SaraMe desperté por los rayos de sol sobre mi rostro, a mi lado estaba aún dormida Natalia.
Y en el otro lado de la habitación estaba Rebeca, roncando.
Me paré y cerré las cortinas para que ellas pudieran dormir un poco más. Como todo, en el hotel serviría perfectamente, decidí tomar un baño de espuma., realmente creo que lo merezco.
Abrí las llaves y eché una bomba de espuma que se encontraba en uno de los cajones del baño, me puse a meditar unos momentos todo lo que estaba sucediendo.
Hay unos científicos que sobrevivieron, quien sabe como.
Hay más chicos como de mi edad o unos años más o menos, quemó cosas cuando duermo estresada, al parecer los chicos que están aquí también tienen ese tipo de problemas. No exactamente quemar cosas, pero si tienen esa rareza en su rostro cuando pasan cosas que no pueden controlar.
Las chicas son muy divertidas y se ve que puedo confiar en ellas, algo me dice que seremos buenas amigas.Me relajo más de lo que esperaba y me quedé unos cuantos minutos dormida, cuando desperté, con dolor de cuello., salí de el jacuzzi y seque mi cuerpo con una toalla, me puse la toalla que estaba en el baño y cuando salí me percaté de que las chicas ya habían despertado, estaban hablando de cual de los chicos era más lindo.
Hormonas descontroladas, entrando al chat.—¡Hola, Sarita! -Natalia me abrazó.
—Hola, Nat, jaja, ¿Sarita? -pregunte algo confundida con su apodo tan raro.
—Si, en mi país así se dice el nombre de "Sara" de cariño.
—Oh, entiendo.
—¿Disfrutaste tu baño de burbujas? -pregunto Rebeca.
—Si, de hecho fue muy relajante.
—Sabes que no tenemos ropa aquí ¿Cierto? -Rebeca abrió los closets de la habitación, así es estaban vacíos.
Realmente no me quería poner la ropa sucia de ayer así que buscaré una solución, estudiar arte debe servir de algo ¿No?—Tranquila, veré que hago -alguien tocó la puerta y me apresure a abrir.
Al abrir la puerta me encontré con los ojos azules de Chase.
Me miró descaradamente de arriba a abajo y una sonrisa arrogante se formó en su rostro.—¿Necesitas algo? -pregunte algo incomoda.
— Tranquila, Linda.
Hace unas horas yo y Mike fuimos a un centro comercial y trajimos ropa para todos -alzó dos bolsas gigantes- Tranquila, hay todo tipo de ropa, incluso íntimas prendas que necesitan -giño un ojo.—Emm, gracias -tomé la bolsa y todavía no se iba -¿Algo más?
—Si, Lía me dijo qué les avisará que el desayuno se servirá pronto… que tendríamos una plática importante.
—Bien, ya bajamos. Gracias -dije tratando de cerrar la puerta pero su pie se interpuso.
—¿Sabes? Me gustaría mucho que me acompañaras a un paseo por la playa ¿Qué dices? -preguntó con una arrogante sonrisa, que seguro hizo que consiguiera muchas chicas.
—Mm, tal vez en otra ocasión.
Ya tengo planes, bye -cerré la puerta.—Uh, lala ¿Soy yo o sentí una tensión sexual? -Natalia pregunto sonriendo.
—No me interesa.- dejé las bolsas en la cama -Bueno, supongo que ya no tendre que cortar una cortina o algo así.
Abrí la bolsa y había todo tipo de ropa, e incluso zapatos.
No tengo ni idea de como saben nuestra talla.
Incluso había ropa interior, algunas prendas eran… muy ¿Atrevidas?.
Bueno da igual me puse lo que encontré de mi talla junto con un vestido blanco con estampado de margaritas, me puse unas sandalias y me hice un chongo, con algunos mechones rebeldes.
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°The seventeenegers°
Science FictionEra la época perfecta, nueva tecnología, avances científicos, educativos y médicos increíbles. Todo parecía perfecto. Pero un virus atacó a toda la población, matando a todos los habitantes del mundo, a excepción a 12 personas, unos científicos y 7...