Pasaron algunos días desde el accidente, pero como fue nada grave estoy como nueva. Y por supuesto los analgésicos me ayudaron un montón para el dolor. Namjoon estaba exagerando un poco cuando reaccionó al verme caer. Desde que se fue del departamento me manda mensajes por la mañana, por la tarde y por la noche para saber si estoy bien o si necesito algo. No es como si hubiera recibido una herida de bala, solo fueron unos raspones, que dejaran marcas de por vida en mi piel. Pudo ser peor creo yo.
Pero, ¿quién soy yo para decirle al poderosísimo Kim Namjoon, mi presidente, que baje la intensidad y dejé de textearme? O sea, ¡por Dios! ¿Cuántas personas en el planeta tienen esa oportunidad sin ser familia, trabajo o amigos cercanos? Se pueden contar con los dedos eso es seguro.
Me levanto de la silla de mi escritorio, tomo mi bolso haciendo una pequeña mueca de dolor, sí todavía me duele un poco el brazo pero me aguanto como la hembra que soy; y me dirijo a la salida. Ya no hay personas trabajando en los cubículos. Al parecer soy la última en irse de la oficina. Bueno, se trabaja intenso o no se trabaja, ese es mi lema. Desde que llegué a Corea. Volteo mentalmente mis ojos. Camino hacia el ascensor y presiono el botón para llamar el elevador.
Al salir de este camino hacia la salida del edificio de la empresa en la que trabajo, y mi teléfono empieza a sonar. Miro el identificador, es Namjoon. Hablando del rey de roma.
- Ya estoy llegando a mi casa si por eso llamabas.
Digo de inmediato sin dejarlo saludar ni nada. Me detengo en medio pasillo.
- Lo siento. He sido un poco insistente, ¿no? -suelta esa tierna risa que hace cuando está avergonzado. Sonrío de tan solo imaginarlo.
- Insistente es poco -digo en tono sarcástico.
- Lo siento -se disculpa.
- Tranquilo.
- Llamaba porque salgo de viaje mañana y tengo a Monie conmigo mis padres se fueron hacer un viaje en pareja y no tengo quién lo cuide mientras. Es un viaje programado a último minuto fuera de la ciudad y quería saber si lo puedes cuidar.
- Oh, claro, no hay problema. ¿Admiten animales en el edificio?
- Sí.
- Ah, bueno, qué suerte.
- Ok, perfecto, entonces paso a dejarte a Rapmon en una hora y media, ¿está bien?
- Me parece bien, ahí estaré.
Ambos nos despedimos y colgamos al mismo tiempo.
Al llegar al edificio me encuentro con Namjoom en la entrada. Me dirijo casi corriendo en su dirección. Nos saludamos. Namjoon me da la correa de Monie.
- En serio te agradezco que cuides de él. Se suponía que se quedaría conmigo unos dos o tres días y regresaría a casa de mis padres, pero ya ves, no se pudo.
- No te preocupes, yo cuidaré de él. Es más nos vamos a divertir mucho, ya verás. Tendremos tanta diversión que ya no querrá regresar con su dueño. ¿Verdad Moni?
Me hinco y acaricio a Monie en la cabeza con cariño y le hablo en español como si de un bebé se tratase.
- Ya me estoy arrepintiendo.
Me levanto y lo miro.
- Ay, no es para tanto.
Namjoon estira la mano derecha que sostiene una bolsa de tela grande.
- Ay, no te hubieras molestado -digo con sarcasmo. Él ríe.
¡Ay, como amo esa sonrisa!
- Aquí está la comida, y unos juguetes.
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Mi vecino es Kim Namjoon
ChickLit¿Qué harías si uno de tus idol favoritos fuera tu vecino? Esta es la historia de Lily López que comienza a vivir en Seúl debido a una buena oportunidad de trabajo en una empresa reconocida. Gracias al buen sueldo por su puesto de trabajo, ella puede...