Capitulo 3.

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Qué hice? Llamé a mi mejor amiga, Sheila. Ella sí que me entendía.

Shey: Dime.

Alba: Tío, mis padres se van cinco meses a Boston y me deja sola con los gemelos y mi hermana.

Shey: Bueno, no es tan malo, son buena gente, ya verás.

Alba: Sí, pero no los conozcos.

Shey: Tu tranquila, vente a mi casa ahora y hablamos.

Alba: Vale, ahora voy.

Shey: Adiós.

Cogí mi mochila y algo de dinero y fui dirección a casa de Shey, ella y yo nos conocemos desde que tenemos tres años, cuando tenía 13 se mudó a aquí pero seguíamos hablando todos los días y tal.

Llegué a su casa y empezamos ha hablar.

Mientras tanto en casa...

*Narra Ari*

Mi hermana se fué algo enfadada creo, a mi también me coge de sorpresa pero yo ya los conozco, se me hará guay esto de vivir con ellos. Dani se había ido a su casa a dormir la siesta. Cuando me dí cuenta Jesús me estaba cogiendo algo que no debía.

Ari: Jesús devuelveme el pintauñas!

Jesús: Por qué? Tan solo estoy mirandolo. -respondió con una sonrisa picara-.

Ari: Pues no lo mires y devuelvemelo!

Jesús: Y sí no qué? -soltó con tono vacilante-.

Él no me conocía suficiente bien para saber el gran error que estaba haciendo. Cogí y me tiré encima de su espalda como sí el me estubiera cogiendo.

Ari: Venga ya dámelo Jesús!

Jesús: Aún no.

Ari: Tú te lo has buscado.

Jesús: Eh! Eso no vale me estás dando patadas y guantazos!

Ari: Si vale tonto.

Conclusión: Acabamos los dos tirados en el suelo hechandonos a reír.

Jesús: Vemos una película?

Ari: Cuál?

Jesús: Tengo la ouija, quieres?

Ari: Bueno vale!

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*Narra Alba*

Eran la 1 de la madrugada, había cenado en la casa de Shey y volvía a casa. Hacía frío y mucho viento. Lo que quería era regresar a casa cuando antes. No se veía nadie en la calle, cosa que más me jodía. Estaba a una manzana de mi casa. La iluminación era escasa e insuficiente para una zona así. Alguien me empujó al suelo, mi rodilla derecha calló encima de una botella de vidrio que se rompió. Algunos trozos de vidrios acabaron travesando mi delicada piel. Sí empecé a sangrar. Miré hacía atrás y era un borracho. Mis ojos empezaron a llorar como nunca lloraron y mi cuerpo empezó a temblar.

X: Nena, dame todo lo que tengas encima.

Alba: No. -negué rápidamente-.

X: O me das todo lo que tienes o hacemos otra cosa. -dijo enfadado-.

Alba: Déjame ir, por favor.

El borracho empezó a quitarse la camiseta, comencé a chillar lo más fuerte posible, con la esperanza de que alguien me oyera. El hombre rápidamente me tapó la boca con su mano. Intenté empujarle con mi pierna izquierda, pero no hubo resultado. Sí nadie venía a socorrerme acabaría perdiendo mis veinte euros o mi querida amiga la virginidad. Un hombre de una estatura de 1'66 metros apareció detrás del borracho, no podía verle la cara a culpa de la poca luz que había. Lo siguiente que pasó es que este nuevo hombre empezó a pegarse con el que me quería robar. Mientras estos dos individuos se pegaban yo intentaba levantarme de todas las formas posibles, pero el dolor no me dejaba. El hombre que me había salvado se acercó a mi, hice el esfuerzo de saber quien era y lo ví, era Dani.

Alba: D-Dani?

Dani: Estás bien enana?

Alba:  Solo la rodilla lastimada, yque haces tu aquí?

Dani: No podía dormir, así que salí a dar una vuelta y escuché a alguien gritar y me dirigí hasta dónde lo escuché.

Alba: Dani muchas gracias enserio, no sé lo que hubiera hecho sí no hubieras aparecido. Te has hecho daño?

Dani: No las dé, no hubiera dejado  a mi vecina la enana que le pasará algo. Solo tengo los nudillos sangrando, no te preocupes.

Noté como mis mejillas se sonrojaron e intenté disimular poniendo algo de mi pelo delante de mi cara.

Dani: Puedes andar?

Alba: No puedo levantarme, así que dudo de que pueda andar.

Dani: Así que tendré que llevarte no? -dijo mostrandome su sonrisa-.

Dani me llevó a cuesta hasta el centro de urgencias más cerca que teníamos.

Un sueño hecho realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora