│❛En el rincón silencioso de la memoria, donde los momentos cruciales se entrelazan con las vidas de quienes los protagonizaron...❜
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CAPÍTULO 3: FUTURO INTERRUMPIDO.
<<LEVI recorría los pasillos con pasos silenciosos, su mirada buscaba a Hange en cada habitación. Sabía que ella estaba sufriendo, al igual que él, y quería estar allí para ella, aunque no supiera cómo.
Finalmente, encontró a Hange en lo que antes había sido la habitación del bebé. La puerta estaba entreabierta, y Levi se detuvo en el umbral, observando cómo ella acariciaba suavemente una mantita que habían comprado para su hijo. Su corazón se apretó con dolor ante la visión de su esposa sumida en su propio mundo de tristeza.
-. Hange-murmuró con voz suave, tratando de ocultar la angustia en sus palabras-. Hablemos, por favor. Necesitamos enfrentar esto juntos.
Hange no levantó la vista, sus ojos seguían fijos en la mantita. Su voz salió apenas como un susurro-. No hay nada que decir, Nuestro hijo se ha ido.
Levi dio un paso adelante, acercándose a ella con cuidado -. Sé que no podemos cambiar lo que ha sucedido, pero podemos apoyarnos mutuamente. Podemos enfrentar este dolor juntos.
Hange finalmente levantó la vista, sus ojos enrojecidos por las lágrimas que había derramado.
-. No entiendes, Levi. No puedes entender lo que siento en este momento. No importa cuánto intentemos 'enfrentarlo juntos', nada cambiará lo que ha ocurrido.
La vulnerabilidad en su voz golpeó a Levi con fuerza, haciéndole darse cuenta de cuán frágiles eran en ese momento. Se acercó a Hange y se arrodilló frente a ella, tomando sus manos con suavidad. -. No estoy tratando de minimizar tu dolor, Hange. Solo quiero que sepas que no estás sola en esto. Estoy aquí para ti, pase lo que pase.
Hange apartó las manos de Levi con brusquedad, sus ojos llenos de amargura.
-¿Dónde estabas cuando nuestro hijo murió, Levi? >>
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El tintineo de los cubiertos y el sonido de los platos chocando llenaban el aire, creando un ambiente tenso y silencioso en el comedor. Hange y Levi estaban sentados en lados opuestos de la mesa, sus miradas fijas en sus platos. La comida parecía haber perdido su sabor en medio del conflicto no resuelto que los separaba.
Hange alzó la vista brevemente, sus ojos encontraron los de Levi por un instante antes de apartar la mirada. El recuerdo de la noche anterior estaba fresco en su mente, las palabras pronunciadas en medio de la tensión y el dolor. No podía evitar sentir una mezcla de tristeza y enojo, pero también una profunda sensación de pérdida.
