Capítulo 3

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Fragmentos

Casi no había dormido, Montimer permaneció en la habitación vigilando a Larry hasta el amanecer, y sabía bien que ya era de día. Se  levanta y va hasta la pequeña cocina, aún no deja de sorprenderle lo bien que está hecha la casa. Tiene un estilo mucho más moderno que el resto, aunque era de esperarse por qué toma sus bases en las construcciones humanas, bosteza y busca algo para que él y sus dos hijos coman, y para Larry, si es que despertaba, este busca entre las gavetas algo que pueda servir a sus hijos. Luego levanta a sus dos pequeños, Richie camina algo adormilado hasta la cocina y Ronnie le sigue desde atrás, su desayuno ya está sobre la mesa. Ninguno está con ánimos de hablar, igual Richie nunca da mucha conversación. Sus dos hijos terminar de comer rápido y van a tender sus camas mientras que él toma la pequeña bandeja y camina hasta la habitación del ratón, abre con cuidado y va  hasta el borde de su cama, poniendo la bandeja en una pequeña mesa al lado de esta.
No quería perturbar el sueño del ratón, le costó bastante hacerle dormir. Dio un último vistazo a su esposo asegurándose de que todo estaba bien y cerró la puerta con delicadeza, caminó hasta la sala y tomo una silla para sentarse. Tomo un momento para pensar en algo que pudiera poner contento al ratón, cosa que no fue difícil, buscó a sus dos hijos quienes terminaban de poner sus camas en orden.

— ­Oigan — Dijo mientras se acercaba a ellos agachándose para quedar a su altura — Debo salir por unas cosas ¿Pueden cuidar a Larry por mí?

— ­Claro ­— Contesto Ronnie — ¿Qué vas a comprar?

— Un poco de té — Dice sin más.

Ambos niños se miraron entre ellos con una leve sonrisa. Montimer tomo una pequeña bolsa y salió de la casa, Richie estaba entretenido con un par de colores, Ronnie caminó un rato por la casa, miro la habitación de Larry. Aún su cabeza está llena de dudas, no saber dónde se encontraba Larry hace todo más difícil ¿Acaso fue secuestrado? ¿Algún depredador quiso devorarle? ¿Por qué no intentó volver? O quizás la pregunta era… ¿Por qué razón no podía volver? Ella no sabe nada, no tiene las respuestas de que busca y eso la frustra bastante, y mientras más vueltas le da al asunto más confundida se siente imaginando muchos escenarios, incluso el peor escenario posible... La niña no podía imaginar algo tan malo como para quebrar a quien ella consideraba la persona más fuerte. Montimer tiene casi que las mismas preguntas que su pequeña hija, camina por las calles con la mirada baja, ausente de lo que le rodea, tenía que darle tiempo, se lo había dicho el médico, pero ¿Cuánto?… ¿Cuándo debía esperar? Le comía vivo todas esas preguntas sin respuestas, suspiró con pesadez, ni siquiera habían pasado dos días, él lo sabía así que respiro hondo y trato de calmarse, no debería apresurar las cosas, ya tendrá tiempo para hablar con el ratón, ahora solo importaba que el estuviera bien. Entró al pequeño local y frente al mostrador, un viejo tejón le esperaba. Vestía con un saco y usaba grandes gafas. Este le saludo en cuanto notó la presencia del murciélago.

— ¡Montimer! — Habló mientras se acomodaba las gafas — Hace un rato que no te veo por aquí ¿Cómo estás?

— Bien — Mintió mientras le sonreía.

— ¿Cómo esta Larry? — Preguntó haciendo que aquello pusiera  un poco tenso para Montimer.

— Él esta… está bien — Fingió mirar hacia otra parte.

— Me alegro — Este se alejó del mostrador y comenzó a buscar entre sus estantes — Supongo que vienes por lo de siempre, eres afortunado, acabo de conseguir un cargamento nuevo ¿Cuántas vas a querer?

— Tres

— Muy bien — Tomo las bolsas de té y se las entrego — Aquí tienes

— ¿Cuánto te debo? — Pregunta mientras rebusca en su bolsa algo de dinero.

Cicatrices [The Angel In The Forest]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora