Saint Seiya 30 dias (+18) LiaxMilo

Día 16 "Hacerlo sin ropa"

Dos días después
Templo de escorpio

Era de madruga y estaba algo fría, aproximadamente las 4 de la mañana, el silencio invadía el templo cómo los demás, Lia dormía tranquila abrazando uno de los almohadones de su pareja.

A tres habitaciones estaba Kiki durmiendo tranquilamente, como no estaba Mu más seguro era que el niño permaneciera en Escorpio.

De pronto, se escuchó el eco de unos pasos por el templo, pasos que se desviaron por el paso principal hacia la zona privada del mismo, esto hizo que Lia despertara, si bien es de sueño pesado, en esta ocación, como estaba a cargo del niño y básicamente del templo a la ausencia de su novio, decidió levantarse de la camá y salir a inspeccionar.

Narra Lia

-me levanté de la cama, me puse los zapatos, una delgada campera y abri la puerta despacio- ...¿pero quíen pudo entrar? -me pregunté, porque sabía que Milo regresaría para la tarde-

En eso que caminaba por el pasillo escuchó ruidos en la cocina, moviento de tazas claramente identificable

-...¿en serio?... -susurré caminando a paso apresurado pero suave acercándome a la cocina pasando la sala, pensaba en darle su golpiza al que encontraría en la cocina-

El sonido se detuvo y unos pasos se escucharon y el movimiento de una silla

-no dije nada, me puse nerviosa, no sé porqué llegué a pensar en algún tipo se fantasma por los sonidos extraños, de un rato a otro dejaron de sonar las cosas, la luna me decía por dónde caminar ya que esa noche estaba llena y su resplandor entraba por la ventana, me arme de valor y entre a la cocina- ...pero no hay nada... -susurré mientras miré a mi alrededor-

En eso, detrás de Lia aprovechando la sombra de algunas partes no iluminada por la luna, se acerco a ella y la abrazo sin previo aviso

-Ahh.... -no logré gritar, pero aquel ahogado grito fue provocado por la mano del que me abrazó, tomé su mano y con habilidad me safé haciendole una llave y dando un golpe en la boca del estómago- ¡quieto!... ¡¿eh?! -me sorprendí-

Narra Milo

-¡Auch!... -dije ante el golpe que recibi por parte de mi novia- amor soy yo... -le sonreí cerrando un ojo por el dolor y esperando su reclamo por lo que pasó-

-¡Cariño! -susurró algo agresiva- ¿pero que clase de broma es esta?... pense que alguien se infiltró -se acercó a revisarle donde lo golpeó- ¿te duele mucho?

-estoy bien linda... perdoname, pero pensé que seria bueno saber cómo es tú proceder ante una invasión nocturna, una prueba de entrenamiento...y veo que pasaste, no te quedaste dormida -le sonreí-

-¡claro que no dormía con tranquilidad! -susurro un poco molesta por el susto- porque no estabas en casa y pensaba en ti... -un sonrojo leve se asomó en sus mejillas-

-oh linda... yo igual pensaba en ti, pero lo que hice era pasa saber tu reacción...debo admitir que tienes buenos reflejos -le sonreí nuevamente- y... ¿no me vas a recibir?

...¡no! Por el susto... -dijo con seridad mirandolo pero al los segundos después sonrió para luego acercarse a abrazarlo- bienvenido mi amor... te extrañe... -sin dudarlo lo beso en los labios-

-la rodié con mis brazos y le correspondí el beso, extrañaba esos labios, la besaba despacio, disfrutando el momento para luego mirarle y sonreirle-  yo más amor, te extrañé -la abrazé con cariño- te heché de menos, dormía pensando que estabas a mi lado...

-Yo igual cariño... rogaba a los dioses que vuelvas con bien -sonrió feliz ver a su pareja en casa-

-tus oraciones fueron escuchadas, me tienes de regreso -le acaricié su mejilla- lo único que quiero es amanecer hoy a tu lado...