El reloj apuntaba las siete en punto cuando Ethan se despertó por el sonido de su celular. Tras observar al ladrón de su sueño, se percató de los miles de mensajes y correos que tenía pendientes. Dio un suspiro profundo, se vistió rápido y sin hacer reparo del aspecto de su cabello salió a caminar. El clima era favorable; luego de varios días de lluvia torrencial y frío intenso, el sol irradiaba con toda su luz. Se sentía agobiado con tantas responsabilidades y su cuerpo exigía con urgencia un respiro. Por lo tanto, ese día siguió el consejo que su psicólogo le habia dado semanas atrás. Hacía bastante que no se detenía a observar las cosas simples; que no se sentaba en un banco y gozaba del roce del aire en su cara. Tras varios minutos sentado, enfocó su atención a ver cómo las personas se movían apresuradamente; algunos contestando una llamada, otros dando sorbos a ese café recién comprado, y cómo estudiantes con apuntes en mano, intentaban memorizar los últimos conceptos antes de rendir.
Luego dirigió su vista a una pareja, que por sus ademanes y forsajeos, venía discutiendo. Instantes después, detrás de un árbol, pudo observar cómo dos jóvenes se abrazaban tímidamente, y luego cómo éstos con la vista gacha partían por distinto camino. Giró su mirada, y contempló a una abuela dando pasos lentos y temblorosos; mientras un joven con traje, pasaba a su lado fingiendo no verla.
Con tal solo observarlos pudo detectar enfado, angustia, tristeza, nervios, y ansiedad. Lo observado generó un nudo en su garganta y las lágrimas emergieron de su rostro. ¿Qué le sucedía al mundo? Todo parecía una carrera, en la que la rutina monótona estaba acabando de a poco con la felicidad y el amor. Pero de repente, la vio. Ahí estaba ella, con una campera que sobrepasaba sus rodillas y una sonrisa de oreja a oreja. Parecía ignorar al resto del mundo, su mirada estaba perdida en una hoja en la cual escribía con ligereza.
Era una chica ordinaria, de esas que pasan desapercibidas y tampoco se esfuerzan por llamar la atención.
Sin embargo, logró captar la de Ethan por completo. Al verla él supo que jamás encontraría a alguien como ella.Por destino o quizá casualidad el viento voló una de sus hojas, la cual paró en las zapatillas desgastadas de Ethan. Él la tomó entre sus manos y alcanzó a leer la primera linea "Me atemorizan muchas cosas, y pensar en ellas solo me hace temblar". Deseo seguir leyendo pero su lectura se vio interrumpida por la voz de la joven quien tímidamente saludó. Al verla, él supo inmediatamente que jamás encontraria a alguien igual.
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"Expresiones del alma"
PoetryAlgunos somos locuaces para entablar conversaciones, mientras que a otros nos resulta difícil compartir nuestros pensamientos y emociones. Pero expresar lo que sentimos es tan necesario, libera nuestra alma. Es entonces cuando debemos escribir, plas...