Capítulo 9

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MILE
La señorita Cornelia no había venido por casi una semana, no dejaba de pensar en ella y la manera en la que huyó de mí. Quería disculparme por mi comportamiento tan inapropiado, no sabía que pasaba conmigo pero cada vez que me encontraba con ella actuaba de forma reprochable… Siempre la terminaba alejando de mí.

Efímero: aquello que dura por un periodo muy corto de tiempo. Así es todo con Cornelia McDonall, avanzaba un paso y retrocedía mil con cada acción. Tal si le escribía una carta pudiera lograr que ella abriera las puertas que me impiden acercarme más.

Señorita McDonall mi intención nunca ha sido hacerle daño o incordiarla, pero siempre que me encuentro con usted mi juicio se nubla, tal vez eso no sea excusa… pero quiero conocerla señorita, saber sus gustos, sus aflicciones, me vuelvo loco porque nunca en mi vida había estado tan interesado en una mujer como lo estoy ahora. Admiro su serenidad, las pequeñas muestras de bondad que me ha dejado ver.

Es incomprensible que me niegue a dejarla ir cuando usted señorita lo único que ha hecho es huir y lanzar juramentos e insultos contra mi persona. Podría ser considerado un tonto o tal un hombre perseverante que se niega a dejar ir a una mujer tan bonita… como tú, Cornelia McDonall”.

Terminé de escribir y al leerla me sentí tan tonto sabiendo que no podría enviársela nunca, la doblé y la escondí en el cajón de la cómoda.

—¡Que estúpido! —salí de la habitación, caminé por el pasillo y mientras bajaba las escaleras me pare en seco al ver en la entrada a mi hermano y su nueva esposa mirándome con una sonrisa.

—¡Mile!

—¿Shawn no estabas de luna de miel? —me acerqué a él y lo abracé, Diana se veía hermosa con su recatado vestido de viaje —Cuñada.

—Es un placer volver a verte Mile.

—No pensé que regresarían tan pronto. —dije mirándolos.

—Di deseaba volver pronto para ver a su familia. —me alegraba pero a la vez me sentía enojado de que hubieran vuelto tan pronto, ya había comenzado acercarme a la señorita Cornelia y entonces regresaba mi hermano; el hombre del que ella aun parecía estar enamorada.

—Iré a instalarme en la habitación, cariño —dijo mi cuñada y Shawn asintió besándola en los labios.

—Vamos a la sala hermano, tenemos mucho de que hablar —hablé y juntos fuimos a hacia la sala de estar.

Nos sentamos frente a frente y se hizo un silencio tenso. Shawn por fin había regresado y la idea en vez de agradarme como pensé que lo haría solo me desagradaba.

—¿Y bien? ¿Me contaras que hiciste en estos días? Te hacía de regreso en América —dijo en un tono afable. 

—Encontré algo que se me hizo muy interesante y no quise irme aun.

—¿Y ese algo es una mujer? —traté de no mostrarme incómodo.

—Puede ser.

—¡Que sorpresa! ¿También piensas sentar cabeza con alguna hermosa londinense?

—No exageres Shawn.

—Pero si esa mujer te ha gustado tanto para quedarte en una ciudad que aborreces debe ser especial. ¿Cómo se llama? —no deseaba hablarle respecto a Cornelia, podía ser mi hermano pero eso no callaba del todo mis sentimientos de hombre celoso.

—Déjalo Shawn.

—Incluso extrañé cuando te pones a la defensiva —dijo divertido —Diana ansia ver a su familia y yo ver a Cokkie. —inconscientemente apreté mis puños.

©Un amor no Correspondido. TRILOGÍA: AMORES VERDADEROS 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora