Capítulo 3: Una cita a cambio de información

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¿Conocen la sensación de estar por explotar?

Yo tampoco. Simplemente me encuentro a la espera de saber cuál será el siguiente movimiento de este chico y qué planea al postrarse así frente a mí.

Aunque me niego a desviar la mirada, sé que la mayoría de los presentes están atentos a lo que sucede entre nosotros. Yo, más que nadie, quiero saber qué es lo que pretende Ryan al acercarme a él.

No sé si dura minutos allí pero mi ego me impide moverme, así que viendo que no hace nada, arqueo una ceja ante su cercanía. Eso parece divertirle.

―Hablemos fuera ―ordena Ryan soltándome del mentón, me tambaleo ligeramente y es entonces cuando notó la presión que ejercía allí.

Me cruzo de brazos y lo enfrento sin moverme.

―O tal vez no.― Santa mierda y todos sus ángeles. Me muero el interior de la mejilla porque aunque soy muy sexy y espectacular, no puedo controlar al cien por ciento mis emociones.

Me mira unos segundos y después sonríe. Sujeta mi muñeca con fuerza y me jala llevándome a un lugar menos transitado.

―Hay algo que debes saber...― Comienza a hablar, pero al momento justo suena el timbre y le sonrío.

―¡Uy! Que triste, ya hablaremos luego, bye bye, guapo ― Me despido con una expresión que he visto que hace mamá y se ve genial.

Luego de unos minutos que parecen robarme la juventud, la clase de filosofía se acaba. No me malinterpreten, me gusta la filosofía, pero este profesor lo único que hace es ponernos a trabajar cosas que no te darían ni en la secundaria. Salgo a una rapidez impresionante cuando suena el timbre y al poco tiempo ya estoy en el autobús.

Llego a casa exhausta, sin ninguna idea de cómo empezar a seducir a dicho chico guapo y malote.

―¿Qué tienes, preciosa? ―pregunta papá en la mesa, al parecer hoy salió temprano del trabajo. Suspiro y me tiro sobre la mesa de manera dramática.

―¡Tú! Es todo tu culpa. ―le digo señalándolo, aún en la mesa, con todo mi cabello sobre mi cara y levantando ligeramente la cabeza para verlo.

―¿Qué hice yo? ―dice riendo. Mi mamá sale de la cocina y se sienta en la mesa.

―¿No te parece que pasas mucho tiempo en la cocina?― Le pregunto a mamá. Se ríe y besa a papá en la mejilla.

―Trabajo haciendo pasteles, Venus. ¿Qué hizo tu papá? ―dice volviendo al tema anterior. Me enderezo y les explico fácilmente.

―¡No me hizo más inteligente!― Lo señalo acusatoriamente. Mamá frunce el ceño.

―¡Yo te hice! Y saliste más inteligente que todos en la familia, ¿qué pasa? Nunca antes habías dicho semejante mentira.― Se le ve preocupada. Tiene razón, nunca antes dudé de mis capacidades, y creo que hoy no será la primera vez.

―¡Tienes razón! No te preocupes, ma', solo un momento de debilidad, no volverá a pasar.― Les aseguro, me levanto dispuesta a ir a mi habitación pero su voz me detiene.

―Recuerda de quién eres hija, verás que eso te hace sentir mejor ―Me guiña un ojo y me río junto a ella.

Mi madre tiene razón.

Debo conseguir una cita con Ryan, y ya sé cómo conseguirlo.

**********

Diviso al mejor amigo de Ryan a lo lejos jugando billar, me acerco y sostengo su taco para impedirle jugar. Él, molesto, me mira y suspira, le entrega el taco a alguien más y se gira hacia mí, llevándome a la barra.

Fue una decisión arriesgada venir, pero este bar es muy común entre ellos y era muy probable encontrarlo aquí.

―¿Qué quieres? ―pregunta recargándose en la barra. Yo no imito.

―Dime dónde puedo encontrar a Ryan.― Él me mira analizándome y bufa.

―¿Qué gano si te lo digo? No voy a revelar esos secretos sin recibir nada a cambio ―dice esbozando una sonrisa. Le regreso la mirada y sonrío. Sé lo que desea, lo he notado desde hace tiempo.

―Le diré a Siara que tenga una cita contigo.― Keith parece sorprendido, e inevitablemente se sonroja de manera adorable, me río y le doy un golpe en el brazo.― No te avergüences, soy la única que lo sabe.

―¿Cómo lo supiste? ―pregunta aclarándose la garganta. Recuerdo todas las veces que lo he visto quedarse embobado mirando a Siara y sonrío.

No han sido dos o tres, y es que es entendible por la belleza de mi amiga. Estoy segura de que Siara estará encantada con mi ayuda.


Keith no es el único interesado aquí.

―Intuición. ¿Aceptas?― Estiro la mano esperando que la estreche y tras unos segundos que me parecen eternos, responde.

―Acepto.― Estrecha mi mano, y así, logro saber dónde estará Ryan mañana a las 6 de la tarde, completamente solo, dispuesto a ser conquistado por mí.

Una cita improvisada tiene que funcionar.

Por supuesto, a Venus Williams nada le puede malir sal.

Gracias por leer, espero sigan y les guste 💖💖

Seducir a Ryan Gosling (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora