Capítulo VIII

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El tiempo transcurrió y con él llegó el mes de julio. Durante las primeras semanas del verano, Alfred se mantuvo en contacto con Henry y habían salido algunas veces para saber cómo le había ido en el viaje. Este último le comentó también acerca de la situación de Londres y de cómo su familia le había insistido por saber en dónde se encontraba. Incluso tuvo que escaparse algunas veces de su casa para que no lo encontraran, ya que querían saber en dónde se hallaba su amigo bajo cualquier costo.

—Afortunadamente, tu tía —le dijo Henry mientras tomaba un café en el lugar donde trabajaba Alfred— les dijo que sabía en dónde estabas y eso los calmó. De cualquier manera, quieren que regreses a Londres. Tu madre está realmente preocupada.

—¿En serio? —preguntó sin emoción Alfred mientras se servía una taza de café para acompañar a su amigo—. ¿Se preocupa por mí o porque ya se enteraron sus amistades que su hijo se escapó?

—Alfred —dijo Henry con un tono de voz serio pero cansado, no era la primera vez que tenían esa plática—, no empieces de nuevo, ella en verdad te extraña. Me pidió con lágrimas en los ojos que intentara convencerte para que regresaras y...

—¿Le dijiste que ibas a verme? —preguntó alterado Alfred y con una mirada que daba paso lentamente a una cólera incontrolable.

—Claro que no —dijo Henry dándole un sorbo a su café—, no podía traicionarte de esa forma. Después de todo, también viniste aquí porque te lo pedí.

—Gracias —dijo el chico volviéndose a calmar.

—No me agradezcas y mejor dime qué piensas hacer ahora.

—¿Cómo que qué voy a hacer? —preguntó extrañado Alfred.

—Vamos, no seas idiota —le dijo Henry sonriendo maliciosamente—. ¿Es que no piensas al menos en conseguirte una novia? ¿O planeas estudiar o continuar trabajando aquí?

—No lo sé, me gustaría quedarme por más tiempo pero creo que me iré antes de que inicie el otoño. Tal vez acepte la propuesta de mi tía de irme a vivir con ella, pero no estoy seguro. Podría quedarme y continuar trabajando aquí, pero...

— Todavía no sabes qué hacer con tu vida, ¿verdad?

Esas palabras habían estado en la mente del chico por bastante tiempo. No había noche en que no pensara en qué era lo que quería en la vida. Cuando estaba en Londres se encontraba cursando la escuela superior, le faltaba poco para irse a estudiar una universidad y hasta ese momento no sabía qué hacer con su vida. Sus padres le habían dicho que debía de estudiar algo de comercio o de leyes, ya que eran trabajos bien remunerados o incluso algo como medicina. Pero nada de eso le interesaba, no sabía por qué pero no le agradaba ninguna profesión; eso fue lo que ocasionó que escapara.

Sus padres le habían dicho que si no planeaba hacer algo con su vida, que lo mejor sería que se marchara. El, cansado de los reclamos y que solo lo comparaban con su hermana mayor, optó por escaparse. Había pensado en dónde debería de irse y entonces fue cuando recordó que Henry quería saber si Oscar seguía viviendo en esa ciudad. Al menos tenía un lugar al cual ir y un motivo más para escapar, en aquella ciudad vivía Anne y también podría hacerle ese favor a su amigo de la capital: lograr que se reencontrara con Oscar.

Oscar... Llevaba tiempo sin saber algo de él, lo único de lo que tenía conocimiento era el hecho de que Henry se encontraba viviendo con él, al menos por el tiempo que se iba a quedar en la ciudad, ya que tenía que volver a Londres en al menos un mes. En las pocas veces en las cuales se había visto con su amigo, le había dicho que habían salido a algunos de los sitios que frecuentaban de pequeños, por ejemplo el parque que quedaba cerca de la casa en donde vivía Henry o la escuela primaria a la que habían asistido por algún tiempo juntos.

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⏰ Last updated: Sep 27, 2021 ⏰

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~ San Oscar ~Where stories live. Discover now