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Ya era casi las 7 en Derry, Daya llegó a su casa, suspiro y se giró para encontrarse a su madre sentada en el sillón con una taza de café

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Ya era casi las 7 en Derry, Daya llegó a su casa, suspiro y se giró para encontrarse a su madre sentada en el sillón con una taza de café.

—en dónde estuviste toda la tarde Daya?— pregunta la señora sin despegar su mirada de una revista que estaba leyendo

—ah...en la biblioteca— hablo nerviosa la chica, Samantha levantó la mirada encontrándose con su hija, y con un peluche de conejo en la mano, ésta trago duro al ver aquel peluche.

—de...de dónde sacaste eso, Daya?— pregunta mirando al peluche, Daya buscaba una escusa para darle a su madre, mientras ésta aguantaba las ganas de llorar, Daya trago duro

—lo.... Lo encontré en la calle— le contestó algo nerviosa, Samantha se levantó del sillón y va directo al muñeco —ma... Estás bien?— le pregunta

—dame eso— dice mirando al peluche, Daya frunce el seño

—que?

—que me lo des!— le grita, Daya hace una mueca y lentamente le fue extendiendo el peluche, Samantha hagarra el susodicho a la fuerza y una lágrima se le escapa

—ma... Que te pasa?— pregunta con miedo y preocupación a la vez, la mayor se saca sus lágrimas rápidamente

—ve a tu cuarto— dice suavemente, Daya extiende su mano para hagarrar el peluche pero la mayor lo apartó —no...

Daya frunce los labios y con la cabeza hagachada va directo a su habitación. La puerta del departamento se abrió nuevamente dejando entrar a Gerald Brooke, encontrándose a su mujer sentada en el sillón llorando viendo al peluche

—Samantha... Samantha que te sucede?— le pregunta el señor llendo directamente a dónde su esposa, se hagacho a su altura

—Michael... Es de Michael— dice la señora dejando el peluche para taparse con ambas manos la cara llena de lágrimas

—Michael... Está en el pueblo? Está.... Aquí?— le pregunta el señor con la voz temblorosa, hagarrando aquel peluche

—no lo sé... Daya lo encontró— le dice la señora, Daya podía escuchar todo desde su habitación, estaba intrigada por lo que estaba pasando, estaba preocupada. ¿Cómo es que un simple peluche daño a su madre?. Claro, ella no sabía nada... O bueno, no recordaba nada.

—bueno... Esto no nos dice nada, tal vez... Es un peluche igual, tal vez no es de el— le dice el señor negando con la cabeza

—no, se que es de el... Yo lo se— habla sacándose una lágrima, mira a su esposo y se hacerca a el —esto no cambia nada entre nosotros, encontremos a Michael o no, nos separaremos igual— le habla susurrando para que Daya no lo escuché, Gerald bajo la mirada

 𝐁 𝐀 𝐃  𝐆 𝐈 𝐑 𝐋   ❪ 𝖱𝖨𝖢𝖧𝖨𝖤 𝖳𝖮𝖹𝖨𝖤𝖱 ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora