Capítulo 3. Lectores Compulsivos

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La morena casi se atraganta con el cereal que había en su boca. –¿Cómo dices que dijiste?

–Que entramos al grupo de lectura, Lex. ¡Estamos en el grupo!— Kelly estaba sorprendida ante los mensajes de Antonella. –Revisa tu celular, Antonella debió enviarte un mensaje notificándote de eso.

La morena obedeció a su amiga y sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón, tenía una notificación de Wattpad. –"¡Felicidades, Alexandría!, eres parte de las cinco personas que entraron al grupo de lectura. En cuanto respondas este mensaje serás agregada al grupo."– Lex leyó en voz alta el mensaje.

–Honestamente no creí que entraríamos, ¿y tú?– Su amiga morena negó ante la pregunta algo sorprendida, realmente no había tenido mucha fe de que entrarían. –¿Respondemos el mensaje ahora? ¿Esperamos unos momentos? 

–Creo que debemos responderlo ahora, digo, de seguro las demás personas que entraron van a responder el mensaje de inmediato, sería un poco incómodo que todos se presenten con ellas o ellos y después tengan que presentarse de nuevo con nosotras, ¿no?

–Si es que se presentan... Pero ahora respondamos los mensajes y que nos agreguen al grupo.– Lex asintió. –Vale, ¿qué deberíamos contestar? ¿Un "Hola, esta bien ya puedes agregarnos al grupo", o...?

Lex la interrumpió. –Eso suena bien, no es muy formal pero tampoco es tan informal.– Las palabras de la morena salieron con algo de duda en ellas.

Kelly suspiró, estaban pensando mucho algo tan simple como una confirmación, ambas chicas contestaron el mensaje con lo que habían acordado.

–Muy bien, dice que en 20 minutos máximo nos agrega al grupo.– Respondió Kelly.

–Genial, en ese tiempo puedo terminar de comer mi cereal. –Dijo Lex para después tomar el plato y continuar comiendo.

–Se me había olvidado que estabas comiendo cereal. –La castaña clavó la mirada en las latas que aún quedaban en el suelo, suspiró.– Y también se me olvidó el desastre que hiciste, Alexandría.

–Mientras yo como tú puedes terminar de recogerlo todo.– Lex le sonrió felizmente a Kelly mientras ella la miraba con una ceja alzada en un intento de parecer intimidante, entonces la morena alzó ambas cejas y cambió su tono de voz a uno que llevaba algo de súplica fingida. –¿Por favor?

Kelly rodó los ojos y siguió acomodando las latas que seguian fuera de lugar, cuando terminó tomó una manzana y la mordió.

–Creí que sólo querías agua.

–Agua que nunca me diste, por cierto.– Recordó con las cejas fruncidas, en un intento de reproche hacia Lex, quien le sonrió a modo de disculpa. –Y sabes que me da por comer cuando estoy nerviosa.

–Creí que se te quitaba el hambre con los nervios.

–A veces pasa eso, pero también hay ocasiones en las que me da por comer, como ahora.– Lex asintió entendiendo lo que la castaña a su lado decía.

–¿Estas nerviosa por lo del grupo?– Kelly hizo un ruido de afirmación mientras le daba otra mordida a su manzana. –¿Por qué?

–No lo sé, en un principio estaba emocionada por entrar a un grupo con gente de otro países, pero después  a mi cabeza se le ocurrió recordarme las advertencias que los padres te dan sobre los desconocidos en internet, y la emoción disminuyó.

Lex suspiró. –Te entiendo, mira veamos como son las cosas, y después decidimos si nos quedamos o nos salimos del grupo, ¿sí?– La castaña asintió y observó con duda como la morena a su lado tomaba una manzana para después morderla. –¿Qué? No te dejaré comer sola, es de mala educación.

Reyes De Las MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora