Capitulo VI: Dicen que lo malo le pasa a la gente buena

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-Mmm.. mamá... - susurraba al mismo tiempo que dejaba de estar profundamente metida en el sueño ocasionado por el cloroformo. 

Desperté atada a lo que parecia una de las sillas que habia visto en el interior de la casa de James. No podía moverme en general. Tampoco podía gritar, tenía una especie de cinta adherente tapandome los labios. 

La puerta de la oscura habitacion en la que me encontraba estaba entre abierta, entraba una tenue luz, como la de un farolillo pequeño o una vela. 

Se escuchaba lo que supuse que seria una conversacion entre James y otros tres chicos. Por lo que podía entender hablaban de mi, de lo que harian conmigo ahora

"Soltarme por favor" pensaba yo al mismo tiempo que miraba para el techo. 

- Vale, si, tienes razon, debemos utilizarla para que venga ese monstruo en llamas. - ¿Por qué sabian de Voss? ¿Por qué me estaba pasando esto a mi? Pero sobretodo... ¿Porqué sentía el fresco de una brisa en mi nuca si la ventana estaba cerrada... espera... no está cerrada.

Me sentía muy confundida, entre estar tan tranquila, a estar atada y entre verlo todo cerrado y encontrarme con una ventana abierta... me daban ganas de chillar de ansiedad, pero una mano calentita y roja me tapó la boca y sentí el sonido de las cuerdas quemandose y posteriormente liberando mis ataduras. Me giré, y comprobé que estaba en lo cierto, era Voss que habia venido a salvarme.. pero al mismo tiempo sentía que él no deberia de estar allí, por lo que habia oido anteriormente. 

- Deja de pensar como siempre haces Helmet. Tenemos que salir de aquí ¿lo entiendes?

- S..si - me agarró fuerte de la muñeca y salimos por misma ventana de mis confusiones. Escuchaba el viento azotando mi cuerpo con fuerza mientras crujian las pisadas de velocidad que dabamos adentrandonos en el camino directo al puente al cual iba a ir yo en un principio. 

- Voss.. ¿a donde me estas llevando? - le pregunté entrecortadamente por mi respiración.

Él se paró en seco, a pesar del peligro que podíamos correr si no nos apresurabamos a escapar. Me miró fijamente, con sus ojos entre rojo y naranja, se acercó a unos simples centímetros de mi cara y dijo:

- ¿Confias en mi? - Su mirada era tan seria que no esperé ni un segundo en contestarle asintiendo con mi cabeza, aunque no muy exageradamente dada su proximidad a mi rostro. - Pues entonces no cuestiones.

Seguimos corriendo, creo que estaríamos mínimo media hora a ese ritmo realmente agotador, hasta que vi la claridad que una farola dejaba en el suelo del puente. Ya estabamos a nada de llegar al lugar en el que hacia un par de horas atras tenia pensado acabar en él con mi vida. 

Nos desviamos un poco y bajamos por las escaleras de piedra que daban al rio que pasaba por debajo. Recuerdo de cuando era pequeña, pasarme las horas en el rio con mis hermanos en verano, y mamá y papá se quedaban mientras en la toalla preparando los bocadillos que nos comeriamos al salir. 

Pero ahora todo se veia diferente, entre mis sentimientos de miedo hacia lo que pasaba solo podía ver el agua con un tono negro y muchas malas hierbas alrededor del rio. Siempre habia bajado por esas escaleras, pero nunca me habia fijado que en la pared del puente hubiese una pequeña puerta de madera. 

Voss, me miró de reojo y me arrancó el colgante que llevaba toda la vida colgado al cuello desde pequeña. Gemí, dejando caer una lagrima a la vez que me apartaba, dado el pequeño dolor pero la gran sorpresa que me habia llevado. Antes de poder recriminarle nada a Voss, él abrió la puerta con el propio colgante y nos volvimos a adentrar en otra habitación aun más oscura que la de la casa de James. 

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2014 ⏰

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El "hombre" de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora