A la mañana siguiente la tormenta se había ido a otra parte, aunque el techo del Gran Comedor seguía teniendo un aspecto triste.
En el desayuno, unas nubes enormes de color gris se arremolinaban sobre las cabezas de los alumnos. Harry, Ron, Isabelle y Hermione examinaban sus nuevos horarios y unos asientos más allá, Fred, George y Lee Jordan discutían métodos mágicos con los que podían solucionar el problema de envejecerse y engañar al juez para poder participar en el Torneo de los tres magos.
—Hoy no está mal, estaremos fuera toda la mañana —dijo Ron pasando el dedo por la columna del lunes de su horario—. Herbología con los de Hufflepuff y Cuidado de Criaturas Mágicas... ¡Maldita sea! Seguimos teniéndola con los de Slytherin
—Y como cereza del pastel, esta tarde dos horas de Adivinación —gruñó Harry, observando el horario imaginando como la profesora Trelawney estaría seguramente prediciendo su muerte
—Tuvieron que haber abandonado esa asignatura como hice yo, y tu Isabelle, no debiste dejar que Ron armara tu horario —dijo Hermione mientras untaba mantequilla en su pan tostado y miraba a la chica confundida que miraba el pergamino en sus manos—. Ahora los tres podrían estar mejor aprovechando ese tiempo en estudiar algo más útil como Aritmancia.
Un sonoro batir de alas interrumpió la platica cuando varias lechuzas entraron volando a través de los ventanales abiertos llevando el correo matutino. Instintivamente Harry alzó la vista pero no vio ni una mancha blanca entre la masa parda y gris, desilusionado volvió a su desayuno preguntándose si era posible que le hubiera sucedido algo a Hedwig o que Sirius no hubiera llegado a recibir su carta
Una lechuza conocida se acercó a ellos dejando sobre Isabelle un paquete de dimensiones considerables para luego colocarse a un costado de su dueña a la espera de su premio, Isabelle le agradeció con una suave caricia y una vez recibido el cariño emprendió el vuelo rumbo al exterior. El paquete se trataba de una caja con bastantes pequeños mini croissants de chocolate, una nota y una carta de su madre, está última la guardo entre su túnica para leerla después
—Espero que aun no se hayan llenado porque mamá envió esto —dijo volteando la caja con panecillos que, de inmediato desprendieron un olor haciendo a más de uno a su alrededor voltear—. Aunque creo que si ya están satisfechos parece que hay varios interesados en ayudarnos con ellos
—Es un chiste ¿verdad? —respondió el pelirrojo tomando rápidamente varios y colocándolos en su plato mientras devoraba uno
—No glotón, en realidad habló en serio. Creo que debería hacerlo, son demasiados y aquí dice claramente "para compartir con tus amigos" —le enseño la nota que estaba en la tapa de la caja—. Además, si los guardamos para después ya no saben igual y lo sabes —le hizo señas con las manos a los gemelos y su amigo para que se acercaran, pronto también invitaron a Ginny, Neville, Dean y Seamus quienes gustosos tomaron uno cada uno
—A veces eres demasiado amable —susurro Ron malhumorado
—Y tu demasiado egoísta —le respondio con un gesto infantil al mostrarle la lengua mientras detrás del pelirrojo veía como en la mesa de Hufflepuff Cedric le dirigía un saludo con la mano—. Ahora vuelvo —tomo un par de panecillos con una servilleta y se levanto de su asiento rápidamente
Para cuando llego junto a Cedric, la platica que mantenían sus ruidosos amigos con él se esfumó. Al verla, uno de sus amigos le dirigió una mirada pícara nada sutil al castaño, lo que le hizo voltear
—Hola —saludo Isabelle sin intimidarse ni un poco ante la mirada curiosa de quienes estaban cerca de ellos —. Mamá envió una caja con varios de estos para compartir y pense que te gustaría probarlos —dijo entregándole los panecillos
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Retrouvailles [Vol. 1] | Harry Potter
Fanfiction"Las cosas habían dado un giro en menos de un año para esa chica, sus días dejaron de ser normales desde que llego a este colegio y en gran parte era mi culpa. Ahora para nosotros podía ser una pieza clave en todo esto, confió en algún día descubrir...