๑∆CAPÍTULO 6∆๑

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BROOKLYN:

Eran aproximadamente media noche pero estaba acabando de leer los artículos antes de mandar mis notas reenviando los artículos, el último trabajo que tome fue el del idiota irrespetuoso, debo admitir que está muy bien fundamentado incluso entrevisto a personas que estaban presente en los lugares lo que me parece irrelevante pero interesante. Mi teléfono vibra mostrando otro mensaje de Charly que no para de acosarme:

«Brooklyn ¿Mañana quieres almorzar conmigo?»

«Tengo trabajo pendiente, tal vez la próxima» respondo y apago el teléfono

El dolor de cabeza es insoportable, sigo leyendo y escribiendo en la laptop hasta que mis ojos se cierran. Nunca existe el dolor leve o fuerte, solo existe dolor no hay diferencia. Mi trabajo ha sido y es mi prioridad, es mi refugio y es lo que amo; más que a cualquier persona.

—Buenas tardes jefa —todos saludan en coro. Visualizo mi vista en el lugar del nuevo pero esta vacío, al menos cumplió con lo que dijo

No suelo llegar muy tarde al trabajo pero esta vez fue un poco especial ya que me quede hasta las tres de la mañana editando la revista. Este sábado se celebraba nuestro triunfo de revista número uno así que prácticamente los empleados estén buscando sus mejores galas para asistir, lo que a mi concierne llamare a las imprentas para que empiecen el trabajo.

—Si no vas al almuerzo, el almuerzo va a ti —dice Charly entrando con dos bolsas blancas y soda en las manos—. No me mires con esas cara, es pollo frito

—Ya almorcé

—No te creo, además no creo que desprecies mi pollo frito no hecho en casa

—Charly, lamento decirte que estoy ocupada, me entiendes ¿No? —me detengo a mirarlo y él solo se sienta sonriendo

—Me has estado evadiendo estos últimos días, tan solo te digo para salir y tienes la agenda más ocupada que el mismo presidente. Yo —se para y se acerca a mi lado— ¿Quiero salir contigo? Me gustas

—Tú a mí no Charly —sus ojos verdes me observan— lamento decirte esto pero no quiero que te ilusiones

Me hubiera esperado miles de reacciones pero no ninguna como la que hizo el rubio. Tomo mis manos y las beso, para luego dejar un largo beso en mi mejilla.

—Déjame entrar a tu corazón, se por lo que has pasado. Tan solo dame una oportunidad —aparte mi rostro rápidamente

—Tú no sabes nada, ahora vete

—Brooklyn, quiero algo contigo —pide aun con sus manos cubriendo las mías—, David fue un tonto que te dejo ir, solo déjame conquistarte

—No quiero tu lastima Charly, no necesito a nadie

—Quiero enseñarte que vales más de lo que crees Brooklyn, he esperado mi momento mucho tiempo, tan solo déjate conocer. No juzgare y si no quieres hablar, lo entenderé

—¿Qué quieres? —cuestiono mirando a la pared

—Te quiero a ti —responde determinadamente

—Si te vas tal vez piense en una cita contigo

—¿Enserio?

—Pero si demoras retirare mi oferta —el hace un puchero pero se despide con un beso en mi cabeza— llévate el pollo frito, estoy trabajando

—Si mi general

El trabajo, absorbe tu tiempo por completo, aunque el mío fácilmente no tenía en que más emplearse ¿Por qué no darle una oportunidad? No lo amaba pero ¿Verdaderamente amamos? O ¿Solo creemos que lo hacemos? Un vestido de color negro muy largo fue el elegido para la gala, mi cabello anaranjado iba atado en un moño y tenía un maquillaje sobrio, no tenía la más mínima idea de porque había aceptado ir con Charly aunque creo que en el fondo lo sabía.

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