3:23.

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El reloj marca 3:23 y no puedo dormir.

Demasiados pensamientos luchan por salir de mi cabeza, por ser expresados y por aparecer en papel trazados con tinta negra.

Pero, no. No puedo hacerlo.

Debo ignorarlos y tal vez desaparezcan. Tengo que aguantar, tan solo un poco.

Mi corazón está tan lleno de emociones que lo siento lastimarme.

Oh, mi amor, al fin me digno a llamarte así. Amor.

¿Te imaginás todo lo que pudo ser?

Basta.

Estoy cansada de morder mis manos y golpear mis nudillos contra la pared blanca que tan pacífica se ve. Estoy cansada de escribir oraciones desprolijas intentando entenderme.

Oh, mi amor, mi luz, mi alma. ¿En dónde estoy ahora?

Mil dulces insomnios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora