, encerrarse y aferrarse a las paredes interiores de su imaginación, ese campo de fuerza que lo protegía de la dolorosa realidad, porque sí, él sabía que ésta dolía, dolía tanto que no se creía capaz de soportarla.
Más ahora estaba ahí, formulando estrategias para sacarle datos a su amigo Hyungwon, más que cualquier información, necesitaba saber el nombre de ese chico.
Necesitaba comprobar que no era Taehyung, su Taehyung, así podría regresar conforme a su estado de letargo y su imperturbable vida que, a partir de la noche anterior, había dejado de serlo.
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El ex-cibernovio [Hope-V]
FanfictionNadie queda mal después que se inventaron las mentiras, eso oía decir. Yo solía vivir pensando de esa manera, pero ya no más. Las mentiras son capaces de hacerte cautivo de su juego infinito, si has caído en él, aunque no creas tener salida, nunca d...