CAPÍTULO 1

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Me desperté a las tres de la mañana, la fuerte lluvia golpeaba mi ventana, fui a cerrar las ventanas, estaba en ropa interior negra y una camisa rosa clara de tirantes vieja. Hacía fresco, fui a la cocina para ir a por un baso de agua y escuché ruidos en el balcón, decidí ir a ver que era... eran las hojas del árbol, tenían que cortarlas. Volví a entrar dentro, cerré las puertas y puse las cortinas, fui a la habitación, me senté en la cama, abrí el cajón de la mesa de noche para coger una pastilla para el dolor de cabeza, bebí el agua y me tragué a pastilla, nunca me ha costado tomarla sin partirla, seguidamente me tumbé en la cama y me fui a dormir.

Me desperté a las 8 para ducharme, vestirme, desayunar y bajar a la planta de abajo donde estaba mi tienda

Al llegar vi que en la puerta ya había gente esperando, abrí la tienda y empezaron a saludarme. Eran las tres ancianas que siempre venían por la mañana, había poca gente y les daba tiempo a ver lo que había sin que les empujaran o se agobiaran con la gente.

ANCIANA: Mina que bonito lo dejas todo siempre, nos encanta verte tan feliz

MINA: Gracias a ustedes por venir cada día, me encanta ver que estáis bien.

ANCIANA: ¿Y tu abuela no ha venido hoy?

MINA: Está preparando la merienda, haremos una terraza delante de nuestra tienda para toda la gente que quiera venir, como un evento, podéis venir si queréis

ANCIANA: Claro que iremos, con mucho gusto.

Mi tienda era pequeña y vendía accesorios, no había ninguna otra tienda de accesorios, la única que había era la nuestra, gracias a eso era reconocida, siempre había gente, lo vendíamos todo a final del día y lo tenía que reponer por la noche. Vendíamos collares, pulseras, pendientes, imanes, ropa... vendíamos todo lo que podíamos, y había días que íbamos por las casas preguntando si querían vender objetos y ponerlos en venta en nuestra tienda, se llevaban el setenta y cinco porciento de las ganancias obtenidas.

Un rato después la tienda se vació y aparecieron dos hombres vestidos con traje y vinieron al mostrador.

HOMBRE 1: ¿Usted es Mina Cost?

MINA: Si, ¿queréis algo?

HOMBRE 2: No, ya nos vamos.

MINA : Bien, buenos días.

¿que hacían aquí? ¿cómo sabía mi apellido? Ninguna persona de este pueblo sabe mi apellido, mi abuela dijo que nunca lo diga, ¿le he decepcionado? era la persona más importante de mi vida ahora mismo. Intenté olvidarme de ellos toda la mañana, pero me parecía imposible.

Eran las dos de la tarde y cerré la tienda para irme a comer, subí a mi casa y me esperaba mi abuela con la comida en la mesa, hoy tocaba mi comida favorita, canelones de atún caseros con olivas y pan de acompañamiento, nunca he pedido mucho, mi familia no se lo podía permitir, siempre me ha gustado haber nacido sin mucha cantidad de dinero, dicen que cuando una persona nace con dinero se vuelve arrogante y egoísta, y nunca me ha gustado la gente así, a mi me caracterizan por ser humilde y amable con todo el mundo y eso me hace feliz.

Creí que era el momento perfecto para contarle a mi abuela lo que pasó esta mañana, ¿que podría pasar? ¿son gente peligrosa? ¿que querían? estaba muy intrigada, pero no creo que mi abuela pueda responder a eso.

MINA: Abuela, te tengo que contar una cosa ¿me prometes que no te enfadarás?

ABUELA: Hija, dentro de un mes cumples 18 años, no hace falta que siempre que me vayas a decir algo te tenga que prometer nada, sabes que nunca me enfado.

MINA: Abuela, esta mañana han venido dos hombres de unos 25 años.

ABUELA: ¿te han hecho daño? Voy a llamar a la policía ahora mismo.

MINA: Abuela por favor, siéntate, es importante

ABUELA: Hija estoy preocupada, ¿ha pasado algo mas?

MINA: Abuela, déjame acabar, por favor. Estaba poniendo el dinero en la caja y esos hombres se acercaron y me dijeron  ¿Es usted Mina Cost? 

ABUELA: ¿No le habrás dicho tu apellido, no?

MINA: Les dije que si era yo y me dijeron que se tenían que ir.

ABUELA: LLevo 10 años diciéndote que no le digas tu apellido a nadie, ¿tanto te costaba decir que no?

MINA: Sabes que no sé mentir, no les podía decir que no, su mirada ya sabía que era yo. ¿por qué no le puedo decir a nadie mi apellido? ¿que tiene de malo?

ABUELA: No estás preparada para saberlo, hazte una maleta, mañana llamo a tu tío para que venga a buscarte a las siete de la mañana.

MINA: Pero abuela...

ABUELA: No hay tiempo para hablar, ponte a hacer la maleta, o será demasiado tarde.

MINA: ¿Y que pasa si no la hago?

ABUELA: Moriremos, tu, yo y toda nuestra generación, de tu decisión depende la vida de toda nuestra familia, si mañana por la mañana no estás, tu vida cambiará para siempre, si cuando sean las 10 aún estás aquí, será demasiado tarde.

MINA: Por favor abuela, explícame el porque no puedo saberlo.

ABUELA: No te puedo decir más, tu tío tendrá cinco horas para explicártelo todo.

MINA: ¿Por qué cinco horas? ¿tu dónde irás?

ABUELA: Mañana te vas de viaje. Yo me quedaré aquí, si tu no estás, no me harán nada, me inventaré algo para ganar tiempo.

MINA: Está bien... supongo que no tengo otra opción... mañana a las siete estaré en la puerta de la tienda.

ABUELA: ponte ha hacer la maleta, yo estaré toda la tarde abajo, vete a prepararte.

MINA: ¿Que tiempo hace en el sitio donde voy?

ABUELA: por la noche refresca, pero ponte cosas de verano, y si puede ser... que parezcan de valor.

MINA: Está bien... ahora voy a prepararla

Acabé de comer, recogí la mesa y me fui a por la maleta, no se que puede estar pasando.

Miré mi armario, era todo de mercadillo... fui a mi mesa de noche, abrí el segundo cajón, aparté mi ropa interior y vi mis ahorros, dos mil quinientos euros en dos años de ahorro, ¿quién me diría a mi de gastarme tres mil doscientos cincuenta euros en reformar la casa? Con este dinero que tengo puedo ir a una tienda a comprarme ropa de apariencia cara.

Estuve cinco horas comprando ropa y me dió para muchísima ropa, mas de la que necesitaba.

Me compré cuatro bikinis de una calidad estupenda con diferentes gafas de sol y dos sombreros, cuatro vestidos de noche y zapatos de tacón, me cogí pendientes de nuestra tienda y sandalias que tenía en el armario, alguna ropa la compré y otra la cogí de mi casa, tenía cosas que ni sabía. Cogí jabones y mi secador, mi plancha y varias cremas, también bolsos y libros.

Estuve dos horas haciendo la maleta, habían muchas cosas.

Era la hora de cenar y mi abuela subió, me preguntó que como iba la maleta, no me preguntó nada más, le dije que estaba preparada hasta la ropa que me iba a poner mañana, le expliqué mi plan y me sonrió.

ABUELA: Estoy orgullosa que des tu vida por la de tu familia, eres muy valiente, te echaré de menos.

MINA: Hago lo mejor para ti.

Después de cenar me fui a dormir, era muy tarde, me despertaba a las cinco de la mañana y eran las diez de la noche, no iba a dormir mucho, pero iba a ser un día largo.

Antes de irme a dormir escuché a mi abuela llorar mientras hablaba por teléfono, era mi tío, mañana iba a recogerme, mi abuela lloraba y repetía que se sentía culpable. ¿por qué?

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ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO ESTE PRIMER CAPITULO DEL LIBRO.

SI QUERÉIS APORTAR IDEAS LO PODÉIS IR HACIENDO POR LOS COMENTARIOS, ME AYUDARÁN MUCHO, GRACIAS DE VERDAD.

¿Es Usted Mina Cost?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora