Capítulo 7.⭐

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—Jungkook, no seas ridículo.

—Te prohíbo moverte mucho. De hecho, sería mucho mejor que no dejaras las cama para nada.

—¿Me prohíbes? ¿Te estás escuchando? ¡Dile que está siendo ridículo,Namjoon!

—Jin miró a su sirviente en busca de apoyo.

—Me temo que no puedo, Mi Señor.

—¿Porque él es el Rey Supremo? —dijo Jin malhumorado.

—Porque tiene razón. No es habitual que los hombres estén embarazados en Cimeria. El último nacimiento exitoso del que he oído hablar fue hace diez años. Y aun así, el portador del niño tuvo complicaciones durante el parto.

—¿Ves? —Jungkook arqueó una ceja hacia Jin—. Tengo razón.

—Sí, sí, parece que siempre la tienes —Jin le sacó la lengua y Namjoon ahogó una sonrisa.

—Namjoon, déjanos. Aparentemente necesito enseñarle a alguien quién es el Rey Supremo aquí —dijo Jungkook con un falso tono enojado.

—Sí, Su Majestad —Namjoon sonrió dejándolos solos.

—¡Oh! ¿Ahora tienes que enseñarme una lección? — preguntó Jin.

—Sí, nunca aprendes —Jungkook se acercó a la cama donde Jin estaba cómodamente recostado debajo del cobertor.

—¿Quizás nunca me enseñaste correctamente? —provocó Jin.

—¿En serio? —rió suavemente Jungkook antes de sentarse en la cama y depositar un suave beso en su frente

—. Tal vez debería hacerte recordar —Presionó un beso en los labios de Jin separándolos dejando su lengua deslizarse dentro.

Jin gimió de placer agarrando las solapas de la bata de Jungkook para acercarlo. Cuando el beso cambió de suave a urgente, Jungkook se apartó suavemente.

—¿Jungkook? —Jin abrió los ojos.
Jungkook lo miró, con los labios enrojecidos y los ojos dilatados, sólo quería acostarlo en la cama y hacerle el amor. Pero se contuvo —Estás esperando un hijo.

—Sí, lo sé. Me despierto con malestar y mi estómago está creciendo —Jin bajó su mirada hacia la pequeña hinchazón en su vientre acariciándola suavemente.

Jungkook bajó su mirada al lugar dónde la mano de Jin descansaba y sintió su corazón encogerse por la visión.

Acarició el estómago de Jin con reverencia y lo miró a los ojos. —Nuestro bebé.

—Sí, Jungkook, nuestro bebé —sonrió devolviéndole el beso, pero Jungkook lo alejó otra vez—. Jungkook, ¿qué pasa?

—No creo que debamos hacer el amor. Eso… podría perjudicar al bebé —Jungkook parecía miserable.

—No, no. Le pregunté al médico. Está todo bien, siempre y cuando no planees lanzarme contra la pared o algo por el estilo.

Aunque no me opondría si no estuviese esperando un niño ―murmuró haciendo círculos en los muslos de Jungkook.

—Aun así, creo que no debemos… —respondió Jungkook sin entusiasmo, su pene endureciéndose bajo los dedos de Jin que acariciaban la parte interna de sus muslos.

—¿Parezco frágil? —Jin lo miró tímidamente deslizando las manos debajo de la bata de Jungkook, pasando el pulgar por la ranura de su pene.

Jungkook jadeó antes de gemir —Maldición Jin, no me tientes.

—¿Estás tentado? —dijo maliciosamente mientras acariciaba toda su longitud desde la base, apretando suavemente los testículos.

IN THE KING'S EYES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora