*Nick's POV*
Hoy el campus está de luto. Con los chicos vamos camino al velorio de Mei, la hija del director Scott. Una muerte que, sin duda, nos ha tomado por sorpresa, y no podemos evitar el sentimiento de amargura, no solo por la pérdida de una de las personas mas dulces e inocentes del instituto, sino también por su corta edad. Esto nos recuerda que no es necesario llegar a tener canas y arrugas para llegar a nuestro fin, sino que la muerte puede estar a la vuelta de la esquina, no importa si la esperas o no.
El diagnóstico es sorprendente; apenas 12 años de edad, pero al parecer, según los expertos, la salud de Mei se fue deteriorando repentinamente, y al cabo de unas semanas apenas podía moverse sin que le doliera el alma. Algunos dicen que fue la tristeza lo que la mató... Mei era una chica dulce, todos en el campus le teníamos cariño, pero ella estaba sola. El único pariente cercano que tenía era su padre, el director Scott, y aunque no contaba con la edad suficiente para asistir al instituto, solía acompañar a su padre la mayoría del tiempo, por lo que normalmente se la podía ver brincando por los pasillos, siempre con una sonrisa en su rostro y dispuesta a ayudar a quien se lo pidiera. Pero luego de la muerte de su padre quedo sola, con sus penas, en aquella enorme pero tan vacía mansión. Allí también estaba su nana, quien obviamente intentó sacarla adelante, pero al parecer no pudo salvarla de su realidad.
Llegamos a la elegante mansión, obviamente el negro predomina en las vestimentas de los presentes, reconozco el rostro de la mayoría de las personas allí, son del instituto. En la vereda está estacionada la carroza fúnebre, con un voluptuoso y colorido ramo de rosas adornando su techo, pareciera lo único que vería con vida en todo el día.
A pesar de que la mansión es bastante grande, fácilmente podemos ubicar el cajón, ya que está en el hall principal y es donde están la mayoría de las personas. Allí se encuentra ella, o al menos lo que quedó. Lleva las manos en el pecho, sus rizos color oro parecen ser lo único que brilla en la habitación.
—No puedo creer que se haya ido tan joven... — Fanny rompe el silencio que se había generado entre nosotros desde que llegamos a la mansión—. La última de los Scott...
—Me pregunto que pasará con la mansión ahora... ¿Creen que la subasten? —Me intereso. No conocía ningún caso en la que una familia directamente se extinguiera, hasta donde sé yo no hay ningún tipo de heredero.
—Yo pienso que la nana sería quien merece quedarse con todo, al fin y al cabo, luego de tantos años ya era parte de la familia —contesta Amaya—. Pero dicen que ella se negó rotundamente y que decidió irse de la ciudad a su pueblo natal; pero no dudo que haya algún otro familiar lejano esperando este preciso momento para venir a llevárselo todo...
¿Que me puedo llevar lo que quiera antes de que alguien mas lo haga dijo? Me parece razonable, de todos modos, siendo una casa tan grande y llena de cosas, no creo que alguien note si falta algo.
Me alejo del grupo para dirigirme al "baño". Cautelosamente me desvío al cuarto principal, ya saben, las mejores cosas están en las habitaciones principales; roperos, cajones... #tip. Al entrar lo primero que veo es una pintura bastante grande del Sr. Scott sobre la cabecera de la cama, la cual también es "bastante grande". Sin perder mucho tiempo me dispongo a buscar algo interesante en los lugares claves ya nombrados. Esto es el paraíso, relojes de plata bañados en oro, anillos, y varias antigüedades, todo cabe perfecto en mi bolsillo.
Mis bolsillos están casi llenos y no se me ocurre donde guardar mas cosas, mientras hurgo en la mesa de luz junto a la cama del director (que ya no es del director*) encuentro una llave bastante llamativa, no sé si tendrá algún valor o de donde será... es muy grande como para ser de una puerta normal o un auto, tiene un diseño bastante extraño y no logro identificar de qué material esté hecho.. Mientras me debato si debería llevarme o no la extraña llave escucho unos pasos aproximarse, así que rápidamente me escondo bajo la cama.
La puerta se abre lentamente y alguien entra en la habitación. Los zapatos que lleva son muy anticuados como para ser de una de las chicas del instituto, así que puedo deducir que se trata de la nana. También parece estar buscando algo, un recuerdo talvez... Busca en varios de los cajones mientras yo rezo por no haber agarrado lo que sea que esté buscando. Finalmente busca en la mesa de luz junto a la cama que ya no es del director y parece encontrar lo que buscaba.
Siento los pasos alejarse nuevamente, y cuando dejo de escucharlos salgo de mi escondite. Me decido por llevarme la extraña llave, probablemente sea una antigüedad, hoy en día no se usan ese tipo de cerraduras. Busco en el cajón nuevamente pero esta ya no está allí, así que, sin más, me retiro cautelosamente de la habitación y vuelvo con los chicos.
*Amaya's POV*
Ya había estado en otros velorios, pero nunca frente al de una persona tan joven. Las cortinas de los grandes ventanales estaban abiertas de par en par, pero aún así la luz del sol no parecía llegar a su rostro, el brillo que antes lo caracterizaba ahora se había convertido en una sombra bajo sus ojos.
De repente una pluma blanca entró por el balcón y revoloteó por la habitación hasta posarse en el pecho del cadáver, el ambiente se torno denso y comencé a hiperventilarme. Siempre fui una persona sensible a las energías y conociendo mi imán por lo paranormal, decidí que ya era hora de retirarme del lugar, ya que luego es que suceden las cosas extrañas. Nadie parecía estar notando ningún cambio, los chicos se encuentran hablando con la directora White, quien empuñando un pañuelo les cuenta lo mucho que siente las perdidas que está sufriendo el campus las ultimas semanas.
— Primero el Sr. Scott, y ahora la pequeña... —La oigo sollozar. Trato de interrumpir educadamente la conversación para pedirle a los chicos que nos vayamos. Comienzo a sentir el ambiente enfriarse cada vez más, y eso no es buena señal...
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Weridst: y los Pecados Capitales
Fiksi RemajaWeridst siempre fue una ciudad tranquila. Cuando el instituto Claidfor abrió sus puertas no tardó en hacerse presente la oleada de jóvenes que vinieron a ocupar las modernas residencias que lo rodeaban. Poco a poco un ambiente jovial fue inundando l...