My Little Prince Jeremiah [MD/LB] [FEMDOM]

Estrés.

Esta vez seré yo la que cuente esta historia. Robé a escondidas el diario de relatos de mi lindo y pequeño príncipe. Pero es una historia que vale la pena escuchar.

Inicia conmigo aburrida en el despacho, muy aburrida, se suponía que tendría una reunión con unos clientes que querían remodelar su cocina sin embargo habían aplazado la cita y fue así que terminé saltando entre los hilos de reddit tratando de matar el tiempo restante, nada digno de contar, consejos, memes, historias chistosas. Hasta que me topé con uno que prometía, era un subreddit en una página de BDSM "¿alguien sabe que es el gazu-koki?" preguntaban el hilo que venía acompañado de un video que me cautivo al instante, mire por sobre mi cubículo para asegurarme que nadie pudiera ver, conecte los audífonos y pulsé play. Un lindo chico, delgado y blanco tal como mi Jeremiah que vestía una falda negra por arriba de las rodillas se masturbaba frente a la cámara, deshaciéndose en gemidos. Lo interesante era manera en que lo hacía, restregaba la punta de su miembro con lo que parecía ser una tela delgada y húmeda, frotando con vehemencia haciendo que el placer se apoderará de su cuerpo.

Intrigada y con un nombre para buscar leí hasta la última respuesta del hilo, lo busque en google, inclusive entre en foros japoneses donde, si no fuera por el traductor mal logrado de Chrome, mis investigaciones habrían sido poco fructíferas. Pero al final lo conseguí. La técnica se llamaba Gazu-koki, consistía en estimular el glande con una gasa medica bañada en lubricante, extenderla sobre la cabeza del pene y frotar como si se estuviera tratando de pulir. Los comentarios de chicos que decían haberlo experimentado lo describían como un orgasmo inolvidable, provocado por la textura áspera de la fina tela. ¡quería probarlo! Y tenía a la víctima ideal.

si no recordaba mal su calendario de castigos estaba bastante limpio esta semana... -una recompensa no le haría daño- pensé para mí, busqué la farmacia en línea más cercana y compre lo que necesitaba un paquete de gasas y botellas de diferentes lubricantes, coloque todo en "recoger en tienda" y pagué, en eso estaba cuando mi jefe toco a la puerta de mi pequeño cubículo.

-Behira –habló- ellos son los clientes de los que te hable. Señor y señora Villadeneira ella es nuestra mejor arquitecta- me halago mi jefe.

Desde que vi el semblante petulante de la señora y la mirada de superioridad que me lanzo su marido supe que esto sería un reto y no me equivoqué. Estos dos habían venido con nosotros por una "remodelación de cocina" pero en realidad querían una reconstrucción de casa, las ideas descabelladas que planteaban eran casi imposibles, pero mi jefe no perdería la oportunidad de embolsarse tan jugoso cheque y ahí tienen a Behira, dándole sentido estructural a los disparates de un par de excéntricos.

La junta se prolongó por dos horas hasta que los clientes tuvieron un concepto inicial que les agradara, para cuando Salí de la oficina eran casi las 10 de la noche. Mi humor era volátil y terminó de explotar cuando el celular me informó que debía pasar a recoger mi pedido a la farmacia. El pobre cajero pago los platos rotos con mis reclamos al recibir la bolsa equivocada. Eran pasadas de las diez con treinta cuando finalmente llegué a casa, boté los tacones y entré. Mi pequeño niño estaba en la cocina.

-que bueno que llegaste, me puse a calentar tu comida cuando escuche el auto llegar.

-gracias- conteste cortante y me tendí en el sillón exhausta.

-ven a la mesa amor, la comida ya está lista

Con paso cansado me acerque, mi Little boy me veía como un cachorrito que espero toda la tarde a su amo, bueno en realidad así era.

-¿Cómo te fue en el trabajo?

-bien- contesté fría. Pero no estaba molesta solo estresada, mi pequeño me sirvió y no volvió a dirigirme la palabra. Me dio una punzada de culpabilidad por lo que me acerque a él y tomé su cara entre mis manos, se veía tan lindo, si este pequeño hombre tuviera orejas y cola juro que se vería como un cachorro triste- lo siento Little boy, no estoy molesta contigo, es que mi última reunión de trabajo fue muy estresante.