Es en ese preciso instante, cuando te ves reflejado en sus ojos y descubres que allí es tu lugar, allí es tu hogar.
Adam Wallner
- Abróchense los cinturones, vamos a aterrizar. La temperatura fuera es de 20 grados centígrados, tras las nubes de primeras horas luce un espléndido sol. Recuerden no encender los teléfonos móviles hasta tocar tierra firme.
Puse los ojos en blanco al escuchar semejante mensajito para decir que vamos aterrizar, ¿para que queremos la “información meteorológica” extraña esa? ¿Para que queremos los móviles? Con el móvil ya sabes que tiempo va hacer...
Me abrocho el cinturón como me mandaron y me acuerdo de Joseph al entrarme un ataque de pánico. No, no tengo miedo a volar, tengo miedo a lo que voy hacer, a lo que se supone que tengo que hacer, me arrepiento de haberle hecho caso a mi amigo y volver a casa.
Cuando me quiero dar cuenta la gente se está levantando para bajar del avión, bueno cuando me quiero dar cuenta o cuando la señora de mi lado me pega un coscorrón en toda la cabeza para que le deje pasar. Me levanto masajeando donde la señora me ha dado el golpe y la dejo pasar interrumpiendo el paso, por lo que recibo insultos de alguien que se ha estrellado contra mi. No me giro, espero a que pase la señora y me siento de nuevo en el asiento, una vez que no hay nadie pasando cojo mi equipaje de mano y salgo del aparato sin “molestar a nadie”. No suelo ser supersticioso, pero si mi llegada comienza así... mal empezamos.
Lo bueno de salir el último, es que cuando llegas a la cinta las únicas maletas que vagan por allí son las tuyas, cuando llegas no hay embotellamientos, está todo desierto, bueno para mi está lo necesario...
Helen
Observa a la gente que iba en mi avión marchándose con sus familiares o amigos, comprueba la hora de llegada del vuelo en el cartel y mira el reloj. Corre hacia un chico que va arrastrando su maleta.
Yo a sigo muy de cerca.
- Perdona, ¿has llegado en el vuelo de Los Ángeles?
- Si, ¿Por?- dice observándola interesado.
- Oh, nada, esperaba a alguien y...
Entonces le tapo los ojos y ella lleva sus suaves manos hasta las mías.
- Adivina quien soy...- le digo con la voz más seductora que puedo poner.
- Ummmm ¿Brad Pitt?
- No, no...Más sexy...
- Leonardo Dicaprio...
- Eres la única a la que le parece más sexy Leonardo que Brad... nunca lo entenderé... Ni yo, ni la mayoría de la población mundial femenina.
Se carcajea y se pega a mi cuerpo, respiro el aroma a vainilla de su pelo, su colonia favorita y me siento en casa, me siento pleno..
- Cuanto te he echado de menos Adam....- dice dulcemente.
Saco las manos de sus peciosos ojos y ella se gira lentamente, me mira como solo ella sabe mirarme , le toco su mejilla para comprobar que al fin es real, nos acercamos y...
- Arrrgggg... Iros a un hotel, ni que llevaseis una década sin veros.... - nos interrumpe el chico con el que hablaba Helen - ¡Ah! Y usad protección, es una pena que un cuerpo así se estropee tan pronto...- dice descaradamente a su trasero a la vez que se aleja arrastrando la maleta.
Nos quedamos observando al chaval un rato hasta que nos miramos y estallamos en carcajadas.
- Los años pasan, pero siguen creyendo que somos algo más que amigos – le suelto.
- Si y creo que siempre lo pensarán, dicen de nosotros que somos la pareja ideal... Tan ideal como irreal. - entonces se gira hacia mi y me suelta una leche en el brazo – Esto por tenerme abandonada tanto tiempo y ahora vamos que casi es hora de comer y tengo hambre.
Me coge de la mano y yo gustosamente me dejo guiar.
- Oye, ¿en que vamos a casa?- le pregunto deteniendonos.
- En el coche que vas a alquilar.
- ¿En que has venido?
- En taxi...- dice avergonzada.
- ¿No has sacado el carnet de conducir todavía?
- Ni lo haré nunca, los examinadores me tienen manía.
- Bueno... llámale como quieras... pero que casi atropelles a un peatón la primera vez, que la segunda dieses por detrás a otro vehículo y la tercera pusieses el coche a 120km en una zona limitada a 30.... creo que es temerario por tu parte.
- Digo en mi favor que: la señora se tiró a la carretera, no fui yo a por ella a la acera. Que el mamarracho de delante frenó porque vio volando un papel y creyó que era un billete. La tercera me dijo que íbamos a ir por la autopista y... creí que ya estaba en ella... Esa es mi culpa, lo acepto. La cuarta me mandó rellenar el aceite del coche, lo eché donde no debía y cuando le di al parabrisas se descubrió..
- Vale, vale. Para que ya me hice una idea de como sigue el resto.
- Esos “artilugios a motor” me tienen manía. Además, ¿cuanto mejor es andar en bici o caminar?
- Eres incorregible.
- Yo en ese aspecto, tu con las mujeres...
Si tu supieras Helen, si tu supieras, que cambiaría el mundo ahora mismo por ti.
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Todo por un...¡si, quiero!
RomanceTres palabras: boda, amistad y amor. Hasta ahi todo parece ser lo normal...¿no? Pues no... para mi, Adam Wallner no podria ser normal... ¿que quien soy? Un mujeriego, un experto cazador que nunca ha sido cazado, un tio que se pierde por unas bragas...