D. H. [Dirty Hongjoong]

Second - "I'm the stuff that you want, I'm the thing that you need"

—Pero... No hace tanto frío— me dijo algo confundido —No veo la necesidad de que te  abriges hasta el cuello— su carita confundida hizo que mi culpa pesara.

—Tengo frío, eso es todo— respondí.

Él solo asintió y yo le dejé un beso. Tuve que mover un poco su simétrico cerquillo, le quedaba perfecto.

Me dirigí a la cochera y subí al auto plomo. Desde la ventana, vi la mano de mi bebé despidiéndose de mí, su carita alegre hizo que mi culpa pesara aún más.

[...]

Estando en mi oficina, supe que no sería un día normal. Miré la hora y todavía faltaba un cuarto de hora para que mi pequeño visitante tocara mi puerta.

Me sentí algo inquieto, fui al baño y por alguna razón, quise estar presentable. Me arreglé para él pero ¿por qué lo hice?

Regresé nuevamente a mi oficina, ya era hora. El juego comenzaría en cuanto escuche la puerta sonar y sabia que tenía que resistir. No me dejaría seducir.

Miré la hora.

—Está atrasado— susurré para mí.

Conforme pasaba el tiempo, mi inquietud aumentaba. ¿Dónde carajos está? No quise aceptarlo, pero quería que esté aqui, que me mostrara su exótico cuerpo, sus extravagantes sacos tirados en el suelo.

Quería que juegue conmigo y yo tratar de resistir todo lo que podía, porque eso me excitaba. Él me excitaba. Pero ese juego es de dos y yo seguía esperando a que el otro jugador se presente.

Pero no se presentó.

[...]

—Otra vez con frío, ¿Mingi?

—Tengo que irme

Besé su frente. Moví su simétrico cerquillo. Elegí otro auto. Se despidió de mi. Mi culpa no se agrandó. Me fui.

Dejé de pensar si es que hacía mal o si hacía bien, lo único que quería saber es que si hoy jugaríamos.

Entré a mi oficina, entré al baño, me arreglé, miré la hora.

—Aún tienes tiempo— dije con la mirada fija en la puerta.

Y a la hora exacta, la puerta se abrió y me reveló al segundo jugador.

—¿Me extrañaste?— dijo entrando lentamente, cerró la puerta por detrás suyo. Se paró al frente de mi escritorio. Sabía que su segundo movimiento sería tirar su saco al suelo y el mio seria mirarlo, pero decidí intentar otra cosa.

—¿No estás cansado de hacer lo mismo?— pregunté poniéndome de pie, rodié mi escritorio y me puse en frente suyo.

—La verdad, no. Me divierto— respondió alzando su cabeza para que nuestras miradas choquen

Intenté mantener mis ojos en los suyos, pero me fijé en que se estaba desabrochando su saco.

—Conosco todos tus movimientos— dije confiado —Sé que te gusta seducir, pero esta vez no me deducirás a mí

—¿Y si hago... Esto?

Su saco cayó al suelo. Estuve esperando a ver qué tipo de conjunto de encaje llevaría, pero esta vez no llevaba nada.

Nada.

Solo me topé con su cuerpo desnudo.

—Soy lo que necesitas— dijo con seguridad —Lo sé y tú también— me tomó del cuello y me besó eróticamente.

Él tenía razón.