XII

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El menor volteo a mirar el reloj de la pared, marcaban las 10:34, ya era algo tarde, pero esos pensamientos le quitaron el poco sueño que tenia, tomo el control remoto y le cambió a la televisión hasta que entró a un sueño profundo.

Desde que se que Seojoon duerme en la misma cama con Taehyung, Jungkook siente unas nauseas horrendas, impulsos de ir a su habitación y quitarle a Taehyung de encima, el azabache se levantó de la cama, abrió la puerta y bajó por algo de leche, miró que la televisión estaba encendida, y se acercó a ver quien estaba, era el peli-azul, estaba dormido, se miraba tan hermoso, como siempre, tenía un tipo de obsesión con verlo dormido, es como un ángel, tomo la manta que tenían en el sillón y lo acurrucó, le beso la mejilla, miró como se dibujaba una sonrisa en su rostro, y el mayor no pudo evitar sonreír también, siguió su camino a la cocina y abrió el refrigerador, tomó el cartón de la leche, lo sirvió en un vaso de vidrio y fue a la sala, a sentarse en el sillón individual que esta junto al grande, quería verlo dormir, no le importaba si bajaba Seojoon y le veía, Jungkook tenía muchas excusas por si algo así sucedía.

Se sentó ahí a mirarlo mientras le daba tragos a su vaso con leche, al terminarlo lo dejó en la mesa de en medio, se acomodó en el sillón, se quedo viéndolo hasta que se quedó dormido.

Era un día lluvioso caminaba por las calles de Seúl, miraba a las personas con paraguas negros y botas del mismo color, todos caminando tranquilamente, volteaba a los restaurantes y miraba muchas personas dentro de ellos comiendo o bebiendo algo con una gran felicidad, pero por alguna razón, el no podía estar feliz, sin saber porque, seguí caminando, la lluvia caía de forma tranquila pero constante, dejaba que el agua callera por su rostro sin necesidad de cubrirse, sentía un gran dolor en el corazón, pero no sabía que era, seguía caminando sin saber a dónde iba, era como si sus pies se manejaran por si solos, miro al piso y miraba el reflejo de su silueta, y volvió a dirigir su mirada al frente, ya estaba en una de las zonas más lejanas de la ciudad, se le puede decir la zona ''Elegante'' por un momento paro de caminar y miro a todas partes, y había menos gente que en el centro, camino unos pasos más, miró una iglesia frente a el, estaba arreglada con hermosos adornos blancos, y flores de todo tipo del mismo color, había muchas personas afuera de la iglesia, se acercó más, de nuevo por decisión de sus pies, miro un auto antiguo color negro fuerte y brillante, miraba muchas personas muy bien vestidas, era una boda, a medida que se acercaba miraba más personas conocidas, hasta que miró a su padre, y después a la madre de Taehyung, por un momento pensó que era su boda, pero... ¿Y sus atuendos? Estaban muy bien vestidos, mas no ropa para casarse, fue ahí cuando salió uno de los novios tomado de la mano de su al parecer pareja, ambos se les hizo muy conocidos, uno de ellos tenía el cabello castaño, mientras el otro chico lo tenía oscuro, cuando dejaron de caminar ellos se posicionaron de frente, los pies del azabache se movieron, ahora estaba más cerca, miro como él le dio un beso, el perfil de el lo puede reconocer en cualquier lugar, era Taehyung, el se estaba casando con Seojoon, las piernas le empezaron a temblar, y las lagrimas no tardaron en correr, las limpió rápidamente y corrió hasta donde estaba el.

-¡Taehyung! ¡Porque me estás haciendo esto! ¡Tú me amas como yo lo hago! ¡Yo lo se! ¡Lo se! — se acercó más y tomó su mejilla.

— Aléjate de el — dijo Seojoon aventándolo.

— ¿Quién eres? — pregunto Taehyung confundido.

Se miraba tan hermoso, su piel brillaba, tenía el cabello castaño nuevamente y estaba lacio, su ropa elegante, estaba hermoso, el tan perfecto, Taehyung le miro de pies a cabeza, tratando de reconocer al azabache, pero seguía insistiendo que no se acordaba de el, fue ahí cuando Wonwoo tomo de su brazo y lo alejo de ellos.

— Papá déjame que este con el, por favor — dijo llorando.

— ¿Papá? Tú no eres mi hijo, debes de estar embriagado, ve a tu casa — rio el mayor.

— ¿No me reconoces? — pregunto llorando.

— No, no sé quién eres, lo lamento.

— Por favor, regresa, ¡Tae! ¡Tae! — de pronto sus ojos se abrieron de un sobre salto, todo fue un sueño, fue un sueño, miro al sillón y el ya no estaba, volteo a mirar el reloj y marcaban las 12, se talló la cara con sus manos y se levantó para ir a su habitación.


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Nunca me olvides | kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora