El atraco.

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Nueva York.

Un error, solo un error y puedes pasar en la cárcel toda tu vida.

No hay opción o haces las cosas bien o te jodes la vida.

Solo un robo para salvarte el culo o para terminar en problemas de igual forma.

Michael estaba jodido, él se metió en esto y ahora tenía que arreglarlo. Pronto su vida daría un gran cambio y unos millones en los bolsillos.

Quizás no parecía tan difícil, pero el plan no era solo robar, el plan iba más allá.

¿Cómo podía llevarse consigo a la hija de Sergio Zenere?.

El plan era entrar en su empresa y  llevarse todo lo posible, sin herir a nadie, pero también debía llevarse aquella muchacha inocente.

-Michael tú irás directamente a por su hija, te harás pasar por un guardaespaldas-dijo uno de sus socios para este atraco.

Lorenzo era el jefe, el es quien tenía todo pensado, lo que podía suceder y como huir de cada tipo de situación, básicamente se anticipaba ante todo. Javier era quien pasaría como un rehén más, se aseguraría que nadie intentará de ser el héroe que salva a todos y por último teníamos a Vanesa una linda chica ruda, no le temía a nada, ella era una bomba explosiva, si algo se salía de control no dudaría en llenarse las manos con la sangre de alguien más e incluso era capaz de meterse con los policías.

A los demás miembros de este atraco no los conocía, tampoco le importaba conocerlos, solo tenía un objetivo que cumplir y era llevarse a esa chiquilla.

Valentina Zenere, una adolescente que pronto pasaría a la mayoría de edad, muy hermosa y de una sonrisa encantadora, lastimosamente tenía un futuro en donde solo serviría como una puta, por eso Michael debía salvarla y ya de paso llevarse unos cuantos millones de dólares al bolsillo.

Un plan perfecto, un plan que incluso tenía una alternativa b en la que si algo fallaba pasarían a otra fase, un plan en donde cada uno debía hacer lo posible por salir vivo.

(Día del atraco)

8:45 am.

Michael se encontraba listo con su traje de guardaespaldas y con su arma.

Repetía en su cabeza una y otra vez el plan para no olvidar ningún paso.

-¿Nervioso?- preguntó Vanesa quien ya estaba lista para entrar minutos después informando a la gente que serían rehenes por unas horas.

¿Qué si estaba nervioso? Si, si que lo estaba, pero había aprendido a no demostrarlo.

-Concentrate en lo tuyo Vane-respondió fríamente.

-Ay cariño estoy perfectamente concentrada, tanto que sé mi querido Michael, que debías entrar hace unos 40 segundos-habló burlona y el chico se dispuso a entrar en busca de su objetivo.

-Si Lu yo te llevo ésta tarde al centro comercial-escuchó a una voz en una de las oficinas.

¡Bingo! Objetivo encontrado.

-Señorita Zenere por fin la encuentro-habló Michael fingiendo ser amable.

-¿Y para qué me buscabas?-preguntó la ojiazul.

-Soy su nuevo guardaespaldas, veo que no estaba enterada-respondió.

Valentina se acercó contorneando sus caderas hacia él.

-Un gusto conocerte-le susurró bastante cerca a Michel.

-Señorita debería mantener la distancia entre nosotros-dijo tratando de mantener la compostura.

No era momento de coqueteo y él debía seguir con el plan.

-¿Te pongo nervioso? ¿No me digas que no te van las chicas cómo yo?-dijo en un tono coqueto y acarició suavemente el pecho de Michael por sobre su traje.

-Alguien podría vernos y yo sería despedido en mi primer día-respondió.

-Podría despedirte ahora mismo si yo quisiera, pero me estás poniendo demasiado y justo ahora tengo ganas de que hagas algo conmigo- ok la chiquilla era demasiado directa.

-¡Que comience el atraco!-gritó Lorenzo y ambos escucharon disparos y gritos de los trabajadores.

-Preciosa déjame decirte que ahora estás siendo secuestrada por mi y debo llevarte a un lugar seguro-informó Michael y la apretó de la cintura contra su cuerpo para llevarla a su auto.

-Al menos dime que me besaras-respondió ella tranquila.

Después de todo este era el único secuestrador que le parecía guapo y la trataba bien, no es como si estuviera acostumbrada, pero el par anterior eran unos viejos asquerosos.

-Si te portas bien podría darte algo más que un beso- Si, a Michael le estaba gustando la idea de ser él quien cuidara a la chica.

-Entonces seré la mejor rehén-dijo ella sonriendo y caminando al estacionamiento.

Una vez en el auto de Michael, él tuvo que amarrar las manos de la chica.

-Tu padre quiere venderte a una red de prostitución, es por eso que he venido a tu rescate preciosa-le dijo.

-Sabía lo de mi padre, pero pensé que en realidad pedirías dinero por mi-habló confundida.

-Mis socios están robando en la empresa, no necesitamos más dinero, prefiero quedarme contigo y cuidarte-respondió con total sinceridad.

Valentina se acercó al rostro de Michael y le dio un corto beso en los labios.

-Cuidame todo lo que quieras bombón-le susurró.

5 segundos y ambos ya estaban comiéndose la boca como unos salvajes, apegando sus cuerpos sin dejar un pequeño espacio entre estos. Ella rodeando su cuello y el agarrándose con fuerza de la cintura de la muchacha.

-Para tener 17 años, tienes un cuerpo malditamente deseable-jadeo Michael.

-Gracias por el cumplido, besas bastante bien-respondió Valentina.

La radio que estaba en el auto sonó indicándo que Lorenzo estaba tratando de comunicarse.

-¿Ya la tienes?-preguntó.

-Así es jefe, la tengo conmigo-respondió Michael acariciando uno de los muslos de la joven.

Valentina por su parte estaba concentrada en las facciones de él, jamás había visto a un hombre con semejante belleza masculina.

-Llevala a la bodega, cualquier cosa te aviso si algo pasa, por ahora todo controlado-habló tranquilamente y colgó a Michael.

-Bien preciosa nos vamos-dijo dándole un beso en la frente.

-¿Qué se siente tener un polvo en un auto?-preguntó ella de la nada.

Michael no contestó, el sabía que ella lo estaba deseando, pero era una adolescente casi adulta con las hormonas alborotadas y él solo estaba jugando un poco con ella, sin embargo no haría nada más.

Se concentró en el camino a la bodega y mientras manejaba con una mano, la otra seguía dando caricias a la pierna de la muchacha, le gustaba sentir lo suave que era su piel.
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Si me inspiré un poco de la casa de papel. Tenía listo esta y otras mini historias, pero me di un tiempo de relajo.
Espero hayan disfrutado.

One-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora