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Mi historia es simple y aburrida, tengo 20 años, curso mi segundo año de medicina, soy hijo único, mis padres están orgullosos de mi y por supuesto yo no soy nada feliz con aquello.

¡Ah! Y un pequeño detalle, tengo esquizofrenia, o al menos eso creo, aveces escucho voces en mi cabeza pero nunca he ido a un médico a comprobarlo, no quiero que a mis padres se les caiga la imagen de hijo perfecto que tienen así que aprendí a vivir con ello.

Hoy como cada día me encuentro en mi cafetería favorita llamada "Promise", siempre vengo por la mañana antes de que mis clases comiencen. Pedí un café simple y un trozo de pastel de chocolate, me senté en la mesa de siempre y observé el lugar llenarse, las nubes grises fuera anunciando una tormenta, finas gotas de lluvia comenzaron a caer en segundos y yo me maldije al no traer un paraguas.

La mesera trajo mi pedido y yo agradecí en respuesta, cuando levanté la mirada observé a todos mirar en una misma dirección, seguí aquellas miradas hasta un nuevo cliente entrando al café, entre cabelleras oscuras un chico alto con cabello rojizo completamente empapado destacaba, vestía bastante ligero para el frío que hacía, traía un paraguas en su mano pero parecía no haberlo ocupado y obvio, la lluvia terminó haciendo de las suyas con él, pero a él parecía ni siquiera importarle, bastante raro a mi parecer.

Pronto me di cuenta que lo estaba juzgando y bajé mi mirada dispuesto a quitar mi atención de él, todos lo estaban mirando mientras pedía su orden, suficiente atención tenía ya como para también otorgarle la mía.

Unos minutos después me sumergí en mi mundo, en mi café y en el libro de medicina que me debía estudiar.

"Jimin"

Mordi mi labio inferior frustrado al oír aquella voz en mi cabeza, la ignore como llevaba haciendo hace tiempo y traté de volver a concentrarme.

— Disculpa -esta vez la voz no sonaba para nada parecida a las de mi cabeza, levante la mirada encontrándome rodeado de miradas y frente a mi aquel extraño chico de cabellos llamativos, me sentí cohibido por la atención en exceso- ¿Puedo sentarme contigo? Todas las mesas están ocupadas, prometo no molestar

Él me miró suplicante, observé a nuestro alrededor, efectivamente todas las mesas estaban ocupadas y yo era el único sentado solo. Me fue imposible negarme y terminé asintiendo muy a mi pesar, él sonrió triunfante agradeciéndome, se sentó frente a mi ante la atenta mirada de todos y me fue inevitable no mirar  lo que había pedido, un par de donas y un Chocolate Frappuccino, podía ver los hielos ahí, ¿quién en su sano juicio bebía algo tan helado con el frío que hacía? ¡hasta estaba lloviendo! Y él estaba completamente empapado y nada abrigado.

Joder, entendía perfectamente porque todos lo miraban, no solo era porque sin duda era un chico bastante atractivo o por su cabello, sino que también era bastante mmm... ¿raro?.

— ¿Qué sucede? -preguntó él de pronto-

Yo fui sincero, bueno, lo más sincero que pude sin parecer mal educado.

— ¿No te sientes incómodo? -el alzó una ceja mirándome interrogante, yo continué- con toda esta gente mirándote

— ¿Por qué habría de importarme?

Ahora yo era el confundido, bueno, al menos era consciente de que todos lo miraban.

— Tú cabello es muy llamativo -en realidad todo en él lo era, pero preferí evitar decir aquello-

Él se quedó en silencio unos segundos antes de hablar nuevamente.

— ¿Cuál es tu color favorito?

¿Esa era su táctica? ¿Cambiar de tema?

— Mmm... rojo... -conteste no muy seguro, también bastante confundido por su pregunta-

— ¿Seguro?

Yo asentí aún más dudoso que antes.

— No lo es ¿verdad?

Mierda.

Mordi mi labio inferior incomodo al ser descubierto por él.

— ¿Cuál es? -volvió a preguntar-

Mi respuesta salió casi en un inaudible susurro.

— Rosa...

Me preparé mentalmente para oírlo reír.

Pero no lo hizo.

— Dime... -él me miró interrogante, comprendí enseguida lo que queria-

— Jimin, es mi nombre

Él asintió con una sonrisa.

— Dime, Jimin, ¿No te gustaría llevar el cabello de tu color favorito?

— Si... -murmure antes de darme cuenta de lo que dije y arrepentirme de ello- digo, no, claro que no, el rosa es algo afeminado

— ¿Tú crees eso?

Yo asentí en respuesta, él suspiró ¿molesto? no, ¿cansado?, no lo sé.

— Solo el ser humano puede ser tan idiota de mentirse así mismo y en realidad creerselo -dijo él, yo lo  miré aún más confundido- ¿Sabes? Jimin, creo  que lo que me acabas de decir está más condicionado por la opinión de los demás que por lo que tú realmente piensas, así que lo preguntaré otra vez, ¿Tú crees eso? Jimin,  ¿Crees que el rosa es afeminado?

— No... pero todos lo creen así, no quiero que la gente piense mal de mi, no quiero llamar la atención y que me miren como un bicho raro -fui sincero con él, aún con  el miedo latente a una burla de su parte o a que se enfadara ya que indirectamente le estaba llamando bicho raro- ¿Acaso a ti no te importa lo que los demás piensen de ti?

Su respuesta fue una sonrisa y unas simples palabras.

— Mientras menos me importe la opinión de los demás, más libre me siento

Me quedé congelado por su respuesta, estaba seguro de que ahora yo lo miraba a él como si fuera un bicho raro.

— Jimin, no me mires así -él rió claramente notando mi mirada sobre su persona- no sé trata de ser un antisocial, solo no quiero ser un hipócrita conmigo mismo, sé diferenciar las cosas que salen naturalmente de mi a las cosas que podría hacer para ser aceptado, se quien soy y no finjo ser alguien más

Él sonrió triunfante y le dio un mordisco a una de sus donas ante mi perpleja mirada.

Y allí comenzó nuestra historia, con su manera única de ver las cosas y mi miedo a ver más allá de la opinión de los demás.

Promise 《JJK & PJM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora