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Mi vida monótona cobró sentido después de conocerlo...

Si bien antes iba al café solo por costumbre y porque quedaba cerca de mi universidad, ahora también tenía un motivo oculto, esperar ver esos cabellos rojizos cruzar por la puerta.

Desde el día en que lo conocí han pasado dos semanas o al menos eso creo, nunca estoy muy pendiente de las fechas, ese día inesperadamente hablar con él fue muy fácil y terminé saliendo con un par de cosas del café.

Con el planteamiento de si he estado haciendo lo correcto con mi vida.

Y con la duda de cuál sería su nombre.

Porque si, él en ningún momento me dijo su nombre, recién cuando se marchó me di cuenta de aquello.

— Su pedido -una de las empleadas del lugar habló dejando mi café y el par de donas que había pedido frente a mi-

— Gracias -mencione mostrando una pequeña sonrisa a lo que ella asintió y pronto se marchó para seguir con su trabajo-

El tiempo pasó casi volando, había acabado con mis dos donas y pedí otro café, el cual reposaba ya tibio entre mis dos manos que intentaban apropiarse de su calor, mi mirada levantándose cada vez que la campanilla de la entrada anunciaba un nuevo cliente, pero claro, ninguno tenía el cabello rojo, ni esa reluciente sonrisa y mucho menos vestían con ropa ligera, en cambio solo entraban personas con rostros aburridos, cabelleras comunes y bien cubiertos del frío.

Ninguno era mi chico pelirrojo y desconocido...

Suspirando frustrado observe la hora, genial, mis clases ya habían comenzado hace 10 minutos y yo estaba aquí esperando por alguien que posiblemente nunca más en la vida vería y que de seguro ni siquiera se acuerda de mi.

Con las "ansías" que tenía de ir a mis clases me levanté, tomé el resto de mi café para beberlo por camino y me dirigí hacia la salida tomando el resto de mis cosas.

"Jimin, vamos mírame"

Detuve mis pasos abruptamente al oír aquello, sonaba tan cerca que me era difícil de creer que fue mi imaginación, pero ni siquiera tuve tiempo de pensar al oír una queja directa hacia mi, recién allí me di cuenta que había un chico frente a mi, su hombro cubierto por café y me miraba con claro enfado.

Joder, lo que me faltaba.

Había derramado mi café sin querer sobre aquel desconocido y claro que él no se veía nada contento.

— ¡Maldición! ¡ve por donde caminas maldito imbecil! -exclamó él poniéndose de pié, la atención de todos inmediatamente se dirigió a nosotros-

— Pe... perdón -murmuré como pude, la atención en exceso me ponía demasido nervioso y este chico realmente parecía que me iba a golpear en cualquier momento-

— ¿Perdón? ¿Solo eso dirás? -el dió unos pasos hacia mi, yo retrodeci otros cuantos, intimidado por él- ¡Lo hiciste apropósito! ¡¿sabes cuánto cuesta esta camisa?! ¡para que un estúpido como tú venga a mancharla!

Joder, me había quedado sin palabras, los nervios no hacían más que dejarme inmóvil y completamente asustado por la situación.

Quería llorar.

— Señor disculpe -una voz femenina interrumpió entre nosotros, una de las empleadas del café estaba junto a mi hablando hacia el chico enfadado- pero claramente aquello fue un accidente y agradecería que se calmara para poder hablar

— ¿Accidente? ¿Enserio? ¡Ja! -él rió tan amargamente y con un toque de diversión que creo que hasta la chica a mi lado se asustó pero se mantuvo firme en su lugar, en cambio yo solo quería desaparecer- ¡No hay manera de que esto sea un puto accidente! ¡Lo hizo con toda la intención! Yo lo vi, ¿Qué querías eh? ¿Llamar mi atención de esta manera? como el puto maricón que eres ¿Es eso?

Eso lo dijo hacía a mi, no podía verlo ya que mi mirada estaba en mis pies, pero podía sentir su presencia cerca de mi. Ni siquiera podía defenderme a mi mismo, las palabras simplemente no salían, era patético.

— Señor por favor calmese, hablemos como gente civilizada y no saquemos conclusiones apresuradas -dijo la chica junto a mi lo más calmada que pudo pero claramente se notaba algo molesta-

— ¿Que no saque conclusiones? ¡Vamos! ¡Él ni siquiera lo está negando! ¡Yo tengo la puta razón aquí! Este puto mari...

Él no terminó de hablar.

Hubo silencio.

Luego murmullos de gente sorprendida.

Recién allí me atreví a levantar la mirada.

El chico ahora tenía la otra mitad de su camisa escurriendo en café y tras él se asomaba una cabellera roja.

Mi chico desconocido estaba allí de pié, con cara de pocos amigos y en su mano sostenía su vaso de café ya vacío.

— ¿Quién mierda eres para creer que tú opinión vale más que la del resto? -y aquello fue lo primero que dijo hacia el chico que lo miraba entre sorprendido y enfadado- empareje tu camisa, ahora no debes preocuparte por la mancha -eso último lo dijo con una reluciente sonrisa que hizo a más de alguno reír-

Su mirada se dirigió hacia mi unos escasos segundos antes de regresarla al molesto chico empapado en café.

— Él pidió perdón, fue un accidente y si eres tan hombre como para insultar a alguien, serás lo suficientemente hombre como para aceptar una disculpa educadamente -mi desconocido pelirrojo dijo aquello de una manera que hasta a mi me hizo temblar- ¡ah! y también perdón por derramar mi café en ti, es que mi lado gay ansiaba ver a un hombre con camisa mojada

Y aquello fue todo lo que se necesito para que todos rieran a carcajadas mientras el pelirrojo sonreía triunfante al ver al chico marcharse del café completamente enojado, seguramente no volvería nunca más por aquí.

— ¿Estás bien? -esta vez se acercó a mi, la empleada a mi lado se despidió amablemente y se marchó dejándonos a ambos-

— Si... -murmure ya un poco más calmado, pero no, claro que no estaba bien, mis manos aún temblaban y me avergonzaba que él me hubiera visto en tal situación-

Él no pareció contento con mi respuesta.

— Jimin -dijo él y yo solo pude emocionarme de que recordara mi nombre- ¿Hacía dónde vas?

— A clases -aunque claro, de seguro el maestro ya no me dejaría entrar-

— ¿Puedo acompañarte? te juro que no haré nada, solo me preocupa que ese idiota te siga, además no te ves muy bien

Mi respuesta fue un asentimiento y una sonrisa, este chico realmente era maravilloso.

Él sonrió de igual manera y sin decir ninguna palabra más salimos juntos, él dejándose guiar por mi, mientras yo trataba de ordenar el montón de preguntas que tenía en mi cabeza para él.

— El café -hable yo primero- perdiste tú café por mi culpa, yo debería pagar con él... digo, si quieres... si no tienes nada más que hacer... bueno...

Joder, odiaba ponerme nervioso.

— Mañana -fue su respuesta junto a una hermosa sonrisa que dirigía hacia mi- nos vemos en el café a medio día, en la mañana no puedo ¿Te parece?

Yo asentí feliz sin siquiera importarme que tendría que saltarme una clase, nunca había hecho tal cosa pero esta vez poco o nada me importaba.

— Muy bien Jimin, entonces nos vemos -dijo él dispuesto a marcharse, recién allí noté que estábamos fuera de mi universidad, realmente estaba cerca del café-

— ¡Espera! -exclame llamando su atención cuando él ya se había alejado unos cuantos pasos pero volteó a mirarme interrogante- tu nombre...

El sonrió una vez más.

— Te lo diré mañana, así me aseguro que realmente vayas al café

Y con eso se marchó.

Promise 《JJK & PJM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora