Capítulo 3.⭐

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-Entre -la voz del Rey Supremo se oyó claramente.

Jin respiró profundamente y abrió la puerta. -¿Su Majestad?

El Rey se encontraba de pie, de espaldas a Jin, observando la noche a través de la ventana. Cuando se volvió, Jin tuvo que controlar sus emociones como lo hizo la primera y única vez que se encontraron.

Un hombre atractivo con una figura dominante, el Rey Supremo de Cimeria, no era un hombre para tomar a la ligera. Jin no tenía preferencia por uno u otro género, pero el Rey Supremo podría cambiar eso.

-Jin -le sonrió el Rey-. Me has hecho esperar mucho tiempo.

-Por mi parte, los seis meses pasaron muy rápido, Su Majestad.

-Sigues tan honesto como siempre.

-Pensé que era por eso que me quería. Me llamó refrescante, si mal no recuerdo.

-Aaaah, eres exactamente eso. ¿Te das cuenta que podría ordenar tu muerte si así lo deseara? -caminó en dirección a Jin, sosteniendo ligeramente su barbilla mientras miraba profundamente en sus ojos.

-Podría pero no lo haría -respondió Jin-. No es un Rey cruel.

-Entonces, tienes suerte -el Rey Supremo rió.

La visión de Jin se nubló por un momento -Tal vez algunos pueden creerlo así. El Rey Supremo suspiró -No es tan malo, ya sabes, estar en mi Harén.

Atrajo a Jin más cerca dejándolo sentir su pene semi-erecto en el proceso. Jin sintió el suyo contraerse en respuesta.

-Tal vez no. ¿Debemos hacerlo ahora?

-Jin se apartó del abrazo del hombre antes de desatar el nudo de su bata de seda negra y dejarla car al piso.

-Lo haces parecer una transacción comercial -el Rey Supremo lo reprendió con suavidad.

-Y no es así, ¿Su Majestad? Incluso ahora, mi padre espera que mi posición como su concubino beneficie nuestra casa. El propio Rey Min está lleno de alegría. Estoy diciendo simplemente la verdad.

-Hay más que eso y a juzgar por el modo en que tu pene está reaccionando, no estás tan en contra de la idea. -El Rey Supremo hizo un gesto hacia el pene semi-erecto de Jin.

-No. Es un hombre atractivo, Su Majestad. ¿Por qué no debería sentir placer al mirarlo? -respondió Jin honestamente.

Jin fue hacia la gran cama y se acomodó en ella, descansando su espalda contra las mullidas almohadas -Venga.

-Me pregunto quién es el Rey Supremo aquí -rió suavemente.

-¿Por qué? Si es usted, Su Majestad -rió Jin.

-Es la primera vez que te oigo reír y el sonido es maravilloso ―el Rey caminó lentamente hacia donde estaba Jin acostado en medio de la cama, casi como si temiese que él pudiera huir en cualquier momento.

Jin se ruborizó.

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El rubor de Jin le pareció tan atractivo que Jungkook quería que se ruborizara varias veces antes que la noche terminara.

―Eres tan sensible, Jin -dijo mientras lamía expertamente un pezón de Jin. El capullo se endureció en respuesta.

-Su lengua me hace cosas... -observando como Jin reprimía sus gemidos, Jungkook decidió hacer todo lo necesario para poder oír esos dulces sonidos.

-Hmmm, tus pezones son hermosos. Mira ese color rosa. Y la perfecta manera que responde cuando lo tomo en mi boca.

-Eso fue lo mismo que Mingy dijo. Que amaría mis pezones ―Jin dijo bruscamente.

IN THE KING'S EYES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora