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Cuando entró a la sala se sorprendió al ver a los gemelos a cada lado de Claude hablándole.

Aunque era divertido ya que se notaba al rubio algo mareado.

Primero empezaba uno de los gemelos y termina el otro o hablaban al mismo tiempo.

Los gemelos le estaban contando sobre su tiempo en el reino de las hadas y le contaban todo lo que habían hecho.

Se notaba que habían ansiado por mucho tiempo reunirse con su padre y Claude no parecía disgustarle la charla con sus hijos.

Aunque él más que nada los escuchaba y hablaba algunas veces.

La rubia se sentó frente a ellos y tomó algo de té observando alegré la escena ante ella.

Muy en el fondo de su corazón siempre anhelo ver a sus hijos tan felices al lado de su padre.

Pero jamás tuvo esperanzas en ver algo así ya que en el pasado no sabía si su plan saldría victorioso y lograría salvar a la familia Real de la maldición.

Las horas habían pasado y al atardecer los gemelos estaban en el suelo dibujando y comiendo algunos dulces mientras eran observados por sus padres.

-...no pensé que los dos sacarían el cabello de tu padre.

Soleil cerró sus ojos y se recostó en el asiento.
Los dos estaban sentados juntos.

-sí, yo también me sorprendí, pensé que iban a salir con tu mismo cabello o el mío, pero me gusta su color de pelo...ellos hacen la diferencia entre sus dos familias.

Sonrió de lado haciendo que Claude la mire divertido.

Era cierto, los gemelos eran la perfecta combinación de los dos y su cabello los hacía destacar tanto en la familia Veritas como en la familia Real.

Ellos serían diferentes.

-lo lograremos -se sorprendió cuando él tomó su mano.

-...claro que lo haremos, tenemos el apoyo de todas las razas mágicas -le sonrió orgullosa ante su sorpresa.

Luego el emperador soltó una risa divertida, ahora entendía que por más labor que tuviera en sus hombros no dejaría de lado su meta principal.

Salvar al imperio.

-cómo son?!, hablaron contigo?!, son muy tiernos cierto?!

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-cómo son?!, hablaron contigo?!, son muy tiernos cierto?!.

El azabache la miro irritado ante sus preguntas, desde que le dijo que sus hermanos menores ya estaban en el palacio Athy no había dejado de preguntarle por ellos.

-ya deja de molestar, en unos días podrás verlos.

-eso dijiste hace una semana!, ni siquiera pude ver a Lady Soleil y papá siempre me dice lo mismo -suspiro cansada abrazando una almohada del sillón.

La Diosa de la guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora