Capítulo 1. Primer Día

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"Un número desconocido te ha añadido al grupo."

8 palabras.

Si alguien les hubiera advertido a aquellas chicas todo lo que desatarían aquellas 8 palabras, probablemente ellas se habrían reído mucho, e ignorado olímpicamente la advertencia, después de todo, ¿Qué tan probable era que todo eso pasara?

¿Cuánta probabilidad había de que, el haber pedido entrar en ese grupo de lectura desataría sospechas, problemas, drama, alianzas y enemistades? Ninguna, parecería ilógico, algo que sólo pasaría en las historias que lees en Wattpad. En la realidad, esas no sucedían.

Y esto era la vida real.

4 años antes...

Alexandría, 12 años.

-¡Mamá, Esteban no me deja comer en paz! ¡Dile algo!

-Comes todo el tiempo, Alex, debes de dejar de comer tanto.

-Dibis dijir di cimir tinti.- Rodé los ojos por tercera vez en la mañana. -Deja de molestarme o le volveré a gritar a mamá.

-No quiero, soy tu hermano mayor ese es mi deber.

-No, tu deber es cuidarla, no fastidiarla, Esteban.- Mamá entró a la cocina usando su pijama celeste. -Y déjala en paz, recuerda que se pone de malas si no la dejas comer, además no creo que quieras soportarla el resto del día de malas.- Mi hermano negó.

-Te lo dije.- Acto seguido (y de una manera madura) le saqué la lengua a mi hermano.

-Claro, como es la menor, es tu favorita y la defiendes siempre.- Llevó su mano derecha al lugar donde se supone está el corazón. -Y a mí me olvidas.- Mi hermano fingió limpiar una lágrima de su mejilla. -El amor de mi madre se lo robo una niña de 12 años, ¡por el amor de Dios!

-Dramático.- Seguí comiendo mi cereal, ignorando las caras que hacía mi hermano mayor.

Mamá rió ante la escena que acababa de hacer su hijo. -Deja el drama, Esteban, los amo a los dos. Lex no se ha robado mi amor por ti.

-Ahora yo soy la olvidada... Me duelen.- Intenté que mi tono de voz se escuchara ofendido.

-¿Quién te olvida?- Esa era la voz de mi padre.

-Mi mamá, me cambió por Esteban.

-¡Ay, por favor! Aquí tú eres a la que menos olvidan... Bueno, excepto cuando tenías cinco años y papá se olvidó de ti en la escuela.

-Gracias por recordármelo. Papá, aún no te perdono por eso.

-Pero...

-Ya, ambos dejen el drama o van a llegar tarde a su primer día de escuela. Ustedes dos. -mamá nos señaló a mi y a mi hermano. -Vayan a lavarse los dientes, y tú...

-Y yo los llevo a la escuela, lo sé.- Papá interrumpió a mamá antes de que terminara de hablar.

-A sus órdenes señora.- Esteban le dio un saludo estilo militar a mi mamá. Y ambos subimos a nuestras habitaciones.

-¿Estas nerviosa por tu primer día de escuela?- Pude ver el cuerpo de mi hermano asomarse en el reflejo del espejo.

-Nop, ¿Acaso debería estarlo?- Terminé de lavar mis dientes y me aseguré de que el moño siguiera en su lugar para después salir del baño y tomar mi mochila.

-Para nada, sólo quería saber que estuvieras bien.- Esteban pasó su brazo sobre mis hombros -Te va a ir bien hoy.- Asentí, él movió su mano por mi cabello despeinándome ligeramente, le dí una mirada molesta y lo alejé, rió. -Te quiero, Alex.

Reyes De Las MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora