Entre Jengibre y cucharas de madera.

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Esta historia va de como descubrí que Behira era una verdadera sádica. Durante el inicio de nuestra relación ella se había portado como todo una soft domina, amable, tierna y paciente. Me despertaba con panqueques los sábados después de trabajar, me mimaba mientras veíamos películas y sus acercamientos sexuales eran en extremo tiernos, colaba sus manos lentamente por debajo de mi short o yo me escabullía en su cuarto buscando su calor. Lo malo de este tipo de acciones es que los sumisos tendemos a olvidar que ellas tienen una vena sádica bastante desarrollada y estricta. Eso lo descubrí de mala manera.

Era un puente de fin de semana, yo debía trabajar así que no regrese a casa, pero con el lunes de puente uno de mis compañeros acepto intercambiarme turnos así que estaría en casa todo el fin de semana y Behira prometió enseñarme a hacer Lasaña. Yo estaba evidentemente entusiasmado por eso, compramos juntos los ingredientes el viernes y el sábado por la tarde estábamos los dos en la cocina.

Nunca la había visto cocinar, el mandil rosa con corazones bordados en la esquina inferior que yo solía usar era de ella, pero francamente nunca se lo había visto puesto, era hermosa, su cabello largo y ondulado sujeto en una coleta baja y ese mandil que se estrechaba a su cuerpo resaltando sus prominentes pechos y la curva de sus caderas me hacían babear.

-¿Me estas poniendo atención?- me preguntó apuntándome amenazadoramente con el cuchillo- debes cortar los ingredientes que le colocaras a la carne, cebolla, ajo y jengibre.

-sí. Estoy escuchando lo juro.

-bueno... ahora los tomates deben estar listos cuando el agua hirviendo abra su cascara naturalmente.

-sí, sí –dije impaciente- pero cuando vamos a montar esta mi.... Esta cosa.

-ten paciencia, a mí no me gusta usar puré de tomate de lata así que hay que esperar para hervir y sazonar el puré de tomate.

Mis ojos rodaron, pero no tenía más opción que esperar sin embargo yo era conocido por mi poca paciencia y pronto estuve con mi cabeza sobre su hombro viendo burbujear la olla con los tomates.

-¿ya están listos? –Pregunté impaciente- ¿ya casi?... Behira ya están abiertas las cascaras como dijiste.

-sí cariño- dijo con paciencia- ya están para pasarse a la licuadora, pero despégate de mí porque puedes provocar un accidente con el agua hirviendo.

Sus palabras tocaron oídos sordos, yo solo quería mi estúpida salsa de tomate para empezar a montar la lasaña y meterla al horno, los demás ingredientes estaban listos, solo faltaba sazonar el puré para empezar a montar.

Ella me esquivó un par de veces con la olla caliente, coloco los tomates en la licuadora, agrego los ingredientes y regreso la mezcla caliente al fuego, yo le pisaba los talones atraído por el delicioso aroma que exhalaba la comida.

-¡Jeremiah¡- me regañó molesta- deja de estar a mi espaldas o me harás tropezar.

Justo cuando movía la salsa con el cucharon de madera el líquido hirviente saltó, ella dio un paso para esquivar la salsa pero yo estaba a sus espaldas así que tropezó conmigo, la cazuela se tambaleo sobre la hornilla amenazando con caerse. Ella, valientemente, la tomo con la mano desnuda y le regresó la estabilidad.

-¡ah!- gritó por el dolor de la quemadura, di dos pasos hacia atrás y ella corrió al lavabo a mojarse con agua fría, vi desde la distancia, el daño no fue grave, solo una quemadura leve que le dejo la piel enrojecida.

Behira regreso su mirada hacía mí y tenía esa mirada "la mirada". El ambiente cambio, no me dirigió palabra alguna, la mire moverse por la cocina, tomó dos vasos los lleno de hielo y agua y los llevó hasta la mesa.

My Little Prince Jeremiah [MD/LB] [FEMDOM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora