Despertó sintiendo algo peculiar: unos brazos rodeando su cuerpo. No sentía aquella sensación desde hacía tiempo, no al menos en la cama, por lo que cuidadosamente giró su cabeza para ver de quién se trataba, topándose con una Vaggie dormida plácidamente y pegada a él, con su cabeza en su pecho. Angel sonrió ante ello, acariciando su cabeza y acomodándose para volver a dormir, disfrutando de su estadía; un bostezo lo paralizó, dirigiendo su mirada al origen. Vaggie se hallaba despertando de su placentero sueño y su ojo bueno se iba abriendo y sacudía un poco su cuerpo para acomodarse mejor. Alzando un poco la cara, la salvadoreña se topó con la del italiano e hizo contacto visual con este, bastando aquello para que ambos cuerpos quedasen completamente quietos y casi con la totalidad del sueño desvanecido.
Con la vergüenza al aire, ninguno de los dos se animaba a moverse siquiera un centímetro de ahí. Sus rostros adquirieron un tono leve carmín y pronto el calor se sentía más intenso de lo acostumbrado. Pese a que no habían hecho nada indebido por la noche, el que estuvieran tan cómodos durmiendo juntos era algo nuevo para sus personas, más considerando lo dispares que resultaban el uno al otro. ¿Así de cercana se había vuelto su amistad? era la pregunta silenciosa mutua. Pregunta para la cual había una respuestas clara, una afirmativa. Demasiado afirmativa.
Para no extender el momento incómodo, Vaggie se acomodó su cabello para poder admirar mejor los rasgos de un Angel recién despierto como ella, y el arácnido pudo sentir que aquella sonrisa gentil (y para su mente, angelical) era dirigida a él y exclusivamente a él, lo que provocó que se la devolviera de la misma manera. La polilla no dijo ni pío, y siguieron así un ratito más, hasta que se rompió el silencio de forma amena.
–Buenos día, Vags –dijo por fin Angel, con una calma tal.
–Buenos días, tonto –le respondió la peliblanca en un tono que se distanciaba mucho de su usual enojo, lo que hizo que el corazoncito del ex prostituto latiera bastante.
–¿Te sientes cómoda?
–Mmmm, en realidad hay mejores almohadas.
–Ja ja, no mientas enana. Yo sé que te gusta.
Vaggie simplemente soltó un bufido y negó con la cabeza, antes de sonreír y abrazarle un poco más.
–Me descubriste. Eres la mejor almohada que jamás probé.
–Aaaaww, gracias linda –aprovechando el momento, el arácnido pasó a corresponderle el gesto con una cálida sonrisa, y también acariciando suavemente el pelo de la chica. Ambas acciones le llenaron de alegría y satisfacción.
Vaggie sencillamente se limitó a reírse un poco y quedarse recargada en Angel. Con esa quietud serena, ambos se vieron directamente una vez más, antes de dirigir sus vistas a la ventana de la habitación. Pese a que la hora ya era muy tardía y debían tomar sus labores hoteleras inmediatamente, por esa ocasión, Vaggie decidió que se quedaría en la cama un poco más; decisión que discretamente aceptó el peliblanco. De esa manera pasaron buena parte de la mañana infernal juntos, en la cama, sin ninguna plática de por medio. Solamente disfrutando de sus mutuas presencias, con sonrisas sinceras en sus caras y, poco a poco, entrelazando sus manos bajo las sábanas que aún seguían protegiendo sus cuerpos. Gestos que a este punto ya eran inconscientes, pero que igualmente les daba una agradable sensación compartida; especialmente a Angel, quien sentía que aquello era definitivamente mucho mejor que cualquier acto lascivo pasado.
Internamente, tenían el mismo deseo, uno que compartían sin que se dieran cuenta: que ese momento jamás llegase al final.
Desafortunadamente tuvo que acabar. Fat Nuggets comenzó a moverse por la cama y saltó de la misma, para posteriormente acercar su plato de comida al pie del mueble y, con su pezuña, golpear el recipiente en un intento de captar la atención de su amo. Cosa que consiguió, por lo menos de parte de la polilla, la cual se separó del chico araña y se sentó en la cama, sacando del trance a Angel y causando que se incorporara también con extrañeza.
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Break My Heart (Spidermoth)
FanfictionAngel Dust, uno de los más despampanantes amigos de la princesa del infierno, está muy seguro de lo que siente... aunque de hecho, no se atreve a confesarlo, y menos ante esa persona de la que ha caído en el amor. *Los personajes no me pertenecen, s...