♡ IV: Cóndor ♡

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El inca se enamoró por primera vez:

       De una deidad frente a sus ojos espías; los brazos extendidos como alas, y otras pares inmensas de distintos emplumados tonos pardos aterrizando en ambos.

       Un día le invitó a salir de los arbustos. Le indicó extender el brazo, una de las aves andinas posó allí.

       —Ellos solo tienen un amor para siempre... —comentó simple el hombre—. Pero ve a vivir, joven. Y, cuando quieras descansar, podremos ser cóndores.

       El inca, risueño, lo hizo. Fue a vivir. Y se enamoró más de la vida y de la deidad. Entonces prometió volver... algún día.

 algún día

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