Introducción

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El día cinco de septiembre —en el noticiero diurno—, el reconocido periodista Gonzalo Pino, dio un boletín urgente. Su rostro blanquecino reflejaba un miedo creciente que comenzaba a socavar el corazón de la audiencia.

—Hoy (a horas muy tempranas del día) —comenzó diciendo— la tranquilidad del pueblo mexicano fue interrumpida por una intervención en las señales de comunicación—hace una pausa, le parece difícil explicar la situación—. Como ya le informamos, han llegado seres del espacio y han amenazado con atacar a nuestra ciudad si no accedemos a su única demanda, encontrar y capturar a un extraterrestre que se ha escondido presuntamente en la Ciudad de México—. Se hace un cambio de cámara y el presentador redirige su mirada a esta, dando un toque dramático a la situación—. En los últimos meses han aparecido en varios estados del país personas con poderes súperhumanos y que —según han explicado estos visitantes— ni ellos ni ningún otro habitante de la tierra son de su interés. Ellos aseguran que no intervendrán en asuntos humanos y que conocen la naturaleza de estos súperhumanos por lo que también aseguran conocer sus debilidades. Las autoridades (y quienes trabajamos en ésta televisora) pedimos a todos aquel superhumano no registrado que no intenten enfrentar a los visitantes. Y se les recuerda que hay una ley que impide a cualquiera usar habilidades superhumanos si no es con los permisos correspondientes. El presidente ha emitido un comunicado desde los Pinos, asegurando que esto se arreglara de manera diplomática permitiendo a estos visitantes buscar y capturar a su objetivo con la ayuda del ejército, la policía mexicana y la NHS (estos últimos enviaran un grupo de cinco superhéroes). Se ha declarado un toque de queda en la ciudad de México hasta lograr encontrar... —se calla repentinamente y presiona el auricular que tiene en el oído izquierdo, se le ve asentar con la cabeza en silencio. Mira a la cámara y continúa—...Al parecer una de estas personas ha hecho un ataque. Nos dicen que se está enfrentando a uno de los visitantes...—hace otra pausa y con el rostro pálido parece decirse a sí mismo— !Dios nos ampare! ¡Han comenzado un ataque!...—mira con miedo a la cámara y la señal se corta.

Todos los mexicanos recordamos esa trasmisión pues fue cuando por fin los Mexihéroes lucharon juntos para proteger la ciudad y hacer justicia, incluso, si era para una especie extraterrestre, poniendo en alto nuestro país más allá de nuestro sistema solar. Aunque al inicio hubo miedo, pues estaba latente la preocupación de que se repitiera la tragedia del Apóstol—un "superhéroe" que queremos olvidar—, al final todo terminó sin muertes que lamentar y pocos daños a la Ciudad de México. La NHS ha reconocido a este grupo como los primeros Mexihéroes. Su servidor; Gonzalo Pino, felicita a estos héroes por su valor y su logro histórico deseándoles la mejor de las suertes.

Mx-HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora