where are you from?

850 56 7
                                    


«𝕐𝕠 𝕤𝕒𝕓𝕚𝕒 𝕕𝕖 𝕖𝕤𝕖 𝕞𝕦𝕟𝕕𝕠 𝕠𝕤𝕔𝕦𝕣𝕠,
𝕤𝕒𝕓𝕚𝕒 𝕢𝕦𝕖 𝕟𝕒𝕕𝕒 𝕖𝕣𝕒 𝕔𝕚𝕖𝕣𝕥𝕠,
𝕖𝕟 𝕒𝕢𝕦𝕖𝕝 𝕓𝕒𝕣𝕣𝕚𝕠, 𝕖𝕤𝕒 𝕔𝕚𝕦𝕕𝕒𝕕,
𝕡𝕖𝕣𝕠 𝕞𝕖 𝕟𝕖𝕘𝕒𝕓𝕒 𝕒 𝕒𝕔𝕖𝕡𝕥𝕒𝕣𝕢𝕦𝕖
𝕙𝕒𝕓𝕚𝕒 𝕡𝕖𝕣𝕕𝕚𝕕𝕠... 𝕞𝕚 𝕚𝕟𝕠𝕔𝕖𝕟𝕔𝕚𝕒».

—Gracias por la ayuda —comenté secando las diminutas gotas de sudor en mi frente con el antebrazo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Gracias por la ayuda —comenté secando las diminutas gotas de sudor en mi frente con el antebrazo. 

—No me agradezcas, Jin —respondió con dificultad mi sonriente amigo, dejó cuidadosamente la caja en el suelo y me dedicó una sonrisa —Eres mi hermano de otra madre, siempre estaré dispuesto a ayudarte en lo que sea. 

—Es que si no fuera por tu esfuerzo no me estaría mudando a éste departamento. 

—No fue tan difícil, solo tuve que preguntarle a mis conocidos de algún departamento en venta.

—De todos modos... gracias, Hope —el contrario rió tímidamente cubriéndose la boca con la mano. 

Era el recién llegado en este barrio de Seúl, ya me había hartado de vivir con mis padres, no estaba enojado con ellos, pero una de las razones por las que me mude es porque ya estoy bastante grande,  la otra es porque la universidad me quedaba lejos y no pensaba hacer un largo viaje tan temprano todos los días, por eso le dije a Hoseok si me ayudaba a encontrar un techo cerca de la universidad, para la suerte de ambos conseguimos un departamento semipiso que si cruzo la calle y camino unas dos cuadras estaría prácticamente en la casa del anaranjado. 

Tras terminar de desempacar algunas cajas importantes, nos tomamos un respiro, de paso hablamos de lo que pediríamos para comer, no estaba en nuestros planes ir a caminar, demasiado trabajo al menos para mi, porque mi compañero aún tenía energía de reserva, siempre me pregunté cómo es que puede seguir tan enérgico luego un día de trabajo duro. Las veces en que lo visité a la su escuela de baile, las prácticas parecían muy pesadas, pero él andaba como si nada, tal vez es mi perspectiva porque me cuesta bailar o porque no sé, da igual. Él me insistía en que caminar nos haría bien, respirar el aire fresco, disfrutar la ciudad, mi respuesta era un rotundo "no". 

—¿Cómo es que logras convencerme? —musité con los brazos cruzados y el ceño fruncido. 

—Conozco tus puntos débiles —contestó sonriente mientras danzaba con la cabeza. 

Ya íbamos a mitad de camino al puesto de comida favorito de Hoseok, fue imposible negarme a su berrinche de niño, por vergüenza, aunque también me convenció cuando dijo que podría pedir lo que quisiera y que él invitaría, una cena gratis, obviamente acepté. 

Cerca del puesto de comida había un amontonamiento de gente, miré a Hoseok en busca de una respuesta, pero él levanto los hombros demostrando que no sabía lo que alteraba a esas personas, nos escabullimos entre la multitud para encontrar al cocinero, que era también el dueño, muerto, le habían desfigurado la cara, menos la boca, estaba cocida, se notaba el hilo negro que cruzaba entre sus labios, en el brazo izquierdo tenía cortadas, pero formaban una frase: "No tenía voz".

—¿Qué loco puede hacer semejante cosa a plena luz del día? —murmure atónito. 

Los pelos de la nuca se me erizaron, mi cuerpo empezó a sacudirse a solo, y tenía la sensación de que había peligro detrás de nuestras espaldas; quise  ver de reojo a mi amigo, pero él fue jalado por un desconocido entre la multitud sacándolo al instante de ahí, corrí en su ayuda pero al parecer él estaba bien, conocía a su "secuestrador". Era un tipo más alto que nosotros, con un sobretodo castaño y una gorra negra, Hoseok al notar mi presencia camino hasta mi posición dejando en el aire la conversación con aquel chico. 

—¿Sabes lo que le pasó a ese señor? —ignoré los llamados de Hope, el desconocido se había ganado mi atención. 

—Eres recién llegado, ¿cierto? —preguntó confiado, guardé silencio y él sonrió —. Si lo eres... 

—¿Y eso qué? —repliqué fastidiado. 

—Que en ésta parte de Seúl, hay peligros... tres... siendo exacto —se aproximó manteniendo cierta distancia —, yo tendría cuidado, aunque no parezca, la gente de estos barrios... viven con miedo —sonrió con serenidad. 

—¡Me asustas a mi! ¡No a él! —alertó Hope detrás de mi con un disimulado puchero. 

—Perdón —rió suavemente el más alto —, es mejor que se vayan a casa. 

—Cuídate Nam —despidió con la mano a su amigo. 

—Tú igual, Hobi —acomodó su gorra de forma en que cubriera sus ojos y desapareció entre las nuevas personas que corrían para ver el cuerpo. 

—No me da buena espina... —acoté sin pensarlo dos veces. 

—Es algo serio cuando lo conoces, pero es un buen tipo —sonrió Hoseok, hizo un gesto con la cabeza de que lo siguiera y así lo hice. 

Bastaron unos minutos para que nos alejáramos por completo de la escena del crimen, la imagen del señor no desaparecía dentro de un buen tiempo, le pregunté a Hope si habían sucedido más casos como éste, él tardó un rato en responder, pero afirmó que no era la primera vez, y que era cierto que ésta parte de Seúl estaba amenazada por tres peligrosos asesinos, también comentó que la policía varias veces quiso rendirse por no lograr atraparlos, pero de alguna u otra forma vuelven a reabrir los casos y hasta el día de hoy no hay pistas ni sospechosos. Mis ganas de vivir solo se esfumaron, pero debo ser maduro y enfrentar la situación como un hombre, o un joven adulto, debo admitir que me siento estafado con respecto a mi futura vida aquí, pero ya firme los papeles, no hay vuelta atrás. 

Caminamos otro poco y decidimos comprar unos fideos instantáneos, no teníamos mucha hambre luego de eso, la desfigurada cara del cocinero le sacaría el apetito a cualquiera, Hoseok ya no sonría tanto, tenía miedo, sus ojos lo gritaban, pero sus labios formaban una falsa sonrisa que para cualquier otra persona le resultaría completamente verdadera. Llegamos a casa, faltaban unos minutos para que se hicieran las 12:30 pm, era mediodía, primer día en este barrio, y ya tuve un asesinato, hermoso día. 

—Tal vez los fideos nos ayuden a superar aquel mal momento —expresó el menor con algo de duda en sus palabras. 

—Tal vez... —me contagió un poco de su esperanza. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⃟ ཹ։ sᴛɪɢᴍᴀ🎭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora