Séptimo día
Omar x Fargan
Las plumas que Fargan tenía esparcidas por algunas partes de su cuerpo le ayudaron en su viaje a la prehistoria. Al parecer, algunos de los depredadores de allí lo consideraban algo "no comestible", cosa que descubrió al ver a un T-Rex atacando a Willy, pero no a él.
Los dodos que cuidaba jugaban alegremente dentro de aquella cerca que construyó. Ser un granjero está en la sangre, y él sabia perfectamente sobre eso.
—¿Cómo se consigue alpiste es este lugar? —Omar revolvía su cabello castaño. Pensaba y recordaba si por algún lugar había visto semillas o algo parecido.
En un momento, los graznidos de los dodos se hacen más fuertes, parecido a cuando les da de comer. Mira a sus polluelos, y nota como aquel señor con antifaz de búho pasa cerca de la valla. Los dodos sólo intentan volar hacia aquel chico.
—¡Oye, que me espantas a los dodos! —grita en broma, esperando ser ignorado olímpicamente, pero no. Llamo la atención de uno de los héroes de Karmaland, quien tropezó con una piedra y cayo de pleno al suelo arenoso. Los dodos chillaron estruendosamente y buscaban salir a toda cosa, rasgando la madera y picándola con el pico y, para sorpresa de Omar, lograron su objetivo.
La parvada salió disparada hacia el búho, quien se había sentado en la arena, y lo rodearon protectoramente, mientras unos cuantos se subían sobre él.
—¡Eh, quítense, pajarracos! —grita Fargan, y trata de levantarse, pero no puede debido al peso que lo hace trastabillar y vuelve a caer otra vez.
—¡Ahí voy a ayudarle, no se preocupe! —el granjero corre rápido para ayudar, aunque por dentro se esta muriendo de la risa.
Fargan empieza a reír de repente, por los piquetes que los dodos le hacían. Cosas como esa le habían pasado desde que habían llegado a ese tiempo, esos dodos lo seguían o buscaban su atención y caricias.
De entre las plumas y chillidos, Fargan ve como el rosto de un joven castaño claro aparece, con una sonrisa adornando sus labios y unos ojos negros tan profundos como aquel agujero negro que arruino sus vidas en el futuro.
—¿Quiere una mano, señor? — el granjero tiende su mano, y siente como es tomada por el búho. El presente se congela y a él también. Siente como una corriente eléctrica recorre todo su cuerpo, y su hombro derecho empieza a arder. Aun así, no soltó aquella mano. Fargan siente como su mano arde de igual manera, y como su hombro izquierdo arde, junto a su corazón.
Puede que los animales no entiendan sentimientos humanos, como el amor, pero es seguro que aquellos dodos sintieron la unión. El destino de Omar, su querido dueño, con Fargan, aquel búho bandido.
pd: Shipps cannon, no tengo pruebas pero tampoco dudas. :D
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Fargan Month
Fanfiction¡Estoy de celebración! Como especial por el cumpleaños de Fargansito, decidí hacer One-shots y Dabbles de shipps con este genial búho. ¡Todos los días algo nuevo! ¡Están más que bienvenidos para pasar y leer!