La Reine; larry stylinson [bottom!louis] [traducción]

12. "Medusa."

El rojo es un color tan sangriento. Puede mostrar emociones que van desde la rabia hasta el romance, es un torbellino de sombras que te guían a un solo pensamiento o recuerdo.

El color favorito de Harry es el naranja, pero ahora que ve a Louis en un vestido rojo de seda puede asegurar que está regresando su amor por ese color primario. La tela se ajusta por encima de sus curvas y su espalda baja. La silueta de Louis está delineada por la tela delgada y los flecos se balancean con cada paso burlesco que da. En los libros de Harry esto es un absoluto sueño.

VESTIDO DE LOUIS: VERSACE

No ayuda el hecho de que trate de mantenerse imperturbable mientras las bragas de Louis son visibles en la base de sus caderas. Aprieta sus puños en sus costados y por el rabillo de sus ojos ve como una mujer camina hacia él.

Ella es una de las diseñadoras y estilistas que Louis contrató para la noche. Tiene cabello rubio en un corte pixie y unos ojos color verde oscuro. Está sosteniendo una gran caja que tiene letras llamativas y blancas impresas en la tapa. "Gucci." Harry lee y casi se sobresalta cuando una mano se posa en su cintura.

—Está personalizado.— La voz de Louis resuena en la habitación con un toque de diversión. —Solo hay uno en este mundo, y es para ti.

La mente de Harry está nublada cuando Louis le pide a la estilista que se retire y después le ordena a él que se desvista. Su cabello mojado cae hasta sus hombros y lentamente desenvuelve la toalla que esta amarrada alrededor de su cintura. Sus mejillas se sonrojan cuando la mirada azul eléctrica de Louis baja hasta su entrepierna desnuda. La Donna sonríe maliciosamente, sus labios rojos se estiran y sus dedos suben por la abertura de su vestido. Sus uñas alcanzan la tela y la levantan un poco más, dándole a Harry la vista del encaje endeble de sus bragas. Harry casi se derrite en ese instante, su polla se endurece y se cubre a sí mismo como un virgen inseguro.

—No tienes nada que esconder, papi.— Louis se relame los labios. —Déjame verte.

Es una simple petición que lo tiene retirando sus manos a regañadientes. Los ojos de Louis trazan su cuerpo, cada musculo, cada tatuaje y cada cicatriz. La Donna camina más cerca, su mano delicada se extiende para descansar sobre los pectorales de Harry, acaricia los tatuajes y tira suavemente de su pezón. Una de sus manos frota círculos reconfortantes en la piel de la nuca del agente mientras que la otra cae aún más abajo del cuerpo delgado del hombre, baja por el vello de su pecho y por su caminito feliz. Sus uñas rojas rozan el vello púbico de Harry y éste último toma un fuerte respiro.

Todo es tan viciosamente íntimo, Harry puede sentir la sangre viajando hasta su polla mientras mantiene el contacto visual con Louis. Sus ojos son tan azules, un azul en el que desea nadar y siendo honesto, podría ahogarse en él con mucho gusto.

—¿Quieres que te toque, papi?— Los labios de Louis articulan las palabras lentamente. —¿O prefieres tocarme?

Los ojos de Harry casi se salen de sus cuencas, el hombre inmediatamente estruja cada mejilla del culo de Louis. —¿Qué dices si...— habla contra el cuello de la Donna, inhalando su perfume de menta, —yo te toco y tú me tocas, muñequita?— Dice el sobrenombre con sensualidad y casi se retira del agarre de Louis cuando este último suelta un gemido silencioso.