—¿Harry?— Una persona dice, sacando al hombre de ojos verdes de su aturdimiento. —¿Harry?
—¿Qué?— El rizado parpadea rápidamente.
—Podríamos tener una pista sobre el paradero de La Reine.
—Oh.— Harry mira su reloj, son casi las ocho. Intenta no lucir mareado en el momento que se levanta de la silla y toma su maletín mientras escucha el palabrerío de Liam acerca de sus sospechas sobre la Donna de la mafia. Una vez que el silencio se apodera del espacio que hay entre los dos, se despide de su amigo y comienza a caminar hacia el ascensor, feliz de retirarse de la oficina casi vacía.
—Oye.— Liam lo llama.
Harry se da media vuelta con sus labios formando una línea recta.
—Gracias por no decir nada.— Liam susurra lentamente. —Te debo una.— Harry asiente una vez.
Esa noche Harry se encuentra con Zayn en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. Está cargando dos valijas y una bolsa de lona cuelga de su hombro, viste un abrigo largo y marrón, un suéter de rayas amarrillas y negras y unos pantalones negros. Sus botas marrones golpean contra el piso de linóleo mientras camina a través del aeropuerto lleno de personas, siguiendo todas las indicaciones hasta que localiza a un conocido hombre alto. —Justo a tiempo.— Zayn lo saluda, unas gafas de sol negras están posadas sobre la punta de su nariz. —Louis estará complacido de escuchar que no tuvimos que irrumpir en tu casa y sacarte a la fuerza.
Harry parpadea varias veces. —Uh, um.— Balbucea. —¿Me han estado espiando?
—Yo no, la personas que contraté lo hacen.— El hombre responde fácilmente. —Después de todo eres un agente. El camino para confiar en tí tiene desvíos.
Harry asiente en comprensión, bajando su mirada hasta la chaqueta de piel sintética de Zayn. Sigue sin creer en todo lo que ha pasado. Aquí esta él, apunto de tomar un jet privado para encontrarse con La Reine en la ciudad del amor. Es como si todo esto fuera un sueño que estaba destinado para que él lo viviera. Ayer, estaba más que feliz cuando el hombre regresó con la noticia de que Louis quería tener una charla con él, diciendo algo acerca de otro de sus trucos de magia. Harry nunca había empacado tan rápido en su vida, no estaría sorprendido si se percata de que ha olvidado algo. No le dijo a nadie acerca de partida tan repentina, a excepción de Selene quien lo atrapó saliendo del edificio con su equipaje.
—Vamos.— Zayn golpea con sus nudillos una alta puerta de metal y poco después se escucha como alguien le quita el seguro y la abre. Harry levanta sus maletas una vez más y sigue al hombre por el estrecho pasillo gris que tiene luces blancas colgando del techo. —Debes de estar demente.— Zayn dice, mirándolo por encima de su hombro.
—¿Por qué?
—Eres completamente lo opuesto al hombre que solías ser, ¿entiendes?— Zayn ríe. —Es decir, mírate ahora. Me parece bastante divertido.— Abre otra puerta de metal y la mantiene abierta para que Harry pase.
Harry es recibido por el ruidoso sonido de un motor, no está sorprendido de saber que hay un atajo que evita que pases por seguridad, después de todo, Louis dirige toda la ciudad. Se da cuenta de que la brisa es un poco cálida cuando siente como ésta acaricia su rostro, el sol sale detrás del horizonte y una combinación de amarillo y naranja adorna el cielo. —Espero que tengas un traje para la fiesta.— Zayn bromea antes de decir dos nombres que Harry no puede escuchar debido al estruendo del motor del jet.
La boca de Harry se abre y sus cejas se levantan hasta la línea de su cabello. —¿Qué fiesta?— Pregunta. —No me dijiste que habría una.— Se acerca a Zayn cuando ve por el rabillo de su ojo como dos hombres caminan en su dirección. Ellos toman sus valijas sin preguntar y Harry aprieta el agarre en el asa de su bolsa de lona. —¿Qué tipo de fiesta es?
Zayn mira a Harry por encima de su hombro con una expresión tranquila en su rostro. —Vamos a decir que es la fiesta más exclusiva del año. Louis escogerá algo para que te vistas adecuadamente.
Harry es guiado por todas las escaleras del avión privado y se agacha un poco para poder entrar. El rizado nunca antes había estado en un jet privado así que se queda parado en la puerta de entrada por un momento, simplemente está impresionado. El interior es un diseño de dorados y marrones. Hay tres sillas acolchadas, dos están acomodadas paralelamente y están junto a varias ventanas y otra está junto a un gran sofá color beige. Entre las dos sillas que están juntos a las ventas hay una pequeña mesa, encima se posa una botella de vino dentro de un cubo de hielo y un par de revistas.
—Es mejor que tomes asiento, despegaremos en diez minutos.— Zayn le informa mientras se sienta en una de las sillas acolchadas que está junto a la ventana y le llama a una aeromoza para que le sirva algo de vino blanco.
Harry obedece y se aclara la garganta, sentándose en la silla que está paralela a la de Zayn y dejando su bolsa junto a sus pies. Él abre la ventana y observa a los hombres que cargan su equipaje. —¿Cuánto durará el vuelo?
Zayn mira como la aeromoza sirve el vino en dos copas de cristal. —Casi once horas.— Ondea su mano para que la mujer se retire y regresa su atención hacia Harry quien está observando a través de la ventana. —¿Has estado en París?
—Una vez.— Harry contesta. —Fue un obsequio de mi madre por haber obtenido mi placa como agente.
Zayn tararea y en ese momento las puertas se cierran. —Es momento de ver la ciudad favorita de Louis con una luz diferente.
El corazón de Harry late con más velocidad ante el pensamiento de reencontrarse con Louis una vez más. —Cuéntame sobre él.
—¿Por qué? ¿Estás interesado?— Zayn alza sus cejas y sonríe ligeramente. Ve como los ojos de Harry miran por todos lados menos en su dirección. —No necesitas responder, se que lo estás. Pienso que Louis también.
Harry nunca creyó volver a estar en París. Después de pasar casi once horas en un jet, ellos aterrizaron en el aeropuerto Charles Gaulle. En esas largas once horas, Harry jugó ajedrez con Zayn y tomó algunas siestas. Cada vez que cerraba sus ojos, él veía esos centellantes ojos azules como si estuvieran grabados en la parte interna de sus párpados.
París es más hermoso de lo que Harry recuerda, aunque ya han pasado un par de años desde que puso un pie sobre sus tierras. Está lloviendo cuando Zayn y él esperan afuera por su auto. Observa como el hombre fuma un cigarrillo y una vez más recuerda el primer encuentro que tuvo con Louis. Se siente como si hubiera sido hace tanto tiempo, cuando Harry se aisló de sus verdaderos sentimientos de curiosidad e infatuación. Ahora mismo, está literalmente envuelto alrededor de los pequeños dedos de Louis, y a él no le importa.
Escucha como Zayn habla con su chófer en un perfecto francés antes de que a ambos les permitan entrar al gran automóvil negro. Los dos se suben al vehículo y Zayn cierra la ventana, bostezando. —Parece como si siempre estuviera lloviendo aquí.— Murmura y entrecierra sus ojos mirando la pantalla de su celular. —Son las cuatro-
—¿Cuándo veremos a Louis?— Harry está demasiado desesperado como para mantenerse callado. Casi puede sentir la presencia de Louis en toda la ciudad. Está obsesionado.
Zayn le lanza una mirada llena de extrañeza. —Bueno, él está lidiando con algunos negocios y me dijo que te verá en tu hotel a las 6.
Harry tiene que pasar dos horas solo. Intenta no demostrar su decepción y dirige su mirada hacia las ráfagas de viento, sigue soñando despierto con Louis, como siempre.
ESTÁS LEYENDO
La Reine; larry stylinson [bottom!louis] [traducción]
FanfictionEn Los Ángeles, el jardín del mal, hay una reina. La Reine es como le llaman. Él vive en su amado reino, La Puissance, que se localiza en medio de la tierra de los dioses y los monstruos. Él es el máximo poder y todos los demás son solo peones. O En...