๑∆CAPÍTULO 10∆๑

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BROOKLYN:

Mientras caminábamos por las calles de Brooklyn con un montón de bolsas ya que todo estaba casi regalado, compre accesorios, ropa, zapatos y más ropa. Janus no accedía a hacer grandes filas por los descuentos, odio esperar pero vale la pena si por ello llevo diez artículos al precio de dos.

—Señora, este le va a quedar mejor a su esposo, resaltara sus bellos ojos —no sé si estaba coqueteando con Janus o que. Me dio una camisa de color beige.

—Pruébatela —pedí volteando a ver al chico

—Después de todo lo que has comprado, me vas a hacer probar algo

—Sí, me dijeron que le quedaría bien a mi esposo pero como no tengo te lo doy a ti —le extendí la camisa y lo observe, su cabello azabache era lacio y no muy corto, sus ojos eran de un azul profundo, su boca era rosácea y su piel tenía un equilibrio perfecto, no era tan pálida, ni tenia tanto color— creo que eres atractivo

—¿Crees?

—Sí, me gusta tu barba, es sexy —él me miro y después se empezó a reír

—Así flirteas

—No estoy flirteando, digo lo que pienso. Además no te hagas el presumido y pruébate la prenda

—Siempre de mandona —se queja entrando al vestidor refunfuñando

Compras, hermosa palabra que hace que te despejes y también te quedes sin dinero, viernes negro era de esos días que jamás te puedes olvidar, al menos eso me pasa a mí, pasamos toda las tarde y parte de la noche en compras, muchas compras para que luego Janus sugiriera ir a cenar. Según él quería ir a uno donde dieran mini porciones de comida, eso lo hacía ver como un gigante.

—Haz comido diez porciones de papitas y no te llenas —comento tomando el pequeño vaso de gaseosa, es muy gracioso, ni siquiera sabía que esto existía— creo que debimos ir a un verdadero restaurante

—Este es muy bueno, además amo las papitas

—Brooklyn Walsh —gritaron fuertemente captando la atención de todos dentro del restaurante— no puedo crees que frecuentes estos lugares

La pelinegra se acercó haciendo sonar sus tacones, iba acompañada por una niña de la mano esta se chupaba el dedo y hacia burbujas con su boca, preferí no mirarla, he tenido malas experiencias con niños pequeños.

—Querida, creí que trabajabas hasta los feriados —habló cargando a la niña, era muy cierto lo que decía pero también que cuando le ofrecí a Janus ir de compras— se cómo debes sentirte Brook, todo es tan inesperado

—Brooklyn —corrijo mirando a otro lado

—Lo lamento —odiaba cuando las personas mostraban su lastima hacia mí, no tenían por qué hacerlo, estaba bien o simplemente es lo que quería demostrar— pero veo que ya remplazaste a David y vaya que es guapo me llamo Betty ¿Cuál es tu nombre santo?

—¿Ah? —respondió el pelinegro— Janus Hawk

—Eres muy lindo, ¿Qué fue lo que hiciste para que ella salga de trabajar? Espera, espera Will —llamó o mejor dicho grito y un hombre apareció— lleva a Lindsey a jugar— los pequeños no pueden escuchar ¿Tuvieron sexo?

Él y yo tosimos al escuchar a la chismosa de mi ex amiga preguntar por cosas que no le incumben en lo absoluto.

—Betty creo que no te quedo claro que nosotras no somos amigas, tal vez lo fuimos pero ya no

—Brook...

—Brooklyn, por un puto coño ya deje a Brook atrás ¿Porque los demás no pueden superarlo? —respondo entre dientes— tal vez por un minuto deberían darse cuenta que nada es igual y tú no eres mi amiga, ni pretendas serlo, me demostraste que no vales la pena

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